Este jueves culmina el plazo legal para la campaña presidencial. Los ocho abanderados que postulan por la primera magistratura del país realizarán sus respectivos actos de cierre, aunque algunos ya adelantaron sus eventos de término de campaña.
Así, los candidatos se alistan para recibir los resultados este domingo, que se comenzarán a conocer a partir de las 18 horas, una vez cierren las mesas a nivel nacional.
Polémicas, cambios en los comandos y los guiones de campaña, entre otros factores, llevaron a que los candidatos sufrieran altos y bajos en estos meses de disputa.
Con todo, y considerando que hay poco por hacer en esta última jornada —además de evitar a toda costa polémicas de último minuto—, en los comandos ya comienzan a sacar cuentas del periodo de campaña y sobre la posición en que cada uno de sus abanderados enfrentará la elección que definirá los dos nombres que avancen a la segunda vuelta.
Jeannette Jara: la búsqueda por distanciarse del Gobierno de Boric
Jeannette Jara, candidata de Unidad por Chile, terminó su campaña con un claro objetivo: distanciarse lo más posible del Gobierno y, sobre todo, de la figura del presidente Gabriel Boric en vistas a la segunda vuelta.
Así lo hizo ver en el último debate de Anatel, instancia en que la candidata de la izquierda —que marchaba primera en las encuestas hasta antes de la veda— marcó distancia con Boric a propósito de la Ley de Presupuesto, el polémico saludo a Javier Milei y el caso Monsalve.
Para Ignacio Munita Roberto Munita, analista político y académico de la Facultad de Comunicación Universidad de los Andes, “sin duda, exacerbar las diferencias de Jara con el oficialismo y con el gobierno le va a ser muy rentable a Jara para la segunda vuelta. Es un paso necesario, aunque aún está por verse si será exitoso o no”.

Sin embargo, para Rodrigo Meléndez, Subdirector Ejecutivo del Instituto Res Publica, esta tarea no será sencilla para la militante del Partido Comunista (PC)
“Será difícil para Jeannette Jara diferenciarse tanto del presidente Boric, de quién hasta hace unos meses era su ministra del Trabajo, cargo eminentemente de confianza y en el que lideró dos de los principales proyectos del legado presidencial; como del gobierno, del que participa no sólo el partido en el que ella milita, sino que forma parte del Gobierno ejerciendo ministerios y subsecretarías, apoyando sus proyectos de ley y formando parte de un pacto electoral con la mayoría de partidos de izquierda y que, dicho sea de paso, conforman el oficialismo”, sentencia.
José Antonio Kast: cuidando el paso a segunda vuelta
Al igual que Jara, José Antonio Kast (Partido Republicano) pareciera tener asegurado su paso al balotaje. Eso indicaban las encuestas hasta antes de su prohibición de difusión.
Por lo mismo, en el comando del republicano se tomó la decisión de no exponer al candidato a polémicas. Ante preguntas por el cierre de Punta Peuco, agenda valórica o los recortes que plantea, Kast decidió esquivar antes que dar posiciones claras. Asimismo, evitó entrar en conflictos con sus vecinos del sector al ser emplazado en reiteradas ocasiones por diversos temas.

Sobre esta actitud del candidato, Melendez afirma que “de José Antonio Kast no se ha visto nada distinto de cualquier candidato presidencial, el que es saber responder las distintas preguntas con cierta estrategia y optar por colocar el énfasis en las temáticas que más beneficio le puede reportar”.
Opinión contraria sostiene Munita, quien afirma que “sin duda Kast se ha negado o ha esquivado ciertos temas que son complejos. Eso es parte de su relato, de su estrategia, de hablar de un gobierno de emergencia”.
En ese sentido, el analista pone sobre la mesa el factor Kaiser: “Eso le puede estar complicando hoy día por el flanco derecho. Porque Kaiser, en cambio, se está vendiendo como un tipo que no tiene problemas de hablar de esos temas complejos. Entonces, de alguna forma, la estrategia Kast, que estaba muy desmontada en los primeros meses, se ha visto afectada por el factor Kaiser”.
Kaiser, ¿el tapado?
“Estamos en el margen de error en el segundo lugar junto a Kast”. Esa es la frase que se repite en el comando de Kaiser desde hace dos semanas. Y es que las últimas encuestas, mostraron un alza sostenida del nacional libertario que ilusionó a su comando con dar la sorpresa y pasar al balotaje.
Esa buena posición en los sondeos coincidió con un endurecimiento de las posturas del candidato: propuso indultar a los presos de Punta Peuco, modificar el aborto en tres causales y reivindicó su decisión de “dar la batalla cultural” en contraposición a la postura adoptada por Kast.

Melendez, de Res Pública, plantea que en cuanto a una eventual amenaza de Johannes Kaiser a Kast, “lo cierto es que en esta elección, tras la implementación del voto obligatorio, tendremos un electorado más amplio que en la presidencial del 2021, por lo que es más factible que Kaiser esté reuniendo votos de personas que de otra manera anularían más que votar por otro candidato”.
Matthei, apostando a un voto silencioso
Evelyn Matthei, hasta hace unos meses, parecía imbatible. Pero tras la primaria del oficialismo quedó relegada al tercer y, posteriormente, al cuarto lugar de las encuestas.
Ese escenario terminó con la candidata variando su estrategia y con sucesivos cambios en su comando. Apostó por enfrentar a Kast, luego por relevar su capacidad de gestión y propuestas, y las últimas semanas retornó al plan de rivalizar con el republicano, pero en un tono más bajo.
Eso sí, lo que cruzó estos últimos meses de campaña fue la búsqueda del voto de centro y apelar al voto silencioso.

Sobre esto, Munita apunta a que “el pase al balotaje de Matthei depende en gran parte de un voto oculto que no se haya manifestado en las encuestas pero que le podría estar ayudando. Me refiero a esa gente más de centro, moderada, que no le gustan los extremos, pero que a la vez le gusta la mano dura, le gusta el estilo franco, y en ese caso Matthei puede ser una buena candidata para ellos”.
“Las fortalezas de la campaña de Evelyn Matthei se encuentran en propuestas muy bien estudiadas, técnicamente bien elaboradas y con una gran gama de profesionales dispuestos a trabajar en un eventual gobierno para materializarlas. Sin embargo, entre sus debilidades se encuentra, precisamente, la falta de una dirección fuerte y clara en los elementos que deben conformar una campaña política, fundamentalmente en el área comunicacional”, dice Melendez.