El economista y académico Sebastián Edwards ha tenido una agenda intensa en Chile. Esta mañana se presentó en el encuentro de Icare de Marketing llamado Señales, donde conversó con la presidenta del Círculo de Marketing de la organización, Agathe Porte.
El encuentro tuvo como objetivo dar a conocer las principales directrices de marketing para el 2026, a partir de un análisis de expertos en economía y diversas industrias como el retail y la banca, que plantearon sus modelos de negocios y proyecciones de los comportamientos de sus consumidores.
El profesor de la UCLA analizó las principales tendencias económicas de cara al sector y también abordó el momento político del país. En ese marco, planteó que al modelo económico chileno “le faltó venderse mejor”.
“Este modelo tambaleó. Este país maravilloso que se había creado y que pasó, como decía yo ayer, el año 2001, sorpresivamente, a ser el más importante económicamente de América Latina”, señaló el economista.
Sebastián Edwards comentó que para su generación era impensado que Chile alcanzara ese nivel de reconocimiento regional, y destacó que instituciones como el CEP y Libertad y Desarrollo fueron parte de quienes ayudaron a consolidar ese posicionamiento.
“Se estuvo un poquito derrumbando, y espero que lo recuperemos. Porque en Chile nos descuidamos del modelo, de cuidarlo y de protegerlo, y eso es marketing (…). Ganamos la guerra, no tenemos que seguir haciendo marketing. Error. Si te descuidas -es como una relación personal- va a terminar”, reflexionó.
Sin pelos en la lengua
Edwards reconoció que sus apreciaciones también le han valido críticas. Recordó que la semana pasada, en un seminario de AFP Hábitat, dijo que José Antonio Kast no sabía negociar, lo que a su juicio podría traducirse en un escenario de estancamiento.
“Ha tenido ciertos costos, con mis amigos de derecha, decir que el país no se estaba cayendo a pedazos, lo cual no significa que no haya estado trancado. Un país trancado, pero no cayéndose a pedazos”, afirmó.
El también escritor sostuvo que hoy existe una oportunidad para salir adelante, en parte porque los programas presidenciales “tienen un diagnóstico económico muy similar”.
“Después, en el diagnóstico viene el qué hacer: ahí la similitud se acaba o se reduce. Pero el diagnóstico es muy similar”, concluyó.