Panel de hombres
¿Un lavado de autos con señoritas semi en pelotas y en asociación con un cabaret nocturno? ¿O sea que piensan que todos los taxistas son mandriles y que se trata de una especie de casta con bajo nivel de neuronas?
Por Rodrigo Guendelman“No me digas, ¿otra vez sólo había hombres expertos?” Esa es la primera pregunta que se hacen en Panel de hombres, un sitio web y cuenta de twitter (@paneldehombres) que se dedica a documentar seminarios, foros y eventos en Chile que consideren sólo hombres y excluyan a mujeres de instancias de reflexión colectiva.
Los sigo hace un tiempo y me han permitido confirmar por enésima vez mis aprensiones: estamos a años luz de la igualdad de género y necesitamos mucho trabajo cultural y político para nivelar las cosas.
Me acordé de este genial sitio del mundo digital a propósito de otro emprendimiento del mundo de las aplicaciones, uno que se llama Easy Taxi. Esta app está presente en 30 países y 420 ciudades, Santiago incluido.
Según ellos “han redefinido a nivel mundial el servicio de solicitud de taxis”. Parece que les va muy bien. Me alegro por ellos. Pero están fidelizando clientes de una manera muy rara. ¿Saben qué acción de marketing tienen planificada para hoy? La siguiente: “Con sexy y atrevido car wash premiarán a taxistas acalorados”, titula Terra.cl.
La noticia sigue y nos cuentan que “la empresa realizará esta intervención en la comuna de Providencia con 8 esculturales mujeres que lavarán sus automóviles”. Y para rematar, agregan que será “con el apoyo de Club Palomino (un topless) en dependencias de la empresa. En el lugar se dará inicio al lavado de autos más entretenido que se ha realizado en Santiago”.
Adivinen qué fue lo primero que hice. Me metí al sitio de EasyTaxi para ver si había, al menos, una mujer entre todos los tomadores de decisiones de esa empresa. ¿Qué creen? Ocho hombres entre fundadores y gerentes y ninguna mujer. Un “panel de hombres”, pero en este caso todo el día y todos los días. ¿Se habrán preguntado en esta compañía tan internacionalizada, tan moderna, tan digital, si este tipo de campañas básicas, vulgares y más antiguas que el hilo negro no pueden resultar francamente ofensivas contra las mujeres y, claro, también contra los hombres con algo de sentido común? ¿Un lavado de autos con señoritas semi en pelotas y en asociación con un cabaret nocturno? ¿O sea que piensan que todos los taxistas son mandriles y que se trata de una especie de casta con bajo nivel de neuronas?
Para mi gusto, esto es ofensivo para todos: taxistas, clientes de taxistas, mujeres y hombres. Y es rasca. Y es increíblemente poco creativo. Pero, sobre todo, deja ver una vez más la ausencia de mujeres en las decisiones. Y eso, tarde o temprano, se termina pagando.
