Arturo Vidal había descartado semanas atrás las informaciones que daban cuenta de supuestos problemas económicos. Sin embargo, este lunes se conoció que puso a la venta una de sus posesiones más preciadas.
Y es que según publicó radio ADN, Vidal colocó en el mercado su haras “Il Campioni”, su criadero de caballos de pura sangre, cual si bien le ha permitido obtener triunfos en Chile y el extranjero, tiene altos costos operacionales.
De esta manera, el volante de la Selección Chilena se quiere desprender de la propiedad de más de 30 hectáreas, que incluye caballos, pesebreras, casa patronal con quincho y piscina.
Esto se suma al remate de caballos pura sangre que realizó, que le dejó una ganancia que supera los 100 millones de pesos.
El haras “Il Campioni” se ubica en la región de Maule y tiene un costo de 3.000 millones, luego que un primer momento tuviera un precio de 5 millones de dólares.
Según cercanos al mundo de la hípica, Arturo Vidal buscaría recuperar la alta inversión que realizó en el predio.
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La historiadora, referente intelectual de la derecha local, no es muy dada a las entrevistas, pero esta vez aceptó porque está preocupada: quiere ayudar a espantar la emocionalidad que hoy envuelve a la política chilena.
Dos de los hermanos de Johannes Kaiser y su esposa aspiran a integrar el consejo general, órgano que nombra a los candidatos y toma las decisiones políticas que marcarán el rumbo del partido en ascenso.
Desde el bufete en el que actualmente es socia asegura que le preocupa el desacuerdo generalizado que observa en política y, a pesar de reconocer avances respecto a la brecha de género, comenta que aún falta. "Hoy en día, los países que quieren avanzar tienen que moverse rápido y adoptar las decisiones en materia de política pública y regulación en forma rápida".
Me impresionó no solo su calma, sino el hecho de que esa calma no viniera acompañada de ningún tipo de moderación. Su antiboricismo era categórico, aunque sin odio ni rabia personal. Sus propuestas en inmigración y seguridad eran tan radicales como las de Kaiser, pero sin los coqueteos con antivacunas ni otros terraplanistas.