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5 de Mayo de 2017

La triste historia de vida y vulnerabilidad familiar detrás de “Anda a laar”

Un abandono de parte de su padre cuando era pequeño, malas juntas y diversas temporadas en la cárcel marcaron la vida del protagonista del video más conocido del país.

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“Anda a laar”. La frase, que si bien no es para nada nueva, se propagó como una plaga en los últimos meses en las redes sociales y distintos foros de internet, popularizando esta expresión, la que comenzó a ser utilizada en los más diversos contextos.

Propia de la jerga del hampa (el coa), la mentada oración califica en un “estrato inferior” al interpelado, ya que en prisión, los “perkins” o los “mandados” son los encargados de lavar la ropa y otros utensilios de presos más avezados. Por eso, la expresión es una forma de terminar abrupta y unilateralmente una conversación con otra persona.

Ahora, según publica La Cuarta, la historia del sujeto que profirió la frase dista de ser tan divertida como se supone que es el meme.

Joel Cáceres Yáñez enfrentó temprano en su vida una triste situación: su padre dejó a su familia para siempre cuando él tenía tan sólo cuatro años. Su madre asegura que cuando Cáceres llegó a sus 7, comenzó con problemas de aprendizaje.

Mónica Yáñez se lamenta al recordar que “él estuvo en la Matte, en la Escuela 1 y en la Esperanza. “Lo mandaban de un lugar a otro. Se portaron mal porque no ayudaban a los niños con problemas”. Lo acompañaba a reforzamientos, e intentó que siguiera estudiando… pero no hubo mucho caso.

De Joel pasó a ser conocido como el “Choro Maravilla”, por “alumbrar” o presumir de sus actos, y crecía tan en paralelo como se iba acercando a las drogas, a causa de las malas amistades.

A él todos lo conocen por acá. Era un cabro bueno y echaba a los flaites de las otras villas que venían a robar acá, pero las malas juntas y el pésimo sistema educacional del país lo empujaron a las drogas y a convertirse en un preso”, manifestó un vecino.

Tras el programa En La Mira, donde profirió tan conocida frase, quedó preso. Todo por un celular y 900 pesos. Su mamá hace alusión a la mujer que Joel menciona en el video, “Lorena”, a la que perdió “por andar con malas amistades. El Joel tenía buenas minas, pero por gil se quedó solo”.

Figuraba con una condena de 10 años y un día, la que se le conmutó con la Agenda Corta Antidelincuencia. Su abogada, Cler Leiva, explica que son por “su conducta intachable, haber cumplido la mitad de su condena, haber aprendido un oficio y haber asistido con regularidad a las escuelas y conferencias educativas del penal”.

A las dos semanas quedó preso tras lograr la libertad. Todo por robar una billetera. Mónica Yáñez lucha por su hijo. Quiere que salga de la cárcel, y quiere que quede internado en un centro de rehabilitación para que deje las drogas. “Trató de buscar trabajo, pero nadie lo quiso ayudar y aparecieron sus amigos que lo metieron en los malos hábitos”, sentencia la mujer.

Actualmente Joel “Anda a laar” Cáceres está en la pieza 2 de la torre 4 de la cárcel de Puente Alto. Ariel Ñancupil, que lo conoció al interior del penal, afirma que “le tiran tallas con su primo que dijo que estaba preso en Colina y por estar en las mazmorras. Igual algunos lo tenían de perquin”, afirma.

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