El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva esta jornada para imponer los aranceles del 50% con los que había amenazado a Brasil a la mayoría de sus productos. El mandatario justificó la medida por lo que denominó como “cacería de brujas” contra el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, aunque excluyó algunos sectores como la aviación, la energía y el jugo de naranja.
El gobierno aclaró que los gravámenes entrarán en vigor en los próximos siete días, además de que utilizaron a su favor una orden ejecutiva anterior que se basaba en los desequilibrios comerciales con el país sudamericano para poder hacerlos efectivos. Contradictoriamente, la Oficina del Censo registró un superávit comercial de 6.800 millones de dólares para Estados Unidos con Brasil.
La orden indica que las autoridades brasileñas han llevado a cabo una persecución política y una serie de medidas que atentan contra los derechos humanos y la libertad de expresión, haciendo énfasis en en el juicio por intento de golpismo en contra de Bolsonaro.
De esa manera, el documento para respaldar los aranceles contra Brasil acusa a miembros de dicho gobierno, particularmente al juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, de utilizar su posición para intimidar, censurar y enjuiciar a opositores. La declaración incluyó a ciudadanos y residentes estadounidenses en el país.
El gobierno de Trump señala que de Moraes, desde 2019, ha emitido centenares de órdenes para censurar a críticos políticos, ha impuesto fuertes multas y ha amenazado con excluir a empresas estadounidenses del mercado brasileño. La administración anunció también la revocación de visados estadounidenses al juez del Supremo Tribunal junto a otros jueces de la Corte Suprema.
Los aranceles al 25% aumentan la presión comercial y diplomática entre Estados Unidos y Brasil, en un marco de altas tensiones sobre el uso de la censura, la protección de la soberanía y los principios democráticos en el ámbito internacional.
