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Felipe Alessandri: “Ahora hay que ser generosos y dejar los egos de lado”

El alcalde de Lo Barnechea llama a formar un frente común de todas las derechas para el balotaje. “La carrera no está ganada”, advierte. Propone un cónclave, recuperar las confianzas y adoptar una mirada estratégica que les asegure dos períodos en La Moneda. “Pondré todo mi peso político detrás de quien pueda ganarle al comunismo”, dice.

La cochambre está que estalla. El grupo de WhatsApp que integran los ex colaboradores de los gobiernos de Sebastián Piñera no ha parado de compartir encuestas, notas de prensa, análisis y memes en estos días definitorios de la campaña presidencial.

“Uno ni siquiera necesita leer el diario, porque todo está ahí”, dice Felipe Alessandri Vergara, uno de sus miembros más insignes.

El actual alcalde de Lo Barnechea, ex jefe comunal de Santiago y ex encargado ciudadano del gabinete presidencial de Piñera 1, cuenta que el chat nació hace años sin fines políticos, sino como un medio de comunicación para saludos de cumpleaños y comentarios de actualidad. “Pero por estos días ha estado muy activo, expectante, porque los que integramos ese grupo tenemos algo en común: el cariño por Chile y haber trabajado bajo el tremendo liderazgo del Presidente Piñera”, describe.

–¿Se extrañó su liderazgo en esta elección?
–Muchísimo. Él nos hubiese ordenado rápidamente. Faltó una mirada más desde arriba, más estratégica, que alineara a los distintos partidos de Chile Vamos. Y eso lo hacía, sin duda, el Presidente Piñera con su mirada de país. Se ha echado de menos esa visión a largo plazo, y ha habido algo de mezquindad: proyectos personales antes que el proyecto de unidad.

A horas de una elección con ocho candidatos presidenciales -tres de los cuales representan a partidos de derecha que no lograron acordar una primaria- Alessandri cuenta que el clima de su sector es de incertidumbre total: “Esta es la verdadera primaria de la derecha. Estamos bien empatados y uno lo siente en la calle. Ese votante obligado que nos dio el triunfo para el 62% del Rechazo está bien dividido. Nadie se atreve a apostar quién pasa a segunda vuelta. Jeannette Jara ya tiene su paso asegurado, pero no da lo mismo quién pase de nosotros”, dice el militante de RN que ha apoyado la opción de Evelyn Matthei. Y advierte: “La carrera no está ganada. Hay que ser súper claro”.

En el living de su oficina, en el último piso del Centro Cívico de Lo Barnechea, Alessandri llama a no ser triunfalistas: “Estuve con unos empresarios el fin de semana pasado y me decían oye, pero qué agradable esta pelea entre los tres alemanes. Cualquiera que sea Presidente me da tranquilidadOjo, piojo, dije yo. En segunda vuelta el 30% del piso de Jeannette Jara puede dar una sorpresa”.

Mientras apura un espresso, hace lo propio con el mensaje a su sector:

–Nunca, en mis 50 años, la derecha había tenido la oportunidad de ganar una elección presidencial en primera vuelta. Si hubiésemos ido unidos desde Parisi hasta Kaiser, ganábamos. Era inédito. La unidad hubiese permitido ganar en primera vuelta, había que dejar los egos de lado y pensar en el proyecto país, como lo hacía Piñera. Ahora, en cambio, tenemos el riesgo de tener al New York Times o al Washington Post titulando Candidata comunista lidera en la primera vuelta. No es una buena noticia para Chile. Si queremos inversión en minería, en salmones, litio, no es un buen titular. Eso a mí me preocupa. El comunismo solo trae pobreza.

–¿Y China?
–No hablo del comunismo de China, sino del latinoamericano: Bolivia, México, Colombia… todos ejemplos de rumbos errados. En un contexto internacional, no sería una buena señal para la inversión. Además, en Estados Unidos no tenemos a Barack Obama, tenemos a Donald Trump. Y ya vemos el apoyo que Trump le ha dado Argentina, mientras que el Presidente Boric ni siquiera le contesta el teléfono (a Marco Rubio) y tiene la tupé, cada vez que va para afuera, de pegarle palos.

–¿Ya definió su opción de segunda vuelta?
–Esa misma noche, quien gane tendrá mi apoyo. Espero que gane Evelyn Matthei, tiene los equipos, la experiencia y la trayectoria. Pero si no se diera, pondré todo mi peso político detrás de quien pueda ganarle al comunismo (…) Tenemos que pensar en la segunda vuelta y después, una vez en La Moneda, formar un gran frente común. Evelyn tiene los equipos y debería convocar a todos los K (Kast y Kaiser), si quieren incorporarse. Un gobierno de unidad, que pueda sacar los proyectos concretos que se necesitan en vivienda, educación, adultos mayores, listas de espera y contribuciones.

–Kast comprometió tempranamente su voto por Matthei de no pasar, pero no ocurrió lo mismo al revés. ¿Por qué cree que lo incorporaría?
–Estrategias de campaña. Estoy convencido de que Evelyn preferiría a cualquiera de los K. Ninguno es un loco de patio, ninguno va a venir a refundar Chile. El país busca recuperar la estabilidad. En los últimos 40 años habíamos logrado que Chile fuera un ejemplo de virtud en Latinoamérica, pero tuvimos un retroceso post estallido social; y este gobierno no ha sido bueno. Mucho discurso, mucho político de Twitter buscando likes más que cosas concretas. Es bien impresionante que siempre estén con esta dicotomía de ricos versus pobres… ¡Si los ricos se defienden solos! La clase media y los más vulnerables, por lejos, son los que más se vieron afectados por este gobierno. Salir de esto no va a ser inmediato.

“Nos vamos a necesitar todos”

Según la RAE, los significados de cochambre son bien poco elegantes. Tienen que ver con basura, grasa o suciedad. En su acepción más amable, se puede relacionar con el desorden. Un ejemplo de uso: “No sé cómo puedes vivir entre tanta cochambre”. Así, la palabra que da nombre al conspicuo chat piñerista también serviría para describir las relaciones dentro de la derecha en esta etapa electoral.

-Después la dura campaña de primera vuelta, una cosa será votar unidos contra el oficialismo en diciembre ¿Pero gobernarán juntos después?
-A eso habrá que hacerle un doble clic y quizás van a haber algunos que de manera individual se van a poner inmediatamente a disposición del vencedor, lo que me parece muy respetable. Pero también aprendamos un poco del Socialismo Democrático…

-¿Qué cosa?
-Cuando recién asume este gobierno nombran a la señora Izkia Sitches de ministra del Interior, una destacada doctora que venía del Colegio Médico, y no dio el ancho. ¿Quién vino a darle el tonelaje al gobierno? El socialismo democrático completo. Tohá, Marcel, Elizalde, Macarena Lobos. Pero después de sus primarias, ¡pum! los sacaron y no los han tomado en cuenta. Entonces, ¿a qué voy con eso? A que yo estaré feliz de votar en diciembre por un K. Pero veamos también cómo sentarnos a la mesa para hacer un gobierno de unidad todos juntos. No quiero que nosotros entreguemos la experiencia y los conocimientos, para que después no nos sintamos parte del equipo. No quiero que en tres años nos digan “muchas gracias, señores”. Y para la casa. Trabajemos juntos. Creo que esa unidad se puede dar, porque tanto Kaiser como Kast y Matthei, todos venimos de un tronco común. Entonces, en el fondo somos una sola familia que ahora está media dispersa, pero nos podemos volver a juntar frente a un proyecto común que se llama Chile. Ahora hay que ser generosos y dejar los egos de lado. Primero está Chile. Segundo están las coaliciones y los partidos políticos. Y los egos muy al final.

Alessandri hace una pausa, toma otro sorbo de espresso, y matiza:

“Creo que todos -Kaiser, Kast y Matthei- han demostrado que no están en política para hacerse famosos ni para llevar la banda porque sí, sino que porque ven que Chile está sumido en una desesperanza brutal. A mí no me había tocado ver al país así”.

–¿Piensa en un acuerdo por escrito?
–Eso es noticia en desarrollo, tendremos que ver (sonríe). Yo espero que gane Evelyn y que convoquemos a los K. Pero también está el ejemplo de José Antonio Kast, que en la segunda vuelta (2017), cuando gana el Presidente Piñera, dice: “Mire, Sebastián, yo voy a votar por usted, voy a trabajar por usted, me voy a sacar la mugre por usted, pero no voy a ser parte de su gobierno”. Es muy legítimo. Pero son tantos los cargos que hay que llenar de Arica a Punta Arenas, que nos vamos a necesitar todos.

-¿Cómo se gestiona esa unidad de gobierno?
-Hay que generar confianzas. Los partidos políticos tenemos que sentarnos, hacer algún tipo de cónclave para recuperar confianzas, lo que a veces cuesta, porque las campañas tensionan. El tema de los bots fue duro para Evelyn. A mí me tocó vivirlo también en mi campaña edilicia.

-¿De dónde eran esos bots?
-No sabemos. Pero olían y tenían cara de republicanos. Ellos lo niegan, y no tengo por qué no creerles. Pero eso ya pasó. Ahora está Chile en juego. Generando las confianzas, armando buenos equipos. Integrando desde Amarillos y Demócratas hasta el Partido Nacional Libertario, podemos hacer un gobierno de unidad que saque a Chile adelante. Y ojalá quedarnos a lo menos ocho años, porque así vamos a poder darle conducción al país. Cuatro años pasan volando, es muy poco.

–¿No buscaría sumar al centro? Al votante apolítico.
–El centro va a llegar solo si proponemos ideas claras. Si vas desde Parisi hasta Kaiser, tenemos el 65% de los votos a lo menos. Además, la experiencia indica que cuando la elección es binaria los votos nulos y blancos bajan muchísimo. La gente va a optar. Y, en ese escenario, para mí Evelyn tiene la mayor posibilidad: es la que genera menos rechazo y es la que le gana por más distancia a Jara.

–¿Afectará a la derecha tildar de “cobardes”, “parásitos” o “atorrantes” a los oponentes internos y externos?
–No me gusta ese tipo de lenguaje, porque descalifica y aleja a la gente de la política. Es una estrategia que no comparto. Chile avanzó cuando hubo acuerdos. Allamand y Longueira se sentaban con Lagos y el país progresaba. La gente no quiere vernos pelear. En los semáforos me lo dicen: “Alcalde, no peleen más, pónganse de acuerdo”.

“Lo Barnechea no es La Dehesa”

El alcalde Felipe Alessandri es inquieto, delgado, locuaz. Se mueve rápido y habla igual. “A mí me gusta caminar, por eso me gustaba Santiago”, dice sobre su pasada administración. Se define como un hombre de acción: “Soy hijo de parlamentario y hermano de parlamentario, valoro mucho lo que hacen, pero qué paciencia tienen. Yo soy mucho más ejecutivo”.

Cuenta que había pensado dejar la política después de vivir los costos del estallido social: “Tengo cuatro niños. Ahora la menor tiene siete años; en 2019 tenía tres. Fue un tema familiar duro porque los insultaban a ellos y me enviaban fotos de ellos afuera de mi casa. Hubo un riesgo importante. Así que, después de hablarlo con mi señora, había optado por no ir a la reelección. Hasta que me llamaron y me preguntaron si me interesaría participar en una primaria por Lo Barnechea… Y me empecé a mover así…”, dice, y empieza a dar pequeños saltos de entusiasmo en el sofá donde está. “Le dije a mi señora esto queda más cerca de la casa. A veces puedo ir a almorzar, voy y vuelvo en cinco minutos en scooter o en bicicleta, o sea, no me demoro nada”.

–¿El alcalde en scooter?
–(Ríe) Esta comuna está diseñada para andar en un auto y ojalá un auto grande, una Ford F-150, una suburban. Si ahora te dijera “vámonos a tomar un café al Mall Vivo”, que queda a un kilómetro, sería una odisea llegar vivos caminando, porque no hay veredas, los autos te pasan encima. Me he preocupado mucho de hacer veredas en El Rodeo, de hacer un boulevard gastronómico, de soterrar los cables. Me inspiró mucho lo que hizo Carlos Larraín (como alcalde de Las Condes) en la Plaza Perú. Quiero hacer esta comuna más caminable.

Con un ventanal a su espalda que da al popular Cerro 18, Alessandri también dice que tiene desafíos de corte social. Cuenta que la mañana de esta entrevista estuvo en el Congreso defendiendo que le incrementen el aporte al fondo común municipal: “Saquémonos el estereotipo de que Lo Barnechea es La Dehesa. Lo Barnechea tiene sectores muy vulnerables y eso el gobierno no lo toma en cuenta”, reclama.

–¿Siguen los fuegos artificiales en el Cerro 18?
–Sí, cuando llega la mercancía disparan fuegos artificiales, pero estamos vigilando a través de drones, cámaras y un trabajo muy acucioso con la fiscalía, persiguiéndolos con la PDI y Carabineros. Hay microtráfico en sectores vulnerables, pero también en otros más acomodados, con drogas sintéticas.

–¿Crimen organizado extranjero?
–No, no hay presencia del Tren de Aragua en la comuna. Lo que hay son bandas locales y algunos universitarios con lo de las drogas sintéticas.

–¿Qué opina de una policía municipal?
–No, policía municipal en ningún caso, pero sí mayores atribuciones para nuestros equipos de seguridad en decomisos de comercio ambulante, control de incivilidades y carreras clandestinas. Nosotros somos los primeros en llegar. Somos un apoyo importante a Carabineros. Pero no pretendo que nuestros guardias anden armados. Jamás.

–¿Pistolas Taser?
–En algunos casos. Estuve con el director de la policía Municipal de Madrid, y me decía que en los últimos 5 años se han desenfundado pistolas Taser solo cuatro veces. Son sumamente disuasivas.

–¿Contento en Lo Barnechea?
–Sí, mucho. Porque a diferencia de Santiago, no tengo todo ese tema más político de los colegios emblemáticos con los overoles blancos. Recibí un municipio ordenado y tengo un buen concejo municipal, ocho concejales desde el Partido Republicano hasta el Partido Comunista. He notado en ellos una voluntad de querer hacer las cosas bien y de aportar a la mirada ciudad más que al eje politizado; muy diferente de Santiago, donde tenía un concejo hiperpolitizado que a veces no votaba cosas que eran buenas para los vecinos solo por llevarle la contra al alcalde. Acá he visto mucha generosidad de los ocho concejales y eso me alienta a seguir adelante. Tenemos grandes proyectos de ciudad.

–¿No se sumaría al nuevo gobierno?
–Estoy contento acá. Esta comuna tiene mucho para entregar al gobierno. Invité al Presidente Boric varias veces a que viniera a ver la comuna, pero parece que por un estigma, creen que somos solo La Dehesa, no nos arreglan ni siquiera la ruta a Farellones. Piensan que es un reducto para los esquiadores, cuando es un pueblo montaña que le da mucho al país, al turismo; ahí tenemos colegios, posta, etc… Hay gente que vive todo el año allá y la ruta es del año 70, por eso colapsa en invierno. Y yo legalmente ni siquiera puedo tapar un hoyo, porque la ruta es MOP. ¡Pero la gente despotrica contra mí! Por suerte ya estaban llamando a licitación para arreglarla, así que felicito a la ministra López y al Seremi, que nos escucharon. Bueno, más bien nos leyeron…

Entonces, el alcalde Alessandri comienza a reír a carcajadas y cuenta, casi con malicia adolescente, cómo se las arregló para lograr lo que tantas administraciones pasadas no pudieron: “Lo que hice fue poner unos carteles así de grandes -abre los brazos a todo su ancho- en la ruta. Decían: Si tiene quejas, llame al MOP, éste es el teléfono…”.

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