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15 de Junio de 2018

Cómo se reorganizan las universidades privadas ante la “Ola Feminista” y los cambios que promueven estudiantes

Petitorios buscando protocolos para denunciar el acoso hasta apoyo a las estudiantes que son madres. Son algunos de los cambios que han solicitado las alumnas en medio de la agenda pro mujer que ha crecido en el país.

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Desde protocolos de acoso hasta salas de lactancia. Son parte de los cambios que han comenzado a surgir lentamente al interior de las universidades públicas y privadas, luego de que explotara la llamada “Ola Feminista” que tiene el objetivo de terminar con la educación sexista, las discriminaciones y el machismo cultural presente en la gente.

Decenas de facultades han permanecido en tomas por semanas, con manifestaciones lideradas por mujeres que impulsan cambios profundos y rápidos. Varias otras sedes de planteles privados también se han sumado a estas iniciativas, con transformaciones que han sido apoyadas por las autoridades universitarias luego de acuerdos con los alumnos.

Por ejemplo, en la Universidad Adolfo Ibáñez se creó una Secretaría Feminista y un petitorio de varios puntos que incluye avanzar en una educación no sexista, que tenga un respeto irrestricto a las minorías sexuales y que exista prevención del abuso, todas temáticas que fueron discutidas en asambleas estudiantiles. Según explica Soffia Pesce, vicepresidenta de la Federación de Estudiantes, las iniciativas fueron llevadas al rector para luego abrir una mesa de diálogo con los tres estamentos: directivos, académicos y alumnos.

Sin embargo, “hay desconfianza”, afirma. “Pese a que vemos que hay avances y recepción, estamos muy temerosos porque cuando ha habido grandes movilizaciones y manifestaciones a nivel nacional, la universidad las toma, hace cambios pero luego decaen, se olvidan”, explica la dirigenta. En ese plantel están recién partiendo, asegura, por lo que han incorporado el trabajo hecho por otras universidades en esta materia, el que “es muy valioso“.

Situación distinta ocurre en la Universidad Andrés Bello, donde hubo una toma de más de dos semanas. La presidenta de la Federación de Viña del Mar, Carolina Carvajal, cuenta que se trabajó en conjunto con grupos de alumnas “no federadas” que impulsaron una agenda feminista y de ello se elaboró un petitorio de doce puntos trabajados en una asamblea, lo que fueron aceptados por la universidad “en su totalidad”.

Este viernes comenzarán las mesas de trabajo en las tres sedes de la institución de manera paralela, para luego unirlas en un solo protocolo con los cambios que consideren necesario. En estas instancias participarán las asambleas de mujeres, centros de estudiantes y la propia federación.

Entre algunos de los cambios que ya se han visto se incluye la creación de una Sala de Lactancia para las estudiantes, una iniciativa que ya cuenta con el espacio y los fondos para funcionar. Además, se ha avanzado en un protocolo para alumnos que son madres y padres, pero más importante aún -afirma Carvajal- es que se aceptó incorporar una visión más feminista “en todo el modelo educativo y en todos los ramos, con una mirada mucho más transversal”.

La dirigenta de la Unab afirma que “se cayó en el error de pensar de que no había interés de las autoridades para hacer cambios y propuestas, pero al final lo que había era un error de comunicación, porque ya se habían impulsado medidas como permitir el uso del nombre social de alumnos trans, pero no se sabía”.

Otras experiencias

En la Universidad San Sebastián, la Federación de Estudiantes desde hace un año viene trabajando en cambios en favor de la mujer, aunque con una participación e interés menor por parte de los alumnos. “Acá no hay costumbre de participar en foros o tener discusiones y cuando lo hemos hecho, pocos han asistido a los conversatorios”, explica Karina Vidal, vicepresidenta interna del organismo.

Pese a ello, hoy cuentan con una Secretaría de Género y Sexualidades, donde han buscado encausar las problemáticas en torno al acoso, por ejemplo. De ahí emanó la necesidad de un protocolo y se trabajó en él. Las autoridades del plantel, eso sí, no lo acogieron como el Movimiento Feminista USS -creado para estos fines- esperaba que fuese recibido, sino que se creó otro en paralelo “con lineamientos muy generales y sin participación“.

“Esto no fue impulsado por la federación, sino que nació de manera autónoma de mujeres que vieron una necesidad. Esto va a ser muy beneficioso para todas y marca un precedente para futuras generaciones”, cuenta Vidal, aunque lamenta “el miedo a la organización social que existe en la universidad”.

Según cuenta, en general los estudiantes no se van a paro ni se hacen manifestaciones. “Como federación hemos tratado de poner espacio para la educación sobre el feminismo y el acoso, pero hay represión y hasta censura, es todo muy satanizado”, agrega Vidal.

En el caso de la Universidad de las Américas, la presidenta de la federación delcampus de Viña del Mar, Lorena Cid, reconoce que hay “sedes más feministas que otras” en el centro de Santiago o La Florida y otras como la de Los Castaños donde “no pasa mucho”. “Acá existe un enfoque mucho más de equidad y no solo de la mujer”, afirma.

Cid dice que han hecho mesas de trabajo sobre el acoso sexual por hombres y mujeres, y también de parte de estudiantes a profesores, entre otras iniciativas, buscando que se especifique “claramente qué es acoso, porque no hay mucha claridad al momento de denunciar” y que han incorporado posturas como “celebrar el día de la mamá y queremos hacer el día del papá también, cosas globales para ambos géneros”. “No queremos discriminar a nadie, porque después los hombres alegan“, afirma.

En esa línea, la dirigenta explica que dentro de las autoridades de la universidad hay una visión más paritaria y que varios de los altos cargos están ocupados por mujeres, como rectoras y vicerrectoras. Incluso, afirma que este 18 de julio asumirá Paola Espejo en ese último cargo.

“Nos han preguntado harto por qué no hacemos tomas. Y la verdad es que creemos que para eso o para plantear temas hay que analizar y estudiar bien lo que estamos pidiendo, porque uno no puede estar privando de educación al resto, por eso lo hemos rechazado. Hay que hacerlo con diplomacia, porque acá nos escuchan harto y se trabaja cada tema. En otras universidades nos dicen que no los escuchan y nosotros tenemos acceso directo a la rectora”, concluye.

La Universidad del Desarrollo, por otra parte, hizo un trabajo rápido de adecuación de protocolos y soluciones a problemas que había pendientes, con 10 puntos a trabajar por los próximos 30 a 60 días. Sofía Andujar, secretaria de comunicaciones de la Federación de Estudiantes, afirma que ha habido una recepción muy positiva tanto de alumnos como de los académicos frente a los cambios acordados.

“El problema que detectamos que había antes en la universidad es que no sabían cómo reaccionar frente a casos de acoso, por ejemplo, pero sí había interés en solucionar y buscar fórmulas frente a esto. Había una mala comunicación y logramos encausar todo eso”, afirma la dirigenta.

Entre los cambios incorporados en el petitorio se encuentra el protocolo frente al acoso, una oficina de apoyo para ello, así como asistencia jurídica y psicológica si fuese necesario; también se incluye capacitación a funcionarios o docentes, una línea telefónica sobre acoso, charlas e incorporar estos casos dentro de algunos ramos, así como aceptación del nombre social de alumnos y alumnas trans. Todo debería estar en funcionamiento en el segundo semestre.

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