Pocos días antes de que la inscripción de las listas parlamentarias, el presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, notificó al resto de directivas de Chile Vamos que iba a cambiar de distrito pasando del 11(sector oriente) al 9, que abarca las comunas de Cerro Navia, Conchalí, Huechuraba, Independencia, Lo Prado, Quinta Normal, Recoleta, Renca.
La apuesta del timonel del gremialismo va en dos direcciones: dar la batalla en uno de los distritos que califica como “bastión de la izquierda” y, en segundo lugar, enfrentar a Daniel Jadue, cabeza de lista del oficialismo.
Pese al requerimiento de impugnación contra la candidatura del ex alcalde de Recoleta, Ramírez dice en entrevista con EL DÍNAMO que no piensa en esa opción y que su campaña está delineada con el objetivo de confrontar al líder del PC.
“Jadue y yo representamos dos maneras diametralmente distintas de ver el país y el camino para su desarrollo. Y los vecinos del Distrito 9 tendrán que decidir con cuál de las dos visiones les hace más sentido”, dice Ramírez, a la vez que reconoce los riesgo que significan exponer su liderazgo en una zona que suele votar en masa por el PC (la última elección Karol Cariola fue mayoría nacional por el D9).
Ramírez, además, asegura que su candidatura responde a otro factor relevante de cara al próximo ciclo político: la necesidad de la derecha obtener mayoría en el Congreso para llevar a cabo reformas relevantes en materia de seguridad y crecimiento económico.
En ese sentido, el líder de la UDI lanza una advertencia: “Me preocupa un eventual triunfo de José Antonio Kast, porque un triunfo de él supone perder de manera automática la mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados”.
—¿Por qué decide trasladarse del Distrito 11, donde ya se eligió en dos ocasiones, al Distrito 9, reconocido por ser un bastión de la izquierda?
—Justamente por ser un bastión de la izquierda. Si queremos hacer los cambios que Chile necesita, necesitamos obtener esa mayoría. Además, es un distrito que ha estado abandonado, donde sus parlamentarios no han defendido a sus vecinos con fuerza, y creo que con la experiencia que he tenido y con la fuerza que tengo, puedo representar mejor y defender mejor los intereses de los vecinos del Distrito 9.
—¿Tiene que ver también el hecho de que en ese distrito competirá Daniel Jadue?
—Yo lo he dicho antes. Tomé la decisión de ir en el Distrito 9 el día en que el Partido Comunista comunicó que sí iba a postular a Daniel Jadue como candidato a diputado. Por lo tanto, sentí que alguien tenía que ir a disputar contra este liderazgo tan emblemático de la izquierda chilena. Al final, Jadue y yo representamos dos maneras diametralmente distintas de ver el país y el camino para su desarrollo. Los vecinos del Distrito 9 tendrán que decidir con cuál de las dos visiones les hace más sentido y con cuál de las dos visiones creen que sus familias van a estar mejor.
—¿Debería Daniel Jadue ser inhabilitado?
—Eso lo va a tener que determinar el tribunal. Entiendo que acá hay argumentos en ambos sentidos y prefiero no adelantarme. En todo caso, me he puesto siempre en el supuesto de que Jadue sí va a competir y estoy trabajando en el distrito como si él fuera mi principal competidor. Si finalmente él no es candidato, es una situación nueva para mi comando porque nosotros asumimos que sí lo será.
—Renovación Nacional anunció que presentará un recurso para inhabilitar a Jadue
—El Tribunal Electoral ya falló en favor de Jadue y el Tribunal Electoral Regional está analizando la situación. La pregunta de fondo es si esta acusación que hay contra Jadue por parte de la Fiscalía se produce en el momento en el que se podría inhabilitar o no la candidatura. Esta no es una discusión sobre el fondo, es una discusión sobre plazos, y por eso creo que esto es algo que tiene que resolver el tribunal.
—¿Hay mucho en juego para usted al posicionarse en este distrito, considerando que una derrota podría afectar su liderazgo y al proyecto de Chile Vamos?
—Las batallas electorales siempre conllevan riesgos, y yo lo estoy asumiendo sabiendo exactamente de qué se tratan esos riesgos. Pero creo que es importante batallar, porque lo que está en juego es mucho más grande. Es la discusión acerca de dos visiones de país que se va a resolver en un distrito popular, en un distrito que ha sido en el último tiempo un bastión importante de la izquierda y del Partido Comunista.

—Arrebatar esos cupos también serviría para ser mayoría en el Congreso.
—Exactamente. Si nosotros logramos finalmente arrebatarle cupos a la izquierda, no solo ganamos un país, sino que además estaremos ayudando a construir una mayoría en la Cámara de Diputados que jamás hemos tenido y que pueda ayudar al próximo gobierno a hacer los cambios que Chile necesita para que pueda volver a ser un lugar seguro y para que vuelva a ser un país pujante en el que las familias progresen.
—¿Pero cómo se logra esa mayoría ante la fragmentación de la oposición? Hay cuatro listas parlamentarias que se identifican como opositoras a este Gobierno.
—Si hubiésemos ido en una lista única, que fue nuestra propuesta desde el principio, la mayoría estaría asegurada. Hoy día es más difícil obtener mayoría por el hecho de ir divididos, pero aún así existe la posibilidad de lograrla porque la izquierda finalmente tampoco pudo aunar todos sus candidatos en una sola lista. Por lo tanto, en el frente también hay un escenario de fragmentación. Veremos finalmente cómo se comporta la cifra repartidora. Mientras más votos obtengamos, más posibilidades tenemos de tener mayoría, y yo voy a ese al Distrito 9 tratando de aumentar el caudal de votos de la derecha en ese equipo.
—¿Le preocupa más la competencia con la izquierda o la disputa por hegemonía con Republicanos?
—Yo entiendo que hay personas a las cuales les obsesiona la lucha hegemónica. A mí lo que me obsesiona es obtener mayoría en el Congreso de lo que hoy día es oposición a este Gobierno, porque siendo mayoría vamos a poder gobernar con la ayuda que significa tener mayoría en el Congreso. Por eso nosotros pedíamos una lista única y por eso ahora me preocupa un eventual triunfo de José Antonio Kast: porque un triunfo de él supone perder de manera automática la mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados.
—¿Por qué?
—Si José Antonio Kast llega a la presidencia, perderá la mayoría que ya tenemos en el Senado por los tres o cuatro senadores del Partido Demócrata que habrá en el Senado y que probablemente no lo van a respaldar. Él estaría en minoría, aunque los senadores de Chile Vamos apoyen al gobierno.
En cambio, Evelyn Matthei entraría con ese mismo Senado teniendo mayoría en el Congreso. Por lo tanto, es evidente que se hace más fácil gobernar y se hace más fácil aprobar los proyectos de ley como reducir impuestos o leyes que den más herramientas a Carabineros, tribunales y fiscalías, teniendo mayoría en el Congreso que no teniéndola. Ahí hay un buen ejemplo de por qué Evelyn Matthei asegura mejor gobernabilidad.
—¿Ve al Partido Republicano trabajando por obtener la hegemonía en la derecha que la mayoría en el Congreso necesaria?
—Yo supongo que así como nosotros estamos trabajando para darle mayoría en el Congreso a nuestra candidata presidencial, supongo que el Partido Republicano está en la misma lógica pero con su propio candidato. Hoy día tenemos una oportunidad que es de oro: por primera vez podríamos tener mayoría en la Cámara de Diputados. Yo vuelvo a insistir, lamento la actitud del Partido Republicano, que prefirió la división a la unidad, prefirió correr riesgos en vez de irse a la segura contra la mayoría en el Congreso. Ojalá que esto no signifique un revés del que después nos podamos arrepentir.

Ramírez: “Este nuevo comando ha corregido el rumbo”
—Las encuestas no muestran mucha movilidad en las últimas semanas y Matthei no ha logrado acercarse a los primeros dos lugares. ¿A qué se debe ese estancamiento?
—Creo que es un fenómeno bien chileno: estamos dejando este asunto para después del 18. Probablemente las personas evalúan las candidaturas después del 18 y por lo tanto creo que los verdaderos cambios se van a empezar a ver y las candidaturas se van a mover a partir del 18 de septiembre.
—¿Pero hay una estrategia para revertir el escenario?
—Por supuesto. Evelyn Matthei ha hecho una muy buena pega en las últimas dos semanas, y eso va a mostrar sus frutos en las encuestas, estoy seguro. Estamos en una campaña que giró hacia el mundo de las propuestas novedosas y a recorrer el país. El 90% de su tiempo lo pasa fuera de Santiago recorriendo Chile, y eso también estoy seguro que va a mostrar su fruto muy pronto.
—¿Sirvió la reestructuración del comando?
—Hubo errores, hubo desaciertos y creo que este nuevo comando ha corregido el rumbo, ha cometido muchos menos errores y ha dirigido la campaña por tierra derecha.
—¿Ya se definió quién es el rival de cara a la segunda vuelta? Algunos creen que es Jeannette Jara y otros apuntan a José Antonio Kast
—Nuestro rival es la izquierda y quien logre transmitirle a los chilenos que va a tener un gobierno más eficaz para derrotar a la izquierda es el que va a ganar la elección. En mi opinión esa persona es Evelyn Matthei porque para poder revertir la situación en la que estamos se requieren mayorías en el Congreso que serán más fáciles de obtener con Evelyn Matthei, se requieren equipos, se requieren buenas ideas y se requiere una presidenta que tenga experiencia y que sepa cómo hacer las cosas. En todo eso Evelyn Matthei tiene ventaja y es lo que tenemos que transmitir en la campaña que comenzará con todo después del 18.
—Cuando dicen que Kast no asegura gobernabilidad, ¿a qué se refieren específicamente?
—Hay muchas razones, algunas de ellas opinables, pero hay cosas que son obvias. Pero es lo que decía hace un rato: si José Antonio Kast llega a la presidencia, perderá la mayoría que ya tenemos en el Senado. Eso es un problema de gobernabilidad.
—¿La propuesta del “chao préstamo” que implica modificar la reforma de pensiones no es una señal de falta de gobernabilidad?
—Me parece que cuando uno hace una propuesta como la de eliminar el préstamo, sin decir cómo lo va a financiar, al final termina siendo solamente un eslogan. Nosotros estuvimos dos años viendo cómo hacer para aumentar las pensiones actuales. La fórmula que encontramos en esos dos años fue una que propuso justamente Bernardo Fontaine: el préstamo. Hoy día, el Partido Republicano se ha negado a decir cómo va a modificar eso. Por lo que creo que ese es el tipo de propuestas que salen de un comando con equipos poco preparados y que no tienen experiencia en gobernar.
—También se propone un recorte fiscal de US$6.000 millones en un año. ¿Es sensato un recorte de esa magnitud en ese periodo?
—Nosotros creemos que el Estado debe achicarse. Creemos que la burocracia debe achicarse, creemos que la cantidad de funcionarios debe reducirse, pero las propuestas tienen que ir acompañadas del sentido de realidad. Yo no conozco ningún economista que no sea republicano que diga que esa propuesta se puede llevar a cabo. Hay distintos especialistas de distintas universidades y también de distintos sectores políticos que han dicho que esa propuesta es irrealizable y por eso piden una explicación más detallada por parte de la candidatura.
—Algo similar se dice de la propuesta de “salario vital” de Jeannette Jara.
—No sé muy bien de qué se trata eso. Supongo que se refiere a lo mismo que se refería el presidente Boric cuando hablaba de ingreso mínimo en vez de sueldo mínimo. Al final, cuando las candidaturas tratan de hacer propuestas que suenen bien con fines electorales, pero sin demasiado fondo, ocurre esto: se hacen promesas que uno no sabe muy bien ni qué significan ni cómo se financian. Por lo tanto, los chilenos tampoco saben cuál es el beneficio real que se está prometiendo. Creo que las campañas presidenciales debieran tener propuestas con el mayor rigor que exige la investidura y creo que eso no se está produciendo en el caso de Jeannette Jara.
—¿A qué electorado apunta el programa de Evelyn Matthei?
—A la gente que sufre con los problemas de seguridad, empleo y salud, y que no se identifica con la derecha ni de izquierda. A todos ellos les vamos a resolver los problemas y ese es el esfuerzo de la candidatura de Evelyn Matthei: intentar abordar los problemas que tienen todos los chilenos y no simplemente hacer anuncios sin mucho contenido que buscan atraer a un cierto sector político.