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Francisco Vidal, vocero de Jara: “Lo mejor y lo que más respeta la dignidad de los ciudadanos que votaron por Parisi es recoger propuestas de su campaña”

El reciente incorporado vocero del comando de Jeannette Jara analiza la estrategia de la candidata para el balotaje, defiende la incorporación de propuestas de Franco Parisi como eliminar el IVA a los medicamentos, y cuestiona la negativa de Kast a participar en debates.

Francisco Vidal es uno de los seis voceros del comando de Jeannette Jara que se sumaron al comando el pasado viernes.

El contexto es complejo: Jara obtuvo un cerca del 27% de los votos en primera vuelta, mientras que los votos sumados de José Antonio Kast, Johannes Kaiser y Evelyn Matthei alcanzaron el 50%. En ese escenario, el comando busca captar principalmente los votos de Franco Parisi —quien obtuvo un 20%— para alcanzar la cifra mágica del 50%.

Para ese objetivo, Vidal transparenta que más que buscar el apoyo explícito de Parisi, lo que busca el comando es llegar a ese electorado a través de las propuestas del fundador del PDG. 

—Considerando que hay otros cinco voceros en la campaña, ¿qué viene a aportar usted particularmente?

—Yo soy un vocero más. Mi estilo es que lo que me interesa es convencer a la gente con evidencia, con argumentos, para que aquella gente que votó por los otros candidatos vote por Jara. 

—¿Pero no hay una intención de sacar a Kast de su zona de confort en algunos temas que le han complicado?

—Yo creo que esa es la oportunidad de los debates, pero no en un sentido personal. El debate al final va a ser entre Kast y Jara. Ese es el momento, tanto de los periodistas como de la candidata, de plantear las dudas. Básicamente las dudas tienen que ver con su programa económico. Pero por lo menos lo que yo he hecho y voy a seguir haciendo es argumentar por qué la propuesta de Jara se hace cargo de las principales insatisfacciones y frustraciones de la inmensa mayoría de los chilenos.

—¿No es problemático tener tantos voceros en la campaña? Pueden producirse descoordinaciones, contradicciones. De hecho, fue algo que le pasó a Matthei cuando puso muchos voceros.

—Depende. Nosotros somos seis, pero hay una cierta línea básica y uno se mueve con libertad dentro de esa línea. Yo quiero concentrarme en argumentar con evidencia por qué la solución de las dos grandes inseguridades de la abrumadora mayoría de los hogares chilenos puede ser enfrentada con el programa de Jara. La composición de los seis voceros es una expresión del arco político enorme que está detrás de la campaña. Tienes a Alejandra Krauss del mundo cristiano, al senador Lagos Weber de Convergencia Social, a la senadora Sepúlveda del PPD. Cuando la candidata eligió estos seis nombres, quería demostrar amplitud. La segunda vuelta refuerza lo que ocurrió en la primera vuelta.

—Llama la atención que no haya un vocero del Partido Comunista, que es el propio partido de Jara. ¿Hay un afán de evitarse problemas con algún tipo de declaraciones que pueda hacer el PC y que compliquen la candidatura?

—No. Cuando una candidata es de una coalición amplia, representa a los nueve partidos de la coalición que han hecho un programa común, y lo que guía es el programa común, no el programa del PS, de los Radicales o del Partido Comunista. Ella es quien toma las decisiones de colocar los nombres. En este minuto, José Antonio Kast tiene 8 puntos de ventaja, 58% versus 42% de Jara. A nosotros nos faltan 8 puntos para llegar a esa cifra mágica que es el 50%. La tarea de la campaña de Jara es ir avanzando y recuperando cada uno de esos puntos, y para eso quedan 18 días.

—Sobre el comando, el viernes se anunciaron nuevas incorporaciones y hubo una polémica con un embajador que tenía una denuncia por violencia intrafamiliar. ¿Fue un error no forzado? ¿Quién estuvo detrás de ese nombramiento?

—No tengo idea. Pero cuando se producen estas situaciones, lo más rápido es decirle: “Señor, muchas gracias, pero usted no está en condiciones de ser embajador de nada hasta que resuelva su problema judicial”.

—¿Pero no hubo que haber investigado un poco al sujeto antes?

—En mi experiencia cuando estaba en La Moneda, no había nombramiento sin consultar antecedentes. Pero son situaciones que ocurren. Lo relevante es cómo le explicas a la gente que no votó por Jara en primera vuelta las razones para que vote en segunda vuelta, sin descalificar a nadie. Sólo con argumentos, evidencia y experiencia.

—También se nombra a Paulina Vodanovic como jefa de campaña. ¿Por qué ahora es necesario tener una jefa de campaña y antes no?

—Porque la segunda vuelta es completamente otra elección. Toda la experiencia de las segundas vueltas desde Lagos y Lavín en adelante —yo viví directamente la de Bachelet y el segundo equipo de Lagos— muestra que, salvo casos de continuidad, el equipo era completamente nuevo. Desde ese momento que fue el 99-2000 hasta hoy, en general la segunda vuelta es una segunda elección. Mira los números: en la misma encuesta que mencioné, hay un desglose de los votos de Kast y Parisi. El 50% de los que votaron por Parisi en esa encuesta van a votar por Kast, el 22% por Jara, pero lo más relevante es que hay un 28% que no toma la decisión. Si esa encuesta representa la realidad, estás hablando de dos millones de votos que fue el 20% de Parisi.

—Llegan varios de la ex Concertación al comando, ¿por qué era necesaria su incorporación?

—Porque en la segunda vuelta, cuando pasas en primer lugar como ocurrió, tienes al frente los votos sumados de Kast, Kaiser y Matthei, que hace dos domingos alcanzaron el 49% de los votos. Los votos de Jara, ME-O, Artés y Mayne-Nicholls no llegan ni al 30%. Entonces partes de muy abajo y tienes que hacer el mayor esfuerzo para llegar a la meta. En mi opinión, ese mayor esfuerzo se logra explicando y argumentando con evidencia cuáles son las cosas que hay que hacer para que las personas salgan de su angustia y de sus problemas.

—En esa tarea de convencer, ¿cómo se irá a buscar los votos de Parisi? ¿Es con las propuestas propias o incluyendo propuestas del candidato?

—Yo creo que lo mejor y lo que más respeta la dignidad de los ciudadanos que votaron por Parisi es recoger de su campaña aquellos elementos que levantó y por los que mucha gente votó. Jara ha recogido dos: el tema del IVA para los medicamentos y la necesidad de mayor austeridad en los cargos de confianza política.

—¿Esas dos medidas no son populistas?

—Aquí tengo una cosa personal en estas dos materias. Cuando tú propones eliminar el IVA a los medicamentos, la ortodoxia neoliberal que está tanto en la derecha como también en el mundo de la ex Concertación, como fue el caso de España con el Partido Socialista Obrero Español, te dice que es una medida de un impacto fiscal destructivo. Pero es una buena idea realizable que se ha hecho en otros países. En Europa, por ejemplo, existe el IVA diferenciado. Así como es una buena idea de Matthei el piso cero para la adquisición de la primera vivienda —que no recuerdo si estuvo en la segunda cuenta del 91 de Aylwin, pero sí después—. Un candidato que pasa a segunda vuelta, explícitamente como lo ha hecho Jeannette Jara, suma contenido de sus rivales que no pasaron a segunda vuelta. Y eso, en mi opinión, es positivo para el país como gesto y como conducta.

—Pero también se podría interpretar como utilitario adoptar propuestas de otras personas que no votaron por ti para lograr ese voto.

—Mira, cuando el jefe económico de Kast se junta con el equipo económico de Matthei y la reunión termina diciendo que no es rígida la propuesta de reducir 6.000 millones de dólares de gastos fiscales en 18 meses, ¿qué te está diciendo esa respuesta? Que se está abriendo la puerta justamente ahí. Su jefe económico requiere ponerse de acuerdo con sus aliados que públicamente dijeron que esa propuesta era imposible de cumplir.

—¿Se pueden sacar votos del electorado que votó por Matthei?

—De hecho, en la encuesta que mencioné, la votación de Matthei se divide: un 60% para Kast y un 19% para Jara. Lo que pasa es que la gente se mueve en la segunda vuelta.

—¿Por qué usted cree que hay gente de Matthei que se va con Jara y no con Kast? ¿Y cómo se puede hacer que ese margen sea más amplio?

—Debe haber un porcentaje que votó por Matthei y que entre la opción Jara-Kast no tiene mucha explicación racional. Eso a diferencia del votante de Kaiser, que casi en un 90% vota por Kast y prácticamente nadie vota por Jara.

—¿Pero por qué ese votante de Matthei se siente atraído por Jara y no por Kast, que al final son vecinos de sector y con Jara son opuestos?

—Habría que preguntarle a ellos. Yo no soy psicólogo ni astrólogo. Pero suele ocurrir en las segundas vueltas. Por ejemplo, la primera vez que ganó Sebastián Piñera, él sacó un 45% de los votos en primera vuelta, Frei 29%, Enríquez-Ominami 20% y Arrate 6%. Entonces era Frei quien debía ganar según la lógica. Y fíjate más: de los 20 puntos de Enríquez-Ominami en 2009, siete de esos puntos se fueron en segunda vuelta a Piñera. ¿Qué interpretación le di a eso? Fue tal el grado de tensión entre Enríquez-Ominami y Frei que casi la mitad de los votantes de Enríquez-Ominami, que eran de discursos de izquierda, terminaron eligiendo a Piñera por sobre Frei.

—Respecto al voto de Matthei, me acuerdo que hubo una carta de ex concertacionistas que firmaron por ella. ¿Esperaría usted que ese mundo que quedó huérfano tenga el mismo pronunciamiento a favor de Jara?

—Hubo tensión en ese mundo entre quienes cruzaron hacia Matthei diciendo que eran representantes de la Concertación y quienes nos quedamos de este lado diciendo que nosotros somos los herederos. ¿Cómo se resolvió eso? Con la votación. La antigua Concertación —Socialistas, PPD, Radicales y Demócrata Cristianos— sacó 30 diputados. Amarillos por Chile sacó uno. Ahí está el resultado. Y si tú lees ayer en El Mercurio a Juan Sutil, él dice que entre las cosas en que se equivocaron es que le asignaban a ese mundo un porcentaje infinitamente mayor de votos para Matthei que los reales. Ahora hay gente de ese mundo que ya tomó la decisión. Son amigos míos, los conozco, que dijeron que van a votar por Kast.

—¿Qué esperaría que hicieran los ex presidentes de la Concertación, los ex presidentes Frei y Lagos?

—No estoy en condiciones de hablar por ellos. Pero repito las palabras del senador Lagos Weber cuando le hicieron la pregunta que tú me haces: él dijo que tenía la convicción de que su padre votaría por Jara. Lo dijo públicamente.

—Cerrando respecto a los debates, ¿qué tanto afecta al diseño de la campaña de Jara que Kast se esté arrastrando en esta materia? A ella se le percibe con altas ganas de debatir, con altas ganas de poder enfrentarlo en ese espacio.

—Yo creo que va a haber un debate importante en las radios y la televisión. Pero lo que está haciendo Kast es sorprendente. Una persona que tiene el amplio respaldo que tiene en las encuestas, me sorprende que con la convicción que tiene además sobre los más diversos temas, no tenga la voluntad de argumentar sus planteamientos. Ahora, hay otra lógica de manual: la persona que siempre va adelante tiende a eludir los debates, porque el debate más que ganar puntos corre el riesgo de bajar puntos ante un error. Eso es más viejo que andar a pie. Pero desde el punto de vista de la ciudadanía sería bueno que los dos candidatos debatieran, se interpelaran, respondieran a los periodistas. La decisión de José Antonio Kast de rechazar incluso el programa de Don Francisco, que es clásico, no se ve bien.

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