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Todos luchan por empatar el partido

Dónde queda la verdadera importancia de la lucha de las ideas, dónde encontramos en el actuar político tradicional, anticuado y a veces perverso, el sentido mínimo de buscar el bien común, o de verdad el “sentido común”, es el menos común de nuestros sentidos.

Cansados están los ciudadanos comunes, esa sociedad civil no organizada, que no participa de ninguna organización de nivel intermedio, y menos en política, de que su voz no sea escuchada. El ciudadano promedio, que trabaja día a día, para sacar adelante a su familia y a sus hijos se ha convertido en un mero espectador de una verdadera “guerra de trincheras” de los distintos actores políticos en donde practican la teoría del empate.

En qué consiste la teoría del empate se preguntarán ustedes. Es cuando el adversario político trata de anular una ventaja que tiene su rival sacando los “trapos sucios” a la opinión pública, entregando una información que lo perjudique o cometiendo una acción que frene lo que el otro haya avanzado. Un claro ejemplo de esto es el caso Penta y las acusaciones que han surgido como Muñoz en el yate.

Dónde queda la verdadera importancia de la lucha de las ideas, dónde encontramos en el actuar político tradicional, anticuado y a veces perverso, el sentido mínimo de buscar el  bien común, o de verdad el “sentido común”, es el menos común de nuestros sentidos.

Si de verdad queremos que las urgencias sociales prevalezcan por sobre las urgencias políticas, no será hora de que nuestros representantes y autoridades, sientan el verdadero deber de vocación de servicio público.

 

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Foto del Columnista Débora Calderón Kohon Débora Calderón Kohon