Autoridades de Tailandia acusaron durante esta jornada a Camboya de violar el alto el fuego apenas horas después de que entrara en vigor el acuerdo. Recibido con un optimismo, los intensos combate se habían detenido dejando 35 muertos y alrededor de 300.000 desplazados.
Tras el mensaje publicado en su cuenta de X, se anunció que militares tailandeses responderían “desplegando fuerzas de primera línea y utilizando armas de apoyo para reprimir las operaciones militares camboyanas“.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Camboya señaló que la situación se mantenía en calma, algo que su par tailandés rechazó al afirmar que disponía de “pruebas claras” de las infracciones. Asimismo, las Fuerzas Armadas tailandesas acusaron a la vocera del Ministerio de Defensa del país vecino, la teniente general Maly Socheata, de engañarse tanto a ella como a la opinión pública, “atrapándose en la misma ilusión que ha creado“.
“Sus acciones van más allá de la desinformación; representan un intento deliberado de construir una falsa realidad para ocultar la mala conducta de su parte y evadir la rendición de cuentas“, señalaron las autoridades castrenses de Tailandia, advirtiendo de que están legitimadas para responder en consecuencia.
Durante esta jornada los altos mandos de ambos ejércitos se reunieron, acordando poner fin a las maniobras y el despliegue de más fuerzas alrededor de la frontera. Las nuevas medidas, incluyendo el compromiso de acatar y vigilar el alto el fuego, estarán vigentes hasta el próximo lunes, día en que se celebrará un nuevo encuentro para realizar balances y adoptar las medidas necesarias.
La Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), que medió las negociaciones iniciales, instó a ambas partes a evitar provocaciones. Además, la comunidad internacional, liderada por la ONU, ha llamado a la contención y ha ofrecido apoyo para facilitar una salida diplomática al conflicto en el futuro próximo.