El subsidio al dividendo para viviendas nuevas ha despertado un fuerte interés a poco más de tres meses de su entrada en vigencia. Según cifras de la Asociación de Bancos (ABIF), las entidades financieras ya han recibido casi 19 mil solicitudes, de las cuales el 95,5% fue aprobado o sigue en evaluación.
En detalle, 11.114 operaciones ya cuentan con aprobación, por un monto total equivalente a US$1.188 millones, mientras que otras 6.972 solicitudes permanecen en análisis. Solo 854 casos (4,5%) fueron rechazados tras la evaluación de riesgo.
Con estos números, el programa se perfila como uno de los mecanismos de financiamiento habitacional más efectivos de la última década, superando en tasa de aceptación a iniciativas como FOGAPE y FOGAES.
El interés se concentra en propiedades de menor valor: el 71% de las solicitudes (13.460 casos) corresponde a viviendas de hasta 3.000 UF. Dentro de este segmento, más de 3.400 familias complementaron el beneficio con subsidios del Minvu (DS1 y DS19). El resto de la demanda (32%) apunta a inmuebles entre 3.000 y 4.000 UF, evidenciando un dinamismo creciente en el segmento medio.
El gerente general de la ABIF, Luis Opazo, destacó que el programa “está cumpliendo con su objetivo de apoyar a las familias en el camino hacia la casa propia y, al mismo tiempo, fortalecer al sector inmobiliario”.
La señal llega en un contexto de bajo dinamismo del crédito hipotecario, que crecía apenas 1,4% real anual a marzo. Ahora, el subsidio aparece como un motor clave de reactivación para la banca y la construcción, en momentos en que aún restan más de 30 mil beneficios disponibles de los 50 mil contemplados por la ley.