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8 de Enero de 2015

Yihadismo e islamofobia: los dos extremos que amenazan Europa y que explican la masacre en París

El ataque que tres fanáticos islámicos contra el diario satírico Charlie Hebdo, que costó la vida de doce personas, se produjo días después de masivas manifestaciones anti islámicas en ciudades de Alemania. En un continente donde viven 44,1 millones de musulmanes, la situación devela un círculo vicioso que tensa a Europa: la discriminación cotidiana hacia los árabes que termina alimentando el crecimiento de los jóvenes yihadistas.

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“¡Alá es grande!”, gritaron los dos hombres enmascarados y vestidos de negro que entraron a las once y treinta de la mañana a la sala de reuniones del semanario francés, Charlie Hebdo, famoso por sus dibujos y sátiras al mundo musulmán. Los periodistas y directivos de la publicación se encontraban en reunión de pauta, cuando fueron sorprendidos por varias ráfagas de fusiles AK-47. El resultado final: doce muertos y once heridos. Los culpables: tres jóvenes ciudadanos franceses, musulmanes y yihadistas.

El día anterior y a algunos kilómetros de distancia, en Dresde, Alemania, el escenario era distinto: dieciocho mil personas, agrupadas en el movimiento de “Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente”, marcharon contra la presencia de musulmanes en Europa. Sus razones fueron, entre otras, el temor a que la rama yihadista del islam, aquella visión extremista que declara la guerra tanto a la civilización occidental como al resto de los musulmanes, termine invadiendo el continente y apoderándose de la cultura. Una visión que plasmó el escritor francés Michel Houellebecq en su último libro, Sumsión, en el que Francia es controlada por un gobierno islámico elegido democráticamente.

/ captura youtube

Para el experto Eugenio Chahuán, director de la Revista de Estudios Árabes de la Universidad de Chile, ambos fenómenos están relacionados en este ataque. “No hay nada que pueda justificar una acción terrorista como la de hoy día. Pero uno podría explicar un poco los cimientos de este yihadismo como una respuesta a la islamofobia existente en Europa y que es cada día más creciente”.

En Europa viven 44,1 millones de musulmanes, el 6% de la población de todo el continente, y se estima que en 2030 serán 58,2 millones. De todos ellos, un número ínfimo pertenece a las ramas yihadistas.  Por ejemplo, en Noruega, solo el 0.07% de los pertenecientes a las comunidades islámicas de ese país se considera afín a la tendencia yihadista, y solo 2.000 europeos han ido a pelear al Estado Islámico. Sin embargo, el temor al yihadismo y al islam en Europa, ha crecido. Y con él, el anti islamismo, de la mano de grupos como la Liga de Defensa Inglesa, con cien mil miembros, los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente, con presencia en Alemania y Noruega, o el Frente Nacional Francés, partido de ultra derecha que obtuvo el 25% de las votaciones en el Parlamento Europeo.

/ denverpost.com

“No hay una evidencia de que el yihadismo haya estado creciendo de forma significativa entre las comunidades musulmanas que viven en Europa. Lo que sí es evidente es que la islamofobia y los sentimientos anti migratorios si han crecido mucho en Europa”, explica el analista Raúl Sohr.

Un informe de la Red Europea contra el racismo muestra que desde 2012 a 2013, solo en Francia, aumentaron en un 47% las agresiones contra musulmanes. A esto se suman los choques culturales entre occidente y la cultura islámica que han producido roces entre las comunidades en Europa. Por ejemplo, en 2009, Suiza prohibió construir minaretes -las torres tradicionales de las mezquitas- por motivos de planificación urbana. Y en Francia, desde 2010 una ley prohíbe a las mujeres musulmanas ocupar velo, una vestimenta voluntaria para la mayoría de quienes profesan la religión. “Eso demuestra que el laicismo también puede ser un fundamentalismo”, dice Fuad Musa, Presidente de la Comunidad Musulmana de Chile.

/ EFE Referencial

Fuad Musa: “Algunos de estos dibujos ofenden a todo el mundo musulmán. Pero hay 1.600 millones de musulmanes, y en el atentado fueron solo tres”.

Según Musa, la inmensa mayoría del mundo islámico está abierto a “la libertad de expresión” y al “diálogo interreligioso”, y dice que el enemigo número uno del Islam son los mismos yihadistas. De hecho, en Alemania, un grupo de musulmanes realizó una protesta en contra de los yihadistas, que obtuvo una violenta respuesta por parte de grupos anti islámicos, que gritaban “¡no queremos a ninguno!”.

Otras cifras indican que el fenómeno de ISIS, la guerrilla yihadista que quiere formar un Estado Islámico unitario en Irak y Siria, ha tenido un alza Europa. Según The Hunffington Post, el grupo terrorista logra reclutar a cinco británicos cada semana. El mismo diario señala que una de las razones para que esto suceda es “la islamofobia que ha ido creciendo desde el 9/11. Esto hace que los musulmanes jóvenes nacidos en Europa crezcan en un ambiente donde constantemente están a la defensiva. Los medios de comunicación ridiculizan a la religión del Islam, a su Dios, a su profeta, al Corán y a sus costumbres. Y lo peor, es que la sociedad occidental relaciona como costumbres islámicas cosas que no lo son, como el femicidio o la mutilación de genitales femeninos”. 

Eugenio Chahuán aporta otro análisis. Explica que para muchos jóvenes el Estado Islámico representa “la negación absoluta de los sistemas imperantes. Entonces se ha convertido en un refugio de gente que tiene como opción de vida ir contra el sistema”.

Las acciones de estos grupos de islamismo radical han causado alto impacto en la población. El secuestro y ejecución de ciudadanos europeos por el Estado Islámico; y hechos como el ataque al diario Charlie Hebdo, son algunas de las acciones que fundamentan el temor de algunos europeos, y que son aprovechadas por sectores de la extrema derecha para oponerse a la inmigración.

yazidíaez

“Este tipo de situaciones es comida para los chanchos. Porque lo agarran ciertos grupos islamofóbicos y lo aumentan para predisponer a la opinión pública en contra del islam, cuando la mayoría absoluta del islam está en contra de cualquier acto de violencia”, explica Musa.

Entonces, se produce el círculo vicioso. Los grupos anti islámicos atacan a musulmanes en Europa, y por la misma razón, algunos miembros de comunidades musulmanas en el Viejo Continente, junto a jóvenes europeos desadaptados y anti sistema que encuentran en la versión radical del islam una forma de romper con la sociedad, se vuelcan al yihadismo como forma de protesta. “El anti islamismo es una reacción y a la vez un espejo del yihadismo.  Son dos reacciones complejas y peligrosas que lo único que hacen es provocar la confrontación”, dice Eugenio Chahúan.

Después del ataque, países como España y Alemania aumentaron sus medidas de seguridad. Los gobiernos de la Unión Europea expresaron su solidaridad con el gobierno y la población francesa, mientras que en París miles de personas han salido a las calles para recordar a las víctimas y condenar un atentado que se ha interpretado como un ataque directo a valores occidentales, como la libertad de expresión. Lo que es impredecible, es si estas muestras de apoyo pueden a futuro derivar en más protestas anti islámicas. Como, según los expertos, ha sido la tónica en el Viejo Continente.

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