A 18 días de la presidencial, los comandos sacan sus propias conclusiones respecto a los resultados de las últimas encuestas, el despliegue territorial y las estrategias empleadas para captar el voto que —confirman estudios— aún parece difuso en sectores amplios de la población. En entrevista con EL DÍNAMO, Isabel Plá, ex ministra de la Mujer e integrante del equipo de asesores de Evelyn Matthei, reflexiona sobre las claves que —ella cree— influirán en el resultado del 16 de noviembre.
—Considerando que quedan tres semanas para la presidencial, ¿cómo ve las opciones de Matthei de pasar a segunda vuelta?
—Yo sigo pensando que Evelyn Matthei es la candidata que reúne mayores atributos para el momento que enfrenta Chile, porque tiene visión y diagnósticos claros, tiene una hoja de ruta, tiene capacidades y lo ha demostrado. Eso tiene un reconocimiento general. Ha demostrado mayor solidez política y técnica. Porque más allá de las encuestas, es importante siempre tener claridad de cuál es la persona que representa mejor un sentir del país y una necesidad política, no solamente electoral.
—¿Y qué ve usted en las encuestas?
—Hay tres datos que son casi hechos, no opiniones. Primero, creo que Jara está consolidada como candidata que va a pasar a primera vuelta, aunque hasta ahora podría ser derrotada tanto por Kast como por Matthei. Segundo dato: la derecha parece tener la opción principal y mayoritaria para encarnar el próximo gobierno. Y tercero, lo más interesante a propósito de las encuestas; hay una incertidumbre porque está abierta la elección de noviembre. Varias encuestas lo muestran, pero especialmente la encuesta de la Cosa Nostra. Hay que mirarla bien.
—¿En qué está fundada esa incertidumbre?
—Básicamente en dos temas. Uno, que hay 5 millones de nuevos electores, y esos 5 millones le ponen incertidumbre al resultado. Nunca han votado esos electores y están aparentemente subrepresentados en varias encuestas. Y hay un segundo tema, que es un voto que se ha llamado silencioso, voto oculto, que tampoco sabemos exactamente por quién se va a inclinar, pero todo indica que podría inclinarse eventualmente por Matthei. Por tanto, creo que están abiertas las opciones de que la candidatura de Matthei pase a segunda vuelta.
—Ese voto oculto, ese voto obligatorio que son los 5 millones, ¿cómo puede lograr Matthei captarlo? Considerando que en las mismas encuestas dicen que a la candidatura le ha costado llegar a sectores populares.
—Es relativo eso que le ha costado. Le ha ido muy bien, por ejemplo, en sectores populares de las zonas rurales. Además, el panorama se ha abierto aún más en las últimas 48 horas a propósito de cómo aparentemente está escalando Johannes Kaiser en la intención de votos. Ante la posibilidad, que yo estimo como remota pero no imposible, de que sea Johannes Kaiser quien pase a segunda vuelta, creo que se abre una oportunidad muy importante para Matthei.
—¿Por qué?
—Porque lo más importante es que el principal desafío es generar un gobierno de alternancia y evitar una continuidad de un gobierno de izquierda. Y pensando en eso, con la posibilidad de que pase a segunda vuelta una candidatura como Johannes Kaiser, se abre una puerta muy importante para que Jeannette Jara gane la elección. Nosotros estamos muy concentrados en la disputa de las candidaturas de oposición, y creo que hemos perdido de vista que mientras eso pasa, Jara, la candidata oficialista, está escalando. Y no da lo mismo con qué número pase a segunda vuelta, si con 27% o con 34%. La elección parte de cero en segunda vuelta, todo de nuevo, y la magnitud de esa votación genera un ambiente.
—Entonces, ¿cree necesario hacer un último ajuste al relato de campaña?
—Las narrativas no cambian, menos a estas alturas, pero sí puede haber un énfasis muy importante en ciertos temas.
—¿Cómo el de mujer, por ejemplo?
—Ciertamente hay temas en esta campaña que han estado relegados en la discusión pública, pero que siguen siendo muy importantes para la ciudadanía. Son los temas sociales, por ejemplo. A mí me llama la atención que la agenda mujer prácticamente ha desaparecido de la agenda pública.
—¿Es más fuerte Matthei en esa agenda?
—La agenda que ha diseñado la candidatura de Matthei en esa materia es, primero, sumamente aterrizada y real. Segundo, muy focalizada en las dos grandes prioridades, que son seguridad —tanto frente al crimen como también frente a los delitos de violencia intrafamiliar y otros delitos que le pegan más fuertemente a las mujeres—. Y en tercer lugar, y esto es importante aunque no se esté diciendo en alta voz, es una candidatura que se ha comprometido a no dar ni un paso atrás en materia de derechos, deberes y oportunidades, que han sido las conquistas de las mujeres en los últimos 30 años en nuestro país.
—Pero, ¿por qué esos temas que usted misma dice que son importantes han estado silenciosos en la campaña?
—Creo que la candidatura de Evelyn Matthei ha tratado de instalar la agenda de la mujer, pero hay que hacer un esfuerzo mayor. Pero es cierto que los temas sociales no tienen que ver tanto con la voluntad propia, sino que con el clima social y con los temas que están afectando más fuertemente al país. Hoy, todo lo que tiene que ver con seguridad, delincuencia, migración ilegal y sobre todo crimen organizado, que está afectando de manera muy significativa la vida de todos los días de millones de chilenos, es el gran tema. Eso explica en parte la ausencia de esta agenda de la discusión pública.
—Usted menciona que Matthei da más garantía de gobernanza y experiencia. ¿Por qué no acentuar esas diferencias si la definición de la presidencial posiblemente va a pasar por qué candidato de derecha va a estar en el balotaje?
—Se ha hecho. Porque si tú me preguntas cuál es la principal diferencia entre los tres candidatos de la derecha, yo voy a responder que no cabe ninguna duda que la diferencia más importante es la solidez que tiene Evelyn Matthei a nivel político. Se necesita ganar una elección, pero también se necesita gobernar. Y para gobernar esas competencias son muy importantes.
—¿Esos atributos no los ve en las otras candidaturas de derecha?
—Puedo referirme a la candidatura de José Antonio Kast porque de Kaiser, la verdad, es que lo conocemos poco. Sabemos mucho de su discurso, que tiene una cosa bien radical, bien nítida, pero no tenemos claridad. No sé quiénes están acompañándolo a él en su equipo, he leído su programa de gobierno y me cuesta bastante: muchos titulares y poco de bajadas.
—¿Y qué puede decir de Kast?
—La verdad es que no lo sé, me genera dudas. La única experiencia que tenemos con el mundo republicano es gobernando el Consejo Constitucional y la verdad es que creo que esa gobernanza se farreó la posibilidad de darle a Chile una constitución ampliamente consensuada y aceptada. Esa es la única experiencia que tenemos de gobernanza de ese sector político. No sé si habrán aprendido las lecciones o si llegarían a gobernar redoblando con más énfasis en las cosas que a ellos les parece que son las importantes y que no necesariamente conversan con una mayoría.
—Pero ha tenido una buena campaña, por algo es el que tiene más posibilidades de pasar a segunda vuelta.
—Ha sido una candidatura que, creo yo, en su despliegue ha estado bastante concentrada en dos o tres personas. Por el contrario, lo que yo veo en la candidatura de Matthei es un elenco más amplio de personas, especialistas en distintos temas y mostrando un elenco sólido, muy coordinado, articulado, y que sabe de lo que está hablando y que sabe de lo que le está proponiendo al país.
—Hablando de los distintos proyectos dentro de la derecha. ¿Cree que las diferentes sensibilidades van a chocar o podrían complicar el desarrollo de la segunda vuelta?
—La segunda vuelta es una elección totalmente distinta. Porque en la primera vuelta eliges la candidatura que te represente mejor, y en la segunda tienes que optar.
—¿Y cómo se comportará la oposición en ese escenario?
—Creo que en segunda vuelta la oposición completa —cuando digo completa, digo desde los libertarios hasta Demócratas— va a poner al país en el centro. A mi juicio, el país va a seguir estancado e incluso algunos problemas podrían profundizarse en un gobierno de continuidad. Y para lograr ese objetivo hay que dejar todos los matices partidistas y las disputas, pese a que puedan ser discrepancias legítimas.
—Pero si es Kaiser en segunda vuelta, ¿usted lo apoyaría?
—Hoy día mi candidata se llama Evelyn Matthei. Te lo digo principalmente porque creo que Kaiser es la candidatura más débil para enfrentar a Jara electoralmente. Pero si llegara a ocurrir una cosa como esa, bueno, habrá que ver esa noche, habrá que ver qué compromisos tiene y cómo se plantea en un futuro gobierno. Pero lo único que puedo decir es que mi candidata es Matthei y voy a marcar por ella en primera vuelta.
—Se lo pregunto porque usted es exministra de la Mujer y tanto Kaiser como Kast, han tenido un historial polémico respecto a la materia de la mujer. ¿Eso a usted no le complica?
—Mi candidata se llama Evelyn Matthei y creo que están abiertas las posibilidades de que pase a segunda vuelta. Lo que creo es que las convicciones no cambian. No creo que ninguno de los dos candidatos haya cambiado su visión sobre las mujeres.
—¿Pero con esas candidaturas no hay riesgo de retroceso?
—En el país no hay ninguna posibilidad de que haya un retroceso en materia de derechos de las mujeres. Porque los cambios están asentados en la institución y hasta nivel cultural. En ese sentido, me gusta el planteamiento de base de Matthei. Antes de las propuestas, antes de decirte A, B o C, lo importante es que las mujeres vivan en Chile libres y seguras. Segundo, no hay ni un paso atrás en esta materia. Y tercero, una agenda aterrizada en aquellas prioridades, en las cosas que realmente le cambian la vida a las mujeres.