“El proceso de aprendizaje comienza desde los primeros años, con el desarrollo del lenguaje y el vocabulario. Muchas familias desconocen lo crucial que es esto y cómo fomentarlo”, declaró a EL DÍNAMO Susana Claro, vicepresidenta de la organización Por un Chile que Lee, quien calificó esta situación como uno de los principales factores detrás de los bajos índices de comprensión lectora en el país.
Un estudio realizado por académicos de la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de los Andes reveló que el 60% de los estudiantes de segundo básico no alcanza el nivel de comprensión lectora esperado para su edad. Esto significa que presentan un desfase de al menos seis meses en su desarrollo lector.
La investigación que se basó en una muestra representativa de 1.153 alumnos, se llevó a cabo mediante DIALECT, una herramienta digital adaptativa que se enfoca en los diversos subprocesos de lectura, ajustándose al nivel de comprensión lectora de cada estudiante.
Los resultados sugieren que el retraso en la comprensión lectora se debe, en parte, a dificultades en habilidades fundamentales como el reconocimiento de palabras frecuentes y el manejo del vocabulario. En estas áreas, un 62% y un 40% de los estudiantes, respectivamente, muestran un desempeño por debajo de lo esperado al terminar primero básico.
En cuanto a los factores que son determinantes en el desarrollo de las competencias lectoras en niños, la directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile, Macarena Silva, explicó a EL DÍNAMO que la motivación es esencial. “Existe abundante evidencia que demuestra la importancia del entorno familiar en el desarrollo lector de los niños. Idealmente, deberían tener acceso a libros en casa, en sus espacios educativos o en el jardín infantil. Además, es fundamental que vean a sus figuras cercanas y relevantes leer, ya que los niños aprenden en gran medida por imitación”, señaló.
De acuerdo a qué herramienta pedagógica puede ser más efectiva para abordar estos bajos niveles de comprensión lectora, la experta indicó que “la lectura compartida es clave, ya que para ampliar su vocabulario, los niños no solo aprenden palabras cotidianas por contexto, como leche o perro, sino que también necesitan que se les enseñen términos menos frecuentes pero importantes para su desarrollo. Una fuente clave para adquirir este tipo de vocabulario son los libros, ya que ofrecen palabras más variadas y enriquecedoras en contextos significativos”.
La importancia de reconocer los logros
Frente a los desafíos actuales que enfrenta la enseñanza de la lectura y la escritura, es común enfocarse en los déficits del aprendizaje. Sin embargo, la directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile, recalca que es fundamental reconocer los avances de los estudiantes como base para seguir fortaleciendo sus habilidades.
“Se habla mucho de los déficits en lectura y comprensión lectora, y esa suele ser la mirada más común. Si bien es importante contar con esa información para tomar decisiones educativas, no debe ser lo único que consideremos. También es fundamental tener claro cuáles son las cosas que los niños sí están logrando, porque al destacarlas, ellos pueden tener esa sensación de logro, esa idea de que pueden hacerlo, que es clave para enfrentar las tareas que todavía no han podido completar”, destacó Macarena Silva.
Asimismo agregó que “si siempre partimos por lo que no podemos hacer, es naturalmente más difícil ponerle ganas y esfuerzo, en comparación con cuando comenzamos desde lo que sí somos capaces de lograr. Reconocer los avances genera seguridad y permite tener una mayor expectativa de éxito, a diferencia de enfocarse únicamente en las dificultades o en lo que cuesta más”.
Una red público-privada impulsa la comprensión lectora en Chile
Por un Chile que lee es una red público-privada que trabaja para que todos los niños, niñas y adolescentes de Chile aprendan a leer comprensivamente y disfruten de la lectura.
En conversación con EL DÍNAMO, Susana Claro, profesora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica y vicepresidenta de la organización Por un Chile que Lee, contó que “esta iniciativa surgió en 2022 a partir de la preocupación compartida de un grupo de profesionales del mundo educativo al observar los graves rezagos en lectura tras la pandemia. Sin embargo, pronto descubrimos que este problema es mucho más profundo y anterior a la emergencia sanitaria”.
“El interés fue tan grande que en pocos días logramos reunir a más de 100 entidades, incluyendo academias, sociedad civil, emprendimientos educativos, bibliotecas, editoriales, ex ministras de educación y expertas de distintos ámbitos. Además, se sumó rápidamente el Ministerio de Educación”, añadió.
Factores estructurales detrás de la crisis lectora en Chile
Sobre cuáles podrían ser los principales factores que, han contribuido a la crisis de lectura infantil en Chile, la experta señala que “son múltiples causas. Entre ellas, la falta de especialización docente en la enseñanza inicial de la lectura y la ausencia de seguimiento personalizado a los estudiantes en rezago“.
“No existe especialización en la enseñanza inicial de la lectura para los profesores. En muchas escuelas no se realiza un seguimiento individualizado del nivel lector, por lo que los estudiantes con rezago pasan desapercibidos y no reciben el apoyo adicional necesario. Tampoco existen sistemas de alerta temprana para prevenir el rezago, sino que se actúa tarde”, criticó la vicepresidenta de Por un Chile que Lee.
Para enfrentar la crisis de la lectura en el país, desde la entidad pública- privada, han logrado movilizar a diversos actores políticos y educativos en torno a un compromiso nacional.
“Los primeros pasos fueron visibilizar el tema y lograr el apoyo de líderes políticos y técnicos. Junto a la UNESCO, impulsamos un compromiso nacional por el aprendizaje lector, firmado por diversas autoridades, instituciones educativas y más de 100 organizaciones”, destacó.
“Hemos trabajado en la implementación de acciones basadas en siete pilares, capacitando a docentes y creando una comunidad para profesores de primero y segundo básico. También seleccionamos materiales de apoyo para la enseñanza de la lectura, que están disponibles en nuestra página web. Además, realizamos diagnósticos sobre la situación lectora e identificamos escuelas exitosas para aprender de sus experiencias y compartir sus buenas prácticas”, remarcó.
