Un sondeo realizado a más de mil personas en Chile reveló que la mayoría utiliza algún tipo de método para poder dormir, aunque muchos de estos hábitos contradicen las recomendaciones de los especialistas.
De acuerdo a la investigación de CORPA Estudios de Mercado, el uso de pantallas encabeza la lista con un 37% ve televisión o usa dispositivos electrónicos antes de dormir.
Junto a ello, un 11% de los encuestados recurre a pastillas y un 6% consume marihuana para lograr descansar.
Las diferencias entre géneros son evidentes. Las mujeres son quienes presentan más problemas para dormir y quienes peor califican la calidad de su descanso (4,4 frente a 4,8 en los hombres, en una escala del 1 al 7). También destacan por bajar la intensidad de la luz (33%), rezar (24%) y usar fármacos para dormir (14%).
Los hombres, en cambio, reportan un sueño algo más reparador, pero muestran un mayor consumo de marihuana (7%) y alcohol (2%) antes de acostarse.
En cuanto a las edades, los jóvenes exhiben rutinas más desordenadas y mayores niveles de ansiedad. En el grupo de 18 a 30 años predominan los comportamientos menos saludables, ya que solo un 13% lee antes de dormir, un 26% utiliza pantallas, un 11% consume marihuana y otro 11% realiza actividad física durante la noche.
“El mal dormir entre los jóvenes está muy ligado a sus preocupaciones personales (48%), lo que coincide con los altos niveles de ansiedad (33%) y estrés (54%) que presentan”, explica Pavel Castillo, economista conductual y gerente de Intelligence en CORPA.
En contraste, las personas de 51 años o más prefieren rutinas más tradicionales y presentan mayor uso de medicamentos. Un 26% reza antes de acostarse, un 18% lee y un 11% depende de fármacos para dormir.
Según el estudio, los principales obstáculos para descansar adecuadamente son las preocupaciones personales (45%), estrés laboral o económico (34%) y factores ambientales como el calor, el ruido o la incomodidad del dormitorio. Solo un 15% afirma no tener problemas para dormir.
“El vínculo entre bienestar y descanso es evidente ya que quienes gozan de mejor salud física y mental tienden a dormir mejor”, comenta Castillo.
En ese sentido, el neurólogo y experto en medicina del sueño, Fernando Schifferli, enfatizó que el cuidado del cuerpo y de la salud está directamente relacionado con la calidad del descanso. “Durante el sueño, el organismo se repara, ya que el cerebro elimina toxinas, el cuerpo estabiliza funciones fisiológicas y se protege la salud mental. Cuando entendemos esto, somos más conscientes de nuestras rutinas; de lo contrario, actuamos como si dormir fuera una pérdida de tiempo”, señala.
Debido a lo anterior, sus principales sugerencias son:
- Evitar pantallas al menos una hora antes de dormir.
- Mantener horarios de descanso regulares.
- Reducir el consumo de cafeína, alcohol y marihuana.
- Usar la cama exclusivamente para dormir.
“El sueño no se recupera, y los daños que produce su falta tampoco. Dormir mal afecta la atención, disminuye la empatía y aumenta el riesgo de trastornos mentales. Incluso enfermedades graves como el cáncer o la demencia tienen una fuerte relación con la falta crónica de sueño”, concluye Schifferli.
