Grandes episodios de la orquesta del Festival de Viña del Mar y su triste final
La organización del evento anunció que los músicos no estarán presentes en la Quinta Vergara, rompiendo con una tradición de seis décadas.
Por Sebastián Dote
La música del festival será grabada en un estudio en Santiago, sin la presencia de los músicos. AGENCIA UNO/ARCHIVO
El regreso del Festival de la Canción de Viña del Mar tras dos años de suspensión estará marcado por la ausencia de la tradicional orquesta que acompaña a los artistas, la que será reemplazada por una serie de pistas que serán grabadas previamente en un estudio de Santiago.
Tras seis décadas, los cerca de 30 músicos que interpretaban las tradicionales cortinas musicales y respaldaban a los participantes de las competencias internacionales serán retirados de la Quinta Vergara, en una decisión que generó la molestia de la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD).
Con esta decisión se pondrá fin a uno de los actores fundamentales del evento viñamarino, que por años mostró su gran capacidad técnica y artística para llevar a cabo interpretaciones que se escucharan de manera correcta tanto en el escenario como en la transmisión televisiva y radial.
Además el fin de la orquesta dejará en el pasado algunos momentos icónicos del festival, quienes lograron presentarse con los tambores, vientos y cuerdas de los músicos nacionales.
La cortina clásica
Por décadas la orquesta del Festival estuvo vinculada a las cortinas que dieron inicio a los shows o a las presentaciones de los animadores. La más característica fue “In the stone”, tema de la banda disco estadounidense Earth, Wind & Fire, que hasta hoy es sinónimo del evento. En 2008 la agrupación llegó a la Quinta Vergara y causó sensación al interpretar el tema en vivo.
El apoyo para los artistas
Durante los primeros años del Festival de Viña los artistas nacionales y extranjeros se apoyaban principalmente en la orquesta para presentarse en el escenario de la Quinta Vergara.
Ante la imposibilidad de poner pistas grabadas y las complicaciones para traer a sus bandas propias, muchos recurrieron al director Horacio Saavedra para interpretar sus piezas. Uno de los que rompió la tradición fue el argentino Sandro, quien en 1975 se subió al escenario con su propia banda.
Fuera de esta excepción, otros cantantes internacionales como Julio Iglesias, Camilo Sesto, Ricky Martin y Luis Miguel siempre recurrieron al respaldo de la orquesta festivalera.
El grupo de músicos también fue protagonista de las presentaciones históricas de los participantes de la competencia. En 1978, el cantautor nacional Fernando Ubiergo logró ganar la Gaviota de Plata con su clásico “El tiempo en las bastillas”, pieza que fue dirigida por el maestro Juan Azúa.
La orquesta del Festival de Viña del Mar también respaldó algunos números de humor musical, como la aparición de la comediante Gloria Benavides, quien en 1977 recurrió a los instrumentistas de la Quinta Vergara para interpretar la canción que años después se transformó en el himno del Jappening con Ja.
También en el humor, la orquesta también fue la encargada de interpretar las cortinas de algunos humoristas como la de Álvaro Salas, quien se presentó en la Quinta en 2000 y 2007.
Los momentos estelares de Ray Conniff
Joseph Raymond Conniff, conocido como Ray Conniff, fue una de las figuras recordadas de la época de gloria del Festival de Viña del Mar. El director de orquesta estadounidense participó en varias ediciones del evento durante la década de los 70 y 80, aunque su presentación más recordada es la de 1981, cuando encabezó la interpretación del tema instrumental “Brasil”.
El declive
A partir de la década de los 90, los artistas comenzaron a llegar con sus propias bandas musicales y muchos usaban pistas grabadas para presentarse en Viña. Desde esa época la orquesta quedó reducida en el número de músicos y prácticamente escondida en el escenario.
Un punto de quiebre en la historia del evento ocurrió en 2011, cuando la organización decidió reemplazar a Horacio Saavedra con Carlos Figueroa en la dirección de la orquesta. La llegada de artistas urbanos, que prácticamente traían todo su material grabado, fue restando protagonismo al grupo de músicos, pasando casi inadvertidos.
