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12 de Mayo de 2016

Anuncios que queremos escuchar este 21 de mayo

Se trata de que la educación tiene un sentido base: encontrar aquello que hace cada vida universal y diferente, única, potenciando ese elemento hasta dar alas y permitir el vuelo. Mientras eso no se entienda, se estarán dando palos de ciego como sucedió con muchos de los anuncios pasados.

Por Víctor Berríos
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Víctor Berríos es Director Ejecutivo de la Corporación Crea+. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánica de la Universidad de Chile, MBA de la Universidad del Desarrollo, Coach Ontológico empresarial.

Respetar la diversidad y aprovecharla como mecanismo para alcanzar la anhelada calidad en el sistema educativo, eso nos gustaría escuchar para educación este 21 de mayo. Una propuesta concreta, un camino con sentido para alcanzar este cambio de paradigma: la diversidad es la norma. No queremos escuchar más slogans vacíos, como pasó por ejemplo con las palabras innovación e inclusión que, despojadas de su valor, han nombrado procesos que no transformaron lo que pasa al interior de esa caja maravillosa que es el aula.

Abrazar la diversidad significa entender que los sesenta y seis mil niños que no leen comprensivamente en segundo básico, según el último SIMCE, son diversos y necesitan soluciones a su medida. Pero no sólo los estudiantes son diversos, también lo son docentes y establecimientos educacionales. Se trata de entender que una misma solución no sirve para todos y que es mucho más significativo favorecer la libertad que construir un sistema de control centralizado que se sostiene en macroestructuras costosas, lentas y principalmente políticas, dada su necesidad de justificarse.

Queremos volver a confiar en los profesores y en los directivos, dejarlos hacer su trabajo con una autonomía desafiada, mientras ellos hacen lo mismo con sus estudiantes. Principalmente en aquellos que trabajan en zonas vulnerables. Se ha castigado en demasía a los docentes cuando ellos están dentro de un sistema que no tiene la capacidad de producir aprendizaje: tareas para la casa, preuniversitarios, planes para mejorar el promedio de enseñanza media, profesores particulares… caminos remediales para alcanzar el aprendizaje que no quedó asegurado en la escuela. La urgencia de nuestro sistema educativo no pasa por la innovación tecnológica o por la dependencia de los colegios, la urgencia es ética: construir espacios de confianza para relacionarnos sanamente, validando al otro y favoreciendo los procesos de enseñanza y aprendizaje de diseño local. Un nuevo pacto pedagógico.

Lo anterior ocurre asegurando que los profesores sepan escuchar a sus estudiantes, los directivos a sus profesores y las instituciones a los directivos; no para hacer de todo un solo discurso que pierde la realidad en el promedio, sino que para apoyar los talentos personales. Más aprendizaje hay en el error del que se equivoca con pasión, que en la respuesta correcta del que memoriza para no tener problemas con el sistema.

Se trata de que la educación tiene un sentido base: encontrar aquello que hace cada vida universal y diferente, única, potenciando ese elemento hasta dar alas y permitir el vuelo. Mientras eso no se entienda, se estarán dando palos de ciego como sucedió con muchos de los anuncios pasados.

Podríamos escuchar de eso este mayo, junto sobre cómo sacar rápido del sistema a quien rompa esa confianza, necesitamos con urgencia esa entereza en las políticas públicas.

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