Tres personas han muerto a manos de fuerzas policiales de Marruecos luego de que miles de manifestantes salieran a las calles a a realizar protestas en diversas ciudades del Estado norafricano por quinta noche consecutiva. El motivo de las movilizaciones se debe a la mala situación de los servicios públicos.
La Policía abrió fuego contra los manifestantes en Leqliaa, una localidad situada a unos 500 kilómetros al sur de la capital, Rabat, donde se iniciaron las movilizaciones. Medios locales informan que hay más de 300 heridos y 409 detenidos tras los incidentes, los cuales han sido protagonizados en su mayoría por jóvenes marroquíes.
De acuerdo a cifras oficiales, el 41% de los marroquíes tiene menos de 25 años, en un país donde la tasa de cesantía juvenil ha alcanzado cifras del 47%, fomentando una economía sumergida. Bajo ese paradigma, las protestas actuales se tratan de las mayores contra la monarquía magrebí —que comprende Marruecos, Argelia y Túnez— en años, extendiéndose a 17 provincias marroquíes.
Llamadas también como las “protestas de la generación Z“, denuncian lo que ellos consideran como una corrupción institucional generalizada en el país, rechazando además los recursos destinados para la celebración del Mundial de Fútbol de 2030, a pesar del estado paupérrimo de muchos centros educativos y sanitarios del país.
Incendios y saqueos a autos, bancos y tiendas han sido registrados en estas cinco jornadas de movilizaciones. En un comunicado publicado en Discord, una aplicación de mensajería instantánea que ha servido como el lugar de organización, el movimiento Gen Z 212 solicitó que las protestas se mantuvieran pacíficas, aunque criticó las medidas represivas. “El derecho a la salud, la educación y una vida digna no es un eslogan vacío, sino una exigencia seria“, indicaron los organizadores.
Los jóvenes del país africano salieron a las calles luego del fallecimiento de ocho embarazadas en tan solo un mes en el Hospital Hassan II de Agadir. Sus muertes provocaron la destitución de cargos sanitarios y la apertura de una investigación judicial que sacude a Marruecos.