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5 de Septiembre de 2011

Una proposición de matrimonio muy 'geek': con smartphone en mano y vía Google Maps

Formas de pedir matrimonio hay muchas: una romántica cena, un paseo bajo la luz de la luna, un viaje inesperado... pero, ¿y si estás buscando una manera "no tradicional" y un poco más entretenida? Este fue el caso de un ingeniero de Google que decidió prescindir de lo "políticamente correct" y pedir la mano de su novia usando todos los recursos tecnológicos.

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¿Te imaginas que te pidan matrimonio a través de un juego? Pues esta fue la idea de Ari Gilder, quien aprovechando sus habilidades en ingeniería creó un juego en el que su novia, Faigy, era la protagonista.

Su invento fue la creación de un mapa especial donde el destino final era uno llamado “La gran pregunta”. En su camino por Nueva York, la joven debía visitar lugares alrededor de la ciudad que evocaban momentos románticos vividos por la pareja.

Pero el plan fue más complejo de lo que suena: el novio tuvo que coordinar con un compañero de trabajo de su novia el plan, pues ella debía recibir un móvil Nexus One que tuviese integrado con cámara y una versión especial de Google Maps.

Más allá de la aplicación personalizada que él mismo había desarrollado junto con dos de sus compañeros en Google, el gran objetivo era que Faigy se entreteviese sin saber qué le esperaba: debía chequear en cada lugar tras entregar una contraseña para poder averiguar la siguiente ubicación.

“Mi plan era construir un mapa de la ruta y llevar a mi novia de un destino a otro, todo ello con el elemento sorpresa”, y “Google Maps me dio las herramientas que necesitaba para hacer funcionar la magia”, explica Gilder.

En total, fueron siete paradas hasta llegar a un faro en la isla de Roosevelt, donde se vieron en su segunda cita. Cada vez que Faigy llegaba a uno de estos destinos, un amigo de su novio la estaba esperando. El deber de cada uno de ellos era entregarle una rosa a la afortunada chica y asegurarse de que hacía check-in en la parada. “Mientras tanto, yo esperaba ansiosamente su llegada a la isla”, explica el romántico ‘geek’.

Finalmente, la última pregunta sólo podía hacerla su novio. Y, al parecer, el esfuerzo valió la pena, pues recibió un  romántico “sí quiero”.

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