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13 de Diciembre de 2019

“Nadie ha ganado, nadie puede sentirse triunfador”: las claves de Humberto Maturana y Ximena Dávila sobre la crisis social

Los profesores de Biología Cultural presentaron su nuevo libro "Historia de nuestro vivir cotidiano", pero también se refirieron a la situación que atraviesa el país hace más de 50 días.

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Con un video introductorio con varias imágenes que retratan los últimos años del trabajo que ha realizado Humberto Maturana y Ximena Dávila, comenzó el lanzamiento de Historia de nuestro vivir cotidiano, libro que abarca los “principales fundamentos de nuestra naturaleza como seres humanos, y con reflexiones esenciales acerca del operar de las comunidades humanas en las cuales desarrollamos nuestro vivir”.

Con varias bromas entre ellos comenzaron la presentación donde, entre otras cosas, plantearon que “las personas somos el continuo resultado de nuestra historia”, “todo ocurre en nuestro vivir cotidiano” y, recalcó Maturana, “las personas somos el problema, el camino para resolverlo y la solución”.

Por otra parte, no quedó ajeno de la discusión la contingencia nacional a raíz de la crisis social iniciado el pasado 18 de octubre. Al respecto, tanto Dávila como el Premio Nacional de Ciencias Exactas, aseveraron que “la democracia es una obra de arte porque es un modo vivir” que uno escoge.

En ese sentido, Ximena Dávila sostuvo que “cuando dicen ‘estallido social’, yo no estoy muy de acuerdo con eso porque las marchas que se hicieron, donde hubo cantos, bailes… No hubo ningún estallido, ahí bailaron, cantaron, pidieron cosas pero no hubo estallido”.

“Es como círculos concéntricos, en uno se pidió, bailó y fueron familias, salieron a la calle, lo pasaron bien. Después hubo otro círculo que hicieron otras cosas y después hubo otro círculo que hizo otras cosas peores. Por eso cuando hablan de estallido, hay que mirar bien detenidamente qué estamos diciendo de eso”, añadió.

Sobre su punto, argumentó que aquí lo que imperó es que la ciudadanía se dio cuenta de que “algo no estábamos viendo, un darnos cuenta que a lo mejor lo vimos pero no quisimos hacernos cargos. Quizás muchos de los que estamos aquí, lo vieron. Yo lo vi, en algún minuto y se lo comenté al Doc (Maturana) varias veces, pero qué saco yo con verlo… Tendría que meterme en política, ¿cómo se hace? Porque era como dos más dos es cuatro”.

En ese sentido, y en alusión a los episodios de violencia registrados en las últimas semanas, indicó que esas situaciones están mezcladas con varios factores, tales como “el vandalismo, la rabia, con otras personas que venden droga… Uno tiene que separar dominios, porque hay distintos dominios que se juntaron ahí. Y fue una lástima, porque lo que podría haber sido una queja legítima de un pueblo, se transforma en algo que da miedo, que genera incertidumbre”.

“Va a haber ahora una acusación al Presidente y si eso pasa, ¿qué pasa? Entonces es algo que sigue. Y la democracia, ¿dónde está? No está, porque no está el mutuo respeto, no está el coexistir, no está en el convivir, no está el respeto. ¿Dónde estamos? Es como una especie de limbo”, continuó.

A las palabras de Ximena Dávila se sumó Humberto Maturana, explicando que “si uno habla de expresión, es una expresión del entendimiento, de darse cuenta que hay una queja porque estamos viviendo en un mundo en el cual no hay equidad. Pero pasan otras cosas, que no son quejas sino que son acciones desde la defensa de alguna teoría. Y después acciones de desesperación que son escuchadas por un vandalismo”.

En ese sentido, explicó que estas “son cosas completamente distintas, pero el motivo legítimo, que es una ruptura de la convivencia democrática, es el que estamos viviendo en un sistema en el cual no hay equidad. La equidad no es igualdad, es diferencias legítimas, reconocer la legitimidad de la diferencia que no es una magnitud, es una relación de convivencia”. Dávila acotó que esto también es “una relación de confianza”.

Bajo esa premisa, Maturana indicó que “si no hay confianza en la convivencia, no hay convivencia, hay un cuento, hay tolerancia, sometimiento… Hay otra cosa. La equidad ocurre en el mutuo respeto, si no hay mutuo respeto, no hay equidad. Y no es igualdad. No es que cualquier cosa sea legítima, cualquier diferencia”.

Ximena Dávila (XD): Si uno mira de manera sistémica todo lo que ha ocurrido, tienes lo de Penta, lo de la policía, tienes muchos antecedentes que hace que la tierra sea fértil para otras cosas. Una tierra fértil para que pueda florecer otra ideología, fundamentalismo, otras cosas. Porque no hay que perder de vista que eso pasó y es parte de la historia. Somos producto de la historia.

Humberto Maturana (HM): Por eso nosotros insistimos en que la democracia no es una teoría política, es un modo de convivir. Las teorías se fundan en premisas aceptadas a priori y cuando uno no las quiere mirar, pasan a ser fundamentalismo. Si nos encontramos en la argumentación, desde una teoría, y estamos en un convivir democrático, nos detenemos a reflexionar los fundamentos de la teoría la cual estoy diciendo y otro está diciendo. La democracia siempre podemos preguntarnos por los fundamentos desde lo que yo pienso.

La incertidumbre

Una vez finalizada la presentación, se invitó a los asistentes a pasar a una segunda sala para que los autores autografiaran los libros de quienes lo habían adquirido. Previo a eso, ambos aceptaron conversar con la prensa para seguir profundizando en las ideas en torno a la crisis social que ya cumplió más de 50 días.

En ese sentido, Ximena Dávila plantea que actualmente todo lo que ha ocurrido tendrá consecuencias, pero se desconocen cuáles serán y cómo nos afectarán directamente en la vida cotidiana. “Nos afectan a todos, es una cosa sistémica. Entonces hay una especie de tranquilidad, de meceta, de que estamos volviendo a algo tranquilo, pero no estamos tranquilos, estamos inquietos”, afirmó.

HM: Creo al mismo tiempo que estamos optimistas, que se puede hacer. Se puede hacer un convivir democrático si es lo que queremos.

XD: Un convivir democrático se puede hacer, pero no de la noche a la mañana. O sea, un convivir democrático lo pueden hacer los jóvenes, pero ya las personas mayores que han estado por años siendo senadores, diputados, que ya llevan a cuestas no sé cuántos años, el cambiar de psiquis es más difícil. Los jóvenes van más por esa senda, el recuperar el convivir democrático.

HM: Pienso que siempre se puede cambiar desde el entendimiento. Hay que entender qué es lo que uno quiere, desde el convivir democrático.

XD: Nosotros hemos tenido la oportunidad de conversar con políticos y cuando uno le presenta estas cosas, la ven como algo ‘naive’ (ingenuo) o ilusiorio, lo ven como algo que es poco concreto.

HM: Tienes razón en eso, pero si tenemos confianza en que se puede cambiar a través del entendimiento…

XD: Lo que pasa es que yo siento que el cambio, o la transformación, va por cada uno de nosotros. No parte tratando de cambiarle la cabeza a A, B, C de tal partido. Sino que empezar por cada uno a cambiar el modo de pensar.

HM: Por eso invitamos a la reflexión y este libro tiene sentido, porque invita a eso, a la reflexión.

– En ese sentido, ¿cómo han visto el actuar de la clase política en estos más de 50 días de movilizaciones?

XD: Yo los he visto y lo poco que he visto, que un día sí y un día no. Un día aceptan una cosa, otro día no. Se desdicen, no hay un cuerpo independientemente del partido que sea, que digamos ‘vamos para allá, en tu respeto de tu diferencia y la mía, pero vamos para allá en un propósito común’.

HM: Cada vez que pasa esa ruptura, parece que estamos de acuerdo y de pronto no, es porque ha aparecido una teoría de por medio.

XD: No hay un propósito claro, o sea, ‘lo quiero, pero más a la izquierda’ o ‘lo quiero, pero más a la derecha’, ‘no, lo quiero más al medio’. Entonces, si hubiese un bloque grande de ellos, de todos, con un propósito claro, sería distinto.

¿Usted cree que eso es posible?

XD: Entiendo la inteligencia como la plasticidad conductual ante un mundo cambiante, por lo tanto, bastante poco inteligentes son.

– ¿Hay más esperanza en los jóvenes?

XD: Claro, hay más plasticidad, escuchan más.

– ¿Y qué les pasa con los hechos de violencia de las últimas semanas?

XD: Se ha hecho daño a personas más vulnerables. Es muy triste lo que ha pasado, porque nadie ha ganado, nadie puede sentirse triunfador. Y los que se sientan así, la conciencia les puede pesar en algún minuto.

HM: Este no es un tema de triunfos, no se trata de eso. Se trata de configurar un espacio de convivencia en el mutuo respeto. El mutuo respeto no es una cosa de triunfo, no es una competencia, no es una lucha. Es una concordia que hace referencia a que coincidimos en el propósito, en el corazón, en la intención de una convivencia en el mutuo respeto que, por supuesto, va a omitir la equidad, porque no somos iguales, somos distintos. De esa diferencia que tenemos que ser capaces de convivir si queremos convivir.

XD: Creo que no se entiende el mutuo respeto. Creo que las personas que no entienden lo que es y el mutuo respeto es tan fácil como conversar, escuchar, dejarlo aparecer, actuar desde nuestras diferencias sin agredir, estar dispuesto a cambiar de opinión.

HM: El mutuo respeto es, justamente, el vivir democrático que queremos.

“No hemos vivido en democracia”

– ¿Cual es la percepción que les deja el hecho de que hayan sido jóvenes los que iniciaron las manifestaciones con las evasiones masivas y que sean ellos mismos quienes protagonizan los hechos de violencia?

XD: Los jóvenes de hoy no son los mismos de hace algunas décadas. Los jóvenes de hoy tienen un mayor espacio de conciencia tanto local como global, por lo tanto este espacio de conciencia los hace darse cuenta de las inequidades, los hace darse cuenta de lo que han vivido sus papás y sus abuelos para tener lo que tienen. Ellos ven eso, están conscientes de eso.

Dávila argumenta su punto asegurando que esto cambió desde la denominada “Revolución de los Pingüinos” en 2006, sosteniendo que Tiene que fueron “ellos empezaron a abrir espacios de conciencia a los adultos”.

Sin embargo, recalcó, “hay que hacer una distinción entre aquellos que realmente quieren verdaderas transformaciones culturales y aquellos que quieren solo la destrucción. Porque la destrucción no lleva a ninguna parte, lleva a que los políticos o la ciudadanía se dé cuenta y se golpee, y como se golpea esos temas pasan a ser importantes. También lleva a que las personas que necesitan esos medios para transportarse se vean limitadas en su movilización y pierdan muchos puestos de trabajo.

– ¿Qué les parece la imagen que ha tomado la ciudad tras as marchas con calles rayadas y una Plaza Italia desoladora?

XD: Me parece desolador, me parece triste, me parece una obra en la que muchas de las frases que hay, nos muestran el dolor, la queja, aquello que debiera haber sido conversado y no fue conversado. Aquello que debiera haber sido escuchado y no fue escuchado, aquello que debiera ser reflexionado y que no fue reflexionado. Porque en general, no nos escuchamos los unos a los otros, no conversamos. Conversar significa estar dispuesto a encontrarse con el otro. Por lo tanto, aprender a conversar en la diversas y en la diferencia es el gran reto.

Bajo esa consigna, Ximena Dávila postula que esto “se logra cuando vivimos en democracia, nosotros decimos ‘hemos recuperado la democracia’ pero no hemos vivido en democracia, porque democracia implica respeto, honestidad, reflexión, escucharse, respeto de los unos con los otros”.

“Cuando uno ve el rayado, el centro… A cada uno le dice algo distinto, a uno le dice algo desde la estética, a otros les dice algo desde el diseño, a otro les dice algo desde el miedo, a otros desde la rabia. A mí me dice que algo está pasando, que lo que está escrito, debimos haberlo conversado, escuchado, reflexionado y deberíamos seguir haciéndolo, porque siento que esto no termina aún”, planteó.

Por último, insistió en que “es cosa de mirar y tomarle el pulso alrededor de uno, mientras no conversemos, mientras los adultos que tiene el poder de decisión no aprendan a escuchar, a soltar el poder, a soltar ideologías, fundamentalismos, no nos vamos a encontrar. El arte democrático es un modo de vivir en el mutuo respeto de la reflexión, la conversación y, en el fondo, en el amor. O sea, en el dejar aparecer”.

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