¿Qué es necesario para generar buenas políticas públicas que logren mejorar la calidad de la educación? Partir con un buen diagnóstico y en el caso de la educación inicial, primaria y secundaria chilena, el primer problema son los bajos niveles de aprendizajes.
Ya lo dijo el encargado de educación de la OCDE, Andreas Schleicker: tomando en cuenta los últimos resultados PISA en matemática, los grupos de estudiantes chilenos con mejor resultado están al nivel del promedio de Polonia y a la par con los peores de Singapur. Algo no estamos haciendo bien.
La experiencia nacional e internacional indica que el actor clave para mejorar estos niveles son los profesores. Son ellos quienes lideran el proceso enseñanza-aprendizaje en el aula. Esto último hace incomprensible que no hayamos hecho esfuerzos sustanciales para hacer de la profesión docente una carrera atractiva, desafiante y motivadora. Síntoma de cuán urgente resulta este panorama es que el 40% de los mejores profesores que trabajan en el mundo subvencionado (particular y municipal) se retiran del sistema educativo a los 5 años. Sí, leyó bien. Abandonan la carrera que estudiaron luego de ejercerla tan sólo 5 años.
El diagnóstico es contundente. El problema basal de nuestro sistema educativo es que no existen condiciones para asegurar un buen aprendizaje y este problema es transversal a todo el sistema educativo, lo que podernos corroborar cuando vemos que un 79% de profesores en colegios municipales y un 82% en subvencionados creen que hay que mejorar los salarios o cuando vemos que un 76% de los profesores municipales y un 82% de los particulares subvencionado creen que hay que aumentar las horas para planificar clases. (Encuesta Profesión Docente en Chile. Núcleo Milenio: La Profesión Docente en Chile, 2009).
Es claro entonces: los profesores tienen problemas similares sin importar donde ejercen. Si este es el diagnostico, la solución es clara: el proyecto de ley de carrera docente debe beneficiar a todos los profesores sin importar donde estén; sin importar si trabaja en colegio particular subvencionado o municipal; sin importar si hacen clases en el nivel inicial, básico o medio. El proyecto de carrera docente debe respetar las particularidades de cada nivel educativo, pero esa no debe ser escusa para no hacerlo universal.
Si deseamos que todos los niños, niñas y jóvenes tengan derecho a grandes profesores y profesoras, necesitamos una carrera docente para todos o nada. Y nada, no es opción.