Aravena se convirtió a sus 48 años en uno de los profesionales más jóvenes en ser reconocido con el galardón, gracias a sus obras realizadas en Chile, Estados Unidos, México, China y Suiza.
El proyecto se trata de sembrar en las terrazas de los edificios. El piloto será en Milán, Italia, ciudad donde se van a construir dos torres con 900 plantas en total.
Los destacados premios A+ Award de Architizer se abrieron a la posibilidad de que las personas sin mucho conocimiento sobre arquitectura también eligiera sus edificios preferidos.
Son nuestras ciudades y pueblos, y el descuido en el que se encuentran, una deuda que tenemos hacia nosotros mismos como arquitectos y como ciudadanos.
Fundado en 2008 por los chilenos David Assael y David Basulto, luego de que idearan Plataforma Urbana y Plataforma Arquitectura, el portal Arch Daily tiene metas grandes, ambiciosas, tan potentes como necesarias para una firma que hoy se expande por el mundo, con oficinas en México, Brasil, Colombia y China. En pocas palabras, “mejorar la calidad de vida de las próximas tres billones de personas que vivirán en ciudades en los próximos cuarenta años, entregando inspiración, conocimiento y herramientas a los arquitectos que se enfrentarán al desafío de diseñar para ellos”.
El máximo valedor del proyecto es la alcaldía de París y cuenta con el visto bueno de los comunistas y del mundo empresarial, mientras que entre los principales detractores de la Torre Triángulo se cuentan los ecologistas, que denuncian el sinsentido, a su juicio, de crear más espacios para oficinas en una ciudad en la que estiman hay unos 800.000 metros cuadrados vacíos de esa naturaleza.
Así, mediante este nexo simbólico entre la realidad urbana que debería ser y la que efectivamente es, la sociedad civil tiene una jornada al año para enterarse de sus obras, echar de menos aquello que le falta por cumplir, y en muchos casos, para imaginar esa ciudad ideal que yace en el fuero interno de cada quien, amparada por esa predisposición innata a coactuar para hacerla real, que nos enriquece.
Así, mediante este nexo simbólico entre la realidad urbana que debería ser y la que efectivamente es, la sociedad civil tiene una jornada al año para enterarse de sus obras, echar de menos aquello que le falta por cumplir, y en muchos casos, para imaginar esa ciudad ideal que yace en el fuero interno de cada quien, amparada por esa predisposición innata a coactuar para hacerla real, que nos enriquece.