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Presos de lo comunicacional

Dos males no hacen un bien, y ese “empate técnico” sólo suma indignación; que es esa cosa silenciosa que se va gestando y enquistando en la ciudadanía -me incluyo- y que terminan en revoluciones, eventualmente.

“Se puede mentir a muchos por un tiempo, a poco por mucho tiempo, pero no se le puede mentir a todos, todo el tiempo”, celebre fase que debate su autoría y que refleja el tiempo presente.

“Lo comunicacional”, aburre. Sepa usted que cuando el Ministro de Hacienda da a conocer cifras económicas, aunque las pinte como una muy buena noticia, no las son; de hecho, cuando la noticia es buena se le da la oportunidad a otro Ministro o a las Presidente que la entregue, más que mal como enseñan en las escuelas de negocios: Sí el comunicado es malo se le llama noticia y sí es bueno se le dice publicidad.

El abuso de “lo comunicacional” ha llegado a tal nivel que ha logrado se les crea poco o nada a la clase política; “me enteré por la prensa”, disculpe pero eso fue lamentable y, antes que desenvaine espadas a blindar a la Presidente, déjeme decirle que “lo comunicacional” ha logrado que nos desviemos del tema en discusión para enfrentar posturas, opiniones de forma antagónica y ojalá con odio; que crea posiciones extremas, irreconciliables; muy cómodas para el manejo de “masas”.

Un ejemplo: Quien critique a Dávalos, que dejó al Loto y Kino acumulado en su conjunto como si fueran tres chauchas, inmediatamente la defensa será sacar a relucir el caso Penta, el épico “raspado de la olla”. Así es y obviamente funciona al verrés también.

Primero, dos males no hacen un bien, y ese “empate técnico” sólo suma indignación; que es esa cosa silenciosa que se va gestando y enquistando en la ciudadanía -me incluyo- que terminan en revoluciones, eventualmente.

En lo económico, ni hablar, desde los discursos de Lagos, a quien admiro sólo y exclusivamente en su capacidad comunicacional -por distorsionar la realidad- que desde entonces escuchamos a nuestros “líderes” hablar de un Chile que está como para dejar a los Finlandeses queriendo ser chilenos o a muchos deseemos vivir en ese país que describen.

La economía creció más de lo esperado; ¿qué?; Se esperaba un 1,8% y fue 1,9%, y ¿eso es bueno?; el desempleo se mantiene bajo, pero un 45% de él tiene como fuente nuestros tributos; el IPC fue bajó 5%, sólo si echa bencina, que si no anda en auto fue cercano a 6% y a menor ingreso la cosa es peor; Que 6.500 millones es poca plata; Hemos terminado con el Binominal e incluimos más Senadores y Diputados, a celebrar! … ¿qué?

Ley de glaciares que cuidan destruyendo glaciares; empate técnico en los “casos” con “aristas”, esa economía que nos describen y donde esperamos nos señalen dónde queda para ir, por último, de visita, etc., etc., etc.

Pan y circo, más el juego comunicacional son el caldo de cultivo para revoluciones que nacen del indignación convertida en frustración y luego en odio; En fin, este es mi llamado a la clase política, a rogarles que paren y reflexionar sobre la frase de apertura.

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Sin lugar

Sin lugar

No ha terminado de dibujarse el mapa, pero de momento habemos algunos que no encontramos lugar. Es posible que no seamos muchos y que con el paso de las semanas la mayoría se vaya allanando al mal menor. Quién sabe. Quizás en torno a alguno de los candidatos se constituyan equipos sorprendentes, novedosos y confiables que convoquen de manera inesperada.

{title} Patricio Fernández