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29 de Agosto de 2017

El estudio que demuestra cómo la masculinidad en colegios ABC1 se liga con el poder

El profesor de sociología de la Universidad Católica, Sebastián Madrid, entrevistó a ex alumnos de varios establecimientos privados, donde la sexualidad se vivía de distintas formas.

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41 historias de vida, tres tipos colegios. El profesor de sociología de la Universidad Católica, Sebastián Madrid, entrevistó a hombres y mujeres de 19 a 45 años, ex estudiantes de emblemáticos privados de élite en Santiago revelando cómo la masculinidad en la clase dominante chilena se liga directamente con el poder.

Este tipo de establecimientos se ubica en apenas cinco de las 52 comunas de la Región Metropolitana, las más ricas del país. Según el autor, es posible identificar tres tipos predominantes.

Primero, establecimientos fundados por congregaciones católicas tradicionales entre el siglo XIX y mediados del XX. Estos fueron los preferidos de la elite económica hasta mediados de los años 1970, aunque aún siguen siendo influyentes. Entre estos establecimientos destacan aquellos fundados por los Jesuitas, los Padres Franceses, la Holy Cross, entre otros.

Segundo, un grupo diverso y más pequeño de establecimientos, generalmente establecidos por inmigrantes. Aunque no son católicos, están inspirados en una moral cristiana. Dentro de éstos, los más influyentes son aquellos establecidos por inmigrantes anglosajones. Tercero, aquellos establecidos o influenciados fuertemente por los nuevos movimientos católicos, como los Legionarios de Cristo, el Opus Dei, el movimiento Schoenstatt, etc. Son establecimientos que comienzan a surgir a partir de los años 1970, en algunos casos, debido a una supuesta radicalización hacia la izquierda de los colegios del primer grupo.

Los bacanes del curso

Kurt es un arquitecto treintañero. Actualmente, trabaja en un puesto intermedio en el Estado, una posición que le permite vincularse con distintas autoridades del aparato estatal. Es uno de los pocos entrevistados que estuvo en más de un colegio, ingresando a un colegio tradicional católico en séptimo básico. Esa transición fue un tremendo cambio en su vida. Su estrategia fue unirse al grupo de los bacanes.

(Eran) los típicos gallos que molestaban a los pelotudos, a los más nerds, era esa dinámica. Medios porritos, que teníamos carretes [fiestas] los fines de semana, que se tomaba, que se fumaba (….) las mujeres eran instrumentalizadas… como una forma de conseguir sexo o actividades sexuales”.

En tercero medio, Kurt rompió con los Death Row. No fue algo planeado sino producto de una disputa interna. Kurt quebró un código dentro del grupo: se involucró con la hermana del líder del grupo una noche de fiesta. Al final del año, Kurt se unió a los Golden Boys

Contaban con el beneplácito de la dirección. Eran hueones activos, no nerd, para nada, ni demasiado brillante académicamente, para nada, pero sí muy activos en las actividades del colegio. Eran tremendamente moralistas, de no tener relaciones sexuales antes del matrimonio… ninguno de ellos tomaba alcohol

Temas tabú

Charles es un corredor de bolsa con alrededor de 30 años, que creció en una familia de la oligarquía tradicional. La sexualidad tenía una orientación de carácter punitivo y prohibitivo, algo “malo y peligroso”.

En este contexto, los estudiantes debían aprender entre ellos mismos, compartiendo sus imaginarios y experiencias sexuales. Además, el colegio separaba la sección de los hombres de la sección de las mujeres con un pasillo enrejado por ambos lados, que los estudiantes llamaban “calabozo”. Otra, la división sexual del trabajo, donde las mujeres estaban alejadas de las posiciones de poder y autoridad. En este sentido, en el colegio había pocas profesoras mujeres, y las que había, eran “feas y viejas”, pues de lo contrario los estudiantes “se podían volver locos con ellas”.

(La clase de educación sexual) Consistió en ponernos a todos en la sala de cine, y llevar a una mujer y que le hiciéramos preguntas. ¿A una mujer? Sí. Era mujer. Y sabí que, dentro de lo mal que pudo haber salido, salió relativamente bien. ¿Por qué pudo haber salido mal? Porque éramos animales poh. Éramos animales que nunca nos habían hablado, iba una mujer, además con esta distinción entre hombres y mujeres. Básicamente era un colegio de hombres, y que llegara a hablarnos una mujer de lo sexual, podría haber pasado cualquier descalabro. Pero dentro de todo, salió bien creo yo. No me acuerdo que yo haya aprendido nada, era una pincelada de todo el tema

 

El chaneo

Entre los hombres de los colegios de élite existe la norma tácita: hay dos tipos de mujeres. Con la primer, los hombres proyectan un sentido de respeto, responsabilidad, y compromiso, asociándolas a la virginidad y la pureza. Por otro lado, está la otra-diferente, mujeres que no son parte de la clase dominante, que no asisten a los mismos colegios y que no viven en los mismos barrios. La relación con estas mujeres no involucra ni respeto ni compromiso. En las narrativas de los entrevistados hay dos tipos de prácticas sexuales comunes en relación a este tipo de mujeres: el sexo pagado y el “chaneo”.

Igor -un destacado médico en una exclusiva clínica del barrio alto, ex-estudiante de un colegio católico tradicional, de casi 45 años- describe el “chaneo” como una práctica que produce prestigio a través de una historia de un ex compañero.

Tenía un grupo de amigos muy, muy cercanos, bien afiatados, somos amigos hasta ahora. Uno de mis amigos era como el ídolo del grupo. Éramos más o menos chicos, estaba en primero, segundo, tercero medio, y este cabro tenía unas nanas muy espectaculares. Él nos contaba sus experiencias [sexuales] con sus nanas. Él lo contaba en una onda como positiva, y entonces aparecía como el héroe del grupo, pero era bastante lejana la cosa. Era como una película digamos. Claro, este cabro nos contaba sus arrancadas a la pieza de la nana, y las invitaciones de la nana. Probablemente, yo mirándolo ahora pa atrás, este cabro debe haber sido seducido por la nana. Se hizo famoso por eso. Pero en lo personal, yo no tuve ese tipo de experiencias.

 

Prostitutas

John, que tienen muchos amigos que estudiaron en colegios de elite no católicos, señala que entre éstos es común –o por lo menos, no es condenado– que hombres casados tengan relaciones sexuales con otras mujeres o con prostitutas. Alejandro, en tanto, explica la situación:

A pesar que muchas veces tengo ganas de ponerle el gorro a mi señora, puta, no po hueón, hay un valor de fidelidad que valoro más […] Es mucho más el castigo que el beneficio en tirarme a la mina más rica que me pongai al lado, me cachai? Entonces tu vai comparando con esa huea. Yo creo que también eso te lo va inculcando entre la familia y colegio […] Para mí es muy distinto, dentro de lo malo, ir y tirarme a una amiga, que es una mina de mi condición social y que probablemente está sana, que ir y agarrarme una puta. Es distinto. Pero las consecuencias que puede tener esa huea si es que se sabe, o tení la mala cueva [suerte] que te agarrai una enfermedad […] Hay gente que encuentra tan normal. ‘Es choro este hueón, se tiró tres maracas cuando se fue de viaje a México’. Pero si está casado, imagínate si se agarró algo, le va a pegar ese algo a la señora, si tiene una guagua , se lo va a pegar al hijo.

Francis complementa que no era común ir a prostíbulos, pero no por eso era prohibido.

En el viaje de estudios me tocó un poquito. Había un grupito que se metió en esa onda. Fuimos a Argentina. Entonces fuimos a estos típicos, estos Night Club que, con bailarina, ya. Eso era lo más loco, pero de ahí que alguien se metiera con una, creo que fueron dos… Y dos te diría que esos eran de estratos sociales un poquito más bajitos, cachai. Era mal visto en mi colegio, esa es la verdad (…) Mi colegio, en mi época, era bien cuiquito, en ese sentido era, era poco abierto… vivíamos en un submundo”.

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