Deserción impacta en la brecha de género en las escuelas
Un análisis de Fundación Niñas Valientes alertó sobre los motivos que empujan a las alumnas y alumnos a abandonar el sistema.
Por Sebastián Dote
Unesco recomienda tomar la perspectiva de género para abordar la crisis. AGENCIA UNO/ARCHIVO
La pandemia del COVID-19 reveló una compleja estabilidad en el problema de la deserción escolar, que durante el último año registró a 40 mil niños, niñas y adolescentes que abandonaron el sistema, en una crisis que impactó especialmente en la brecha de género que aún existe en las escuelas.
Fundación Niñas Valientes analizó los datos disponibles hasta ahora, los que señalaron que hasta 2020, en Chile existían más de 186.000 estudiantes entre 5 y 21 años que abandonaron el sistema escolar, número que aumentó este 2021 según las últimas cifras entregadas por el Ministerio de Educación, las cuales reflejan que otros 39.498 no se matricularon en ningún establecimiento este año.
Asimismo, de los casi 40.000 niños, niñas y adolescentes, más de 7.000 jóvenes desertaron del sistema escolar en primero medio, nivel con mayor índice de abandono escolar.
La entidad alertó, eso sí, que ninguno de estos antecedentes sobre la deserción escolar toman en cuenta la perspectiva de género, desconociendo las razones que llevan a niñas y niños a dejar sus colegios.
“Es importante entender las reales causas que las niñas, niños y jóvenes experimentan al momento de verse involucradas en la deserción escolar, es ahí donde se pueden aplicar políticas públicas de calidad y eficientes para combatir estos factores. No se puede pensar que las razones son las mismas solo porque son niñas y niños, hay que mirar más en detalle cada realidad y ahí ejecutar planes de acción”, expresó la cofundadora y directora ejecutiva en Fundación Niñas Valientes, Emilia Vergara.
Según la Encuesta Nacional sobre Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes de 2012 (EANNA 2012) -no existen datos más actualizados-, alrededor de 219.000 niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años estaban en situación de trabajo infantil, los cuales se distribuían en un 69,2% hombres y en un 30,8% mujeres, lo que puede implicar que este tipo de trabajo constituye un motivo más relevante para los hombres para interrumpir el proceso formativo.
Por otra parte, según datos de la Encuesta Casen 2017, un tercio de las mujeres de 12 años y más en el primer quintil de ingreso autónomo per cápita del hogar han sido madres adolescentes (31,4%), mientras que en el quinto quintil este grupo alcanza el 10,6%.
Esta misma encuesta señala que entre las y los adolescentes de 15 a 17 años (en edad de asistir a enseñanza media) que no concurren a ningún establecimiento educativo, excluyendo a quienes declaran haber culminado sus estudios, un 13,8% indicó que esto se debe principalmente a “embarazo, maternidad o paternidad”: 24,8% de las mujeres y 1,5% de los hombres.
Así, el embarazo o maternidad adolescente constituye la causa más importante para las mujeres al momento de interrumpir sus estudios, mientras que para los hombres la paternidad es muy poco relevante.
“Las razones de la deserción escolar para niñas y niños vienen repitiendo patrones sociales que generan brechas de género importantes para la educación de las y los estudiantes. Mientras los niños ven como una necesidad el trabajar para ser el proveedor del hogar, las niñas interrumpen sus estudios para adoptar roles de maternidad, de realización de labores domésticas o para adoptar roles de cuidado de sus familiares, lo que claramente viene impuesto por una sociedad que establece acciones y funciones diferenciadas por género, construyendo y profundizando normas sociales que terminan reproduciendo la violencia de género”, agregó Vergara.
Por lo mismo, la fundación pidió a las autoridades seguir las recomendaciones de Unesco e implementar medidas que consideren el factor de género en la deserción escolar, especialmente en la enseñanza media.
