El Papa León XIV se refirió por primera vez al debate sobre el aborto que se posa sobre la Iglesia Católica de Estados Unidos, planteando lo que para él es una contradicción sobre lo que realmente implica ser “provida” en dicho país.
Así, el Sumo Pontífice rompió con su tendencia a mantenerse fuera de las temáticas polémicas, una estrategia muy contraria a la adoptada por Francisco.
León, oriundo de Chicago, fue consultado sobre los planes del cardenal de dicha ciudad, Blase Cupich, de otorgar un premio a la trayectoria a Dick Durbin, senador de Illinois, por su labor en favor de los inmigrantes. La iniciativa generó objeciones de algunos obispos conservadores estadounidenses, debido al apoyo al derecho al aborto por parte del legislador demócrata.
Ante todo, León XIV solicitó respeto por ambas partes, para luego referirse a lo que él considera como una contradicción: “Alguien que dice estoy en contra del aborto pero estoy a favor de la pena de muerte no es realmente provida“.
Asimismo, hizo una declaración similar respecto a la inmigración en el país norteamericano. “Alguien que dice estoy en contra del aborto, pero estoy de acuerdo con el trato inhumano a los inmigrantes en Estados Unidos, no sé si eso es provida“, dijo el Santo Padre.
La Casa Blanca se pronuncia por las palabras de León XIV
Las palabras de León llegaron horas antes de que, finalmente, Cupich anunciara que Durbin había rechazado el premio. Si bien en sus comentarios no mencionó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuya administración ha intensificado la aplicación de leyes migratorias en Chicago, la Casa Blanca decidió responderle.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, refutó las preocupaciones planteadas por León XIV respecto al trato de los inmigrantes, afirmando que “rechazaría que haya un trato inhumano a los inmigrantes ilegales en Estados Unidos bajo esta administración“. Asimismo, apuntó a que se “está tratando de hacer cumplir las leyes de nuestra nación de la manera más humana posible“.
La doctrina de la Iglesia prohíbe el aborto, además de oponerse a la pena capital por considerarla “inadmisible” bajo cualquier escenario. Además, los obispos estadounidenses y el Vaticano han solicitado enérgicamente un trato humano para los migrantes, citando la ordenanza bíblica de “acoger al extranjero“.