En julio de 2020 los pescadores de Porvenir estaban preocupados. Tanto así que lograron levantar con los medios de la zona notas de prensa que hablaban de su nerviosismo por el bajo precio que estaban recibiendo en plena temporada de centolla.
“En Chiloé, que no es un centro de explotación de la centolla precisamente, el kilo lo pagan a 4.500 y la centolla magallánica, que es la reina de la exportación, está a 3 lucas puesta en planta. El año pasado, al empezar la temporada la pagaban a 5 y 6 mil pesos, pero ahora a 3 mil no se puede hacer nada”, decía entonces el empresario de la pesca artesanal Juan Soto.
Los pescadores percibían algo raro. La mayor cantidad de centolla, cerca del 81% se destina a mercados internacionales en parte, por las siete pesqueras que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) acusó de coludirse para pagarle menos a quienes traían el preciado crustáceo a las costas. Para ellos piden penas de hasta US $ 54 millones.
La misma nota, parte de la carpeta investigativa de la FNE entrega la apreciación de la entonces gobernadora de Tierra del Fuego, Margarita Norambuena: “Los precios se regulan por el mercado, eso es lo primero”. Pero estaba equivocado, los precios -de acuerdo con lo señalado por la Fiscalía- estaban siendo coordinados por las empresas del sector.
Los perjudicados: solo en la Región de Magallanes, en el año 2024, existieron 380 pescadores artesanales con operaciones de extracción de centolla, algunos de los cuales también acarrean sus productos, y más de 50 acarreadores con operaciones en el mismo año, añade la investigación.
Los polémicos chats
La investigación de la FNE partió en 2021, cuando un denunciante anónimo aseguró que las “empresas habrían determinado, año tras año, y al inicio de cada temporada extractiva, un valor de compra por kilo de centolla, provocando un grave perjuicio económico a los pescadores artesanales dedicados a su extracción”.
En medio de la investigación uno de los participantes del esquema se puso nervioso: la empresa Bakkavör, ya que sus ejecutivos decidieron confesar y se adhirieron a un proceso que se llama delación compensada cooperando con la investigación a cambio de beneficios.
El trabajo incluyó cuatro años de indagatorias: desde pinchar teléfonos hasta declaraciones que se extendieron hasta marzo pasado. Clave fueron los llamados, mails y WhatsApp entre los ejecutivos de las siete empresas acusadas: Elaboradora de Alimentos Porvenir, International Seafood, Pesquera Cabo Froward, Productos Marinos Puerto Williams, Proyecta Corp, Sociedad Pesquera Bahía Chilota y Bakkavör.
Los pasajes más llamativos de las coordinaciones:
“Esta práctica de conversar, de compartir esta información de oye este precio es verdad, está subiendo, los viejos están diciendo esto (…) es de muchos años, es de una práctica normal que pasó a ser algo sancionado por ley”.
Declaración de la gerente general de Bakkvör, Mónica Cardenas a la FNE, marzo de 2025.
“Siguen en 2400 (más carnada)” y que “(a)l parecer solo Alfonso estaría pagando más”. Agregó luego el ejecutivo que “igual me llamo hoy Ricardo Anguiano de ELDAP y quedamos de hablar mañana. Ahí te cuento más.”
Correo electrónico de la pesquera Hanamar a Bakkvör, octubre de 2012.
“(H)able con pesquera cañadón (International Seafood) y me comentaron que Roberto Ruiz (proveedor) le ofreció entregar centolla durante este año (…) Le pedí por favor, que si ponían el nombre de Bakkavor para decir que habíamos subido el precio, para que ellos también lo suban, que antes conversemos porque muchas veces no es lo real y finalmente terminamos compitiendo y caemos el juego de ellos”
Correo de Mónica Cárdenas a su equipo al día siguiente.
“Recién hablé con Ossa (Fernando Ossa de Bahía Chilota) y el sábado pago 9.000 y hoy viri (proveedor) le estaba pidiendo 9.100 italiano (Ricardo Anguiano de ELDAP) pagando en planta 9.300 lo mismo que froward nosotros el sábado 8.900 y hoy 9.000 tratare de mantener los 9.000 para toda la semana”.
Conversación de email entre Mónica Cárdenas y otro ejecutivo de la empresa, Rodrigo Allimant, noviembre de 2019, en plena temporada de extracción.
“Edmundo Díaz: ¿Cómo te ha ido?
Llamada telefónica entre Fernando Ossa de Bahía Chilota y Edmundo Díaz de Productos Marinos Puerto Williams, agosto de 2021.
Fernando Ossa: Mira, lento todavía, de a poco.
Edmundo Díaz: Lento todavía, sí. A nosotros se nos desapareció el centollón, hueón (…) completamente, si, se lo fue a buscar todo, no sé, el Viri (acarreador de Bahía Chilota) o Rogelio (acarreador de Bakkavör). Fernando Ossa: Rogelio puede ser, el Viri no ha traído nada. Edmundo Díaz: El Viri no ha llevado… ya, ¿y por qué suben los precios los hueones, entonces?”.
Inostroza: “Ustedes están pagando mucho más que nosotros po’ hueón, y puta… mis proveedores casi me mandan a la chucha, huéon. Yo estaba pagando 6.000, hueón y, en el agua, más los mil del acarreo, 7.000. Puta, y ustedes están pagando 6.700 po’ hueón, por la materia prima, más 1.100 de acarreo, hueón”.
Interceptación telefónica de llamada entre los ejecutivos Mauricio Inostroza y Ricardo Anguiano, agosto de 2021.