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2 de Septiembre de 2014

A un mes de las elecciones: Equipo de Marina Silva sufre baja tras su rechazo al matrimonio gay

La candidata del Partido Socialista Brasileño una ferviente evangélica, justificó esa posición en sus creencias religiosas. "El casamiento es para personas de sexos diferentes" y "no hay en eso ningún tipo de discriminación", dijo.

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La campaña de la ecologista y candidata a las elecciones brasileñas  Marina Silva, sufrió este martes otra baja, ahora por su rechazo al matrimonio entre homosexuales, que ha justificado en sus creencias religiosas.

Luciano Freitas, hasta ahora coordinador de asuntos homosexuales de la campaña de Silva por el Partido Socialista Brasileño (PSB), abandonó el cargo después de que la candidata decidió retirar de su programa de gobierno el apoyo a las bodas entre personas del mismo sexo.

“Fuimos sorprendidos” con esa decisión, dijo Freitas, quien prefirió “no hablar” ni profundizar sobre sus desacuerdos con Silva.

La baja de Freitas siguió a la del secretario general del PSB, Carlos Siqueira, quien también abandonó la campaña por discrepar con Silva, que fue nombrada candidata hace sólo veinte días, tras la muerte en un accidente aéreo del anterior abanderado del partido, Eduardo Campos.

El programa de gobierno que Silva ofrece a los electores fue presentado por la propia candidata el pasado viernes e incluía un párrafo en el que se manifestaba un claro apoyo al matrimonio entre homosexuales y también a normas que penalicen la homofobia.

Sin embargo, un día después esas citas fueron retiradas del texto. Silva explicó que esto respondía “la corrección de un error”, pues ella respalda la unión civil de los homosexuales y no el casamiento, que, en su opinión, sólo puede permitirse entre hombres y mujeres.

La candidata, una ferviente evangélica, justificó esa posición en sus creencias religiosas y dijo que los derechos de los homosexuales están garantizados por una sentencia del Consejo Nacional de Justicia, que el año pasado aprobó la unión civil entre homosexuales, aunque el Congreso aún no ha legislado sobre el asunto.

“El casamiento es para personas de sexos diferentes” y “no hay en eso ningún tipo de discriminación”, declaró Silva, quien desde que se convirtió en candidata ha revolucionado las encuestas de opinión, que hasta ese momento mostraban como favorita a la actual presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff.

Según todos los sondeos divulgados en las últimas dos semanas, ninguno de los candidatos superaría el 50 % de los votos en la primera vuelta del 5 de octubre próximo y sería necesaria una segunda, que se celebraría el 26 de ese mismo mes.

Las encuestas dicen que en ese supuesto Silva derrotaría a Rousseff con una diferencia de entre 5 y 10 puntos porcentuales y se convertiría en la nueva presidenta de Brasil.

El panorama en Brasil

La unión civil fue consagrada en Brasil por una decisión de 2013 del Consejo Nacional de Justicia, pero el Congreso no ha legislado sobre el casamiento como exigen los colectivos homosexuales.

Coincidencia o no, el cambio siguió a fuertes manifestaciones de líderes de iglesias pentecostales, que acusaron a Marina Silva de haberse “burlado” de los principios que postula esa religión.

Se calcula que unos 20 millones de personas profesan en Brasil la fe evangélica y que existe un número similar de homosexuales.

La controversia dentro de la campaña de Silva por el casamiento homosexual y la alteración del programa fue aprovechada este lunes por Rousseff, tras concluir un nuevo debate televisado que reunió a los siete principales candidatos a la presidencia.

“No creo que se deba cambiar de propuestas, sobre todo cuando se habla de derechos y más si se trata de homofobia, que es una ofensa para Brasil”, declaró Rousseff después del debate, que giró en torno a asuntos económicos y en el que casi no se tocó el casamiento gay.

Por otro lado, hubo reacciones también entre los evangélicos que comparten la opinión de Silva y habían criticado la primera versión de su programa de gobierno.

“El activismo gay está en cólera con Marina. Empiezo a estar satisfecho. No estamos aquí para tragarnos la agenda gay”, publicó en una red social el pastor Silas Malafaia, influyente líder de la Asamblea de Dios, la iglesia evangélica con más fieles en el país y a una de cuyas vertientes pertenece la propia Silva.

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