“De antología”, con Carlos Valenzuela de PapaNegro

Fue poco antes del 2000 que PapaNegro ya era un secreto a voces en la escena santiaguina seguidora de las bandas de corte funk. Una versión de su tema “Wokman” circulaba por la red, llamando la atención de muchos curiosos, que después se hicieron fanáticos y se apodaron “papanatas”, pero no fue hasta el 2003 que la banda donde Carlos Valenzuela es compositor y tecladista, editó su disco debut “SuperActivo”.

Mucha agua ha pasado bajo el puente. Siguieron los trabajos “Compato”, “7” y “Placer automático”, giras, difusión continental de sus clips y sólo este fin de semana la banda llevará su propio festival- donde comparten escenario con bandas locales incipientes- denominado PapaFest, al norte: el 2 de septiembre en Antofagasta y al día siguiente en Tocopilla.

El tecladista Carlos Valenzuela es nuestro invitado de esta semana.

Un disco.
—Janelle Monae. El disco se llama… ArchAndroid. Vi su presentación en los Grammy junto a Bruno Mars y me impactó su actitud rockera. De ahi “conseguí” el disco y me impresionó el concepto retrofuturista, la mezcla de sonido OutKast, impresionismo de Claude Debussy y soul de los años 50. Me desconcertó. Más encima tiene la estética de la película Metropolis.

Una serie.
—The Office. Hace tiempo vi la versión inglesa y me hice fanático de Ricky Gervais. Medio escéptico empecé a ver la gringa y nuevamente me volví fanático. Más allá de las idiosincrasias, en ambas versiones hay situaciones increíblemente verídicas. Identificas a los personajes en cualquier oficina del mundo. La inglesa es de un humor mucho más crudo, más oscura. La gringa tiene la virtud de que sus personajes no son unidimensionales. Han sabido desarrollar las historias. Me acuerdo del capítulo “Michael Scott Paper Company”, donde Steve Carell renuncia y forma su propia compañía de venta de papel.

Un libro.
“Conversaciones con Al Pacino”, de Lawrence Grobel: Al Pacino es uno de los actores que más admiro del cine, y el libro se trata de una serie de entrevistas hechas al actor desde los años 70, hasta hoy. La gracia es que en cada conversación se nota la evolución del actor y también el trabajo detrás de cada proyecto. Incluídas sus frustraciones y obsesiones, es como un “Inside the actors studio” pero durante 30 años.

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