El rol que cumplió Álvaro Scaramelli en el primer disco de Axé Bahía y que nadie supo
Gracias al trabajo del chileno con los brasileños, lograron que el éxito obtenido en nuestro país trascendiera las fronteras.
Por Rodrigo León
Álvaro Scaramelli usó el pseudónimo de Topinho en el primer disco de Axé Bahía. AGENCIA UNO/ARCHIVO.
El cantautor y productor musical, Álvaro Scaramelli, reveló recientemente que desempeñó un rol fundamental en la creación del primer álbum del grupo Axé Bahía, “Tudo Bem”, lanzado el año 2002.
El ex presidente de la SCD visitó este jueves el programa Más Vivi Que Nunca, donde la propia Vivi Kreutzberger le preguntó: “¿Qué tienes que ver tú con el grupo y quién es Topinho?”.
“Yo soy Topinho. Si ustedes buscan el disco de Axé Bahía, va a decir que el productor musical y autor de varias canciones se llama Topinho”, reveló Scaramelli.
En ese sentido, contó que “van a decir bueno, este es un brasilero, pero en realidad era yo disfrazado de brasilero”.
Álvaro Scaramelli explicó que tomó esta decisión para que el trabajo musical de Axé Bahía no fuera rechazado, en ese entones, por las radios al darse cuenta que era un chileno el que estaba detrás las canciones y un brasileño. Además, aseguró que fue también para poder pasar desapercibido.
“Deduje que si ponía Álvaro Scaramelli, los programadores de radio iban a decir ah, esta no es música brasilera y la iban a descartar. Entonces me oculté detrás de un pseudónimo”, acotó.
Éxito fuera de Chile
Bajo el pseudónimo de Topinho, trabajó con la agrupación brasileña durante varios años, llegando incluso a trabajar con Celia Cruz, previo a su muerte.
“Estuvimos dos años viviendo y trabajando allá (en México), muchísimo, porque nos dieron un programa de televisión, en Televisa, que iba todas las tardes. Los chiquillos se presentaban y era muy parecido a lo que hacían en Mekano acá, el mismo fenómeno. Al poco tiempo estábamos con agenda completa”, recordó.
Y es que gracias al trabajo que realizaron en conjunto, logró que al fama de Axé Bahía trascendiera las fronteras, al punto de que estuvieron radicados en México durante dos años, lo que “abrió muchas puertas”.
