El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció esta jornada su nuevo plan en materia comercial global con el objetivo de buscar nuevos mercados y sustituir las exportaciones hacia Estados Unidos, sancionadas con altos aranceles de hasta el 50% por parte del administración de Donald Trump.
Con el fin de promocionar la oferta exterior de Brasil, Lula aseguró que ya se puso en contacto “con la India, con China, con Sudáfrica, y voy a hablar con Francia, con Alemania y con todo el mundo”. El anuncio lo hizo en medio de una ceremonia que celebró el gobierno brasileño donde anunció su paquete de ayuda a los exportadores afectados.
“Si Estados Unidos no nos quiere comprar, les vendemos a otros“, añadió el presidente brasileño. Asimismo, Lula anunció que “se está articulando” una videoconferencia entre los Estados pertenecientes del foro BRICS con el fin de discutir los próximos pasos de su plan y “qué podemos hacer para mejorar la relación entre todos los países afectados” por los aranceles aplicados.
El mandatario rechazó nuevamente los argumentos del presidente norteamericano, que justifica su actuar por el juicio que tramita el Supremo Tribunal Federal contra el líder de ultraderecha, Jair Bolsonaro, acusado de intento de golpismo. “El problema de Estados Unidos no es comercial. Es político“, apuntó Lula.
“Se está haciendo lo que se hace en todo país democrático. Juzgar sobre la base de pruebas, testimonios y con total derecho a la presunción de inocencia“, indicó el jefe de Estado brasileño, asegurando que “si hubiese ocurrido en Brasil aquel ataque al Capitolio” de Estados Unidos, en enero de 2022, “Trump también estaría siendo juzgado” en tribunales.
De tal manera, Lula acusó al país presidido por Trump de querer “destruir esa cosa llamada multilateralismo, que es lo que permitió que el mundo tenga un comercio más equilibrado”.
Finalmente, destacó que de todas maneras intentará discutir con Estados Unidos desde la arista comercial de la problemática, ya que no desea arriesgar unas relaciones bilaterales que tienen “más de 200 años de historia”. Sin embargo, puntualizó que la “soberanía no se negocia”.