La justicia en el Gobierno de Bachelet

Cada día nos parecemos más a Venezuela. Donde las instituciones funcionen con un sesgo ideológico y los opositores al gobierno son tratados de manera distinta. Un presidente que se respete así mismo, tiene por obligación que gobernar para todos los ciudadanos, no solo los que votaron por él o son sus partidarios, si no se pierde una de los más importantes derechos, la igualdad ante la ley y la igualdad de derechos.

Digo esto porque son demasiados para ser coincidencias los formalizados representantes de la Derecha en el gobierno de Bachelet. Primero Penta y Carlos Bombal, luego Novoa, Orpis y Longueira, ahora Golborne. Y seguramente seguirán muchos más. Además opositores de Bachelet como Carlos Ominami y Andrés Velasco fueron muy cuestionados.

De la vereda del oficialismo solo investigaciones, pero formalizado ninguno. Aquí se opera con una sospechosa lentitud, De CAVAL y SQM nada aún, el caso Tsunami tampoco y de los políticos de la Nueva Mayoría como Martelli, Peñailillo, Pizarro, Rossi, León, Insunza absolutamente nada y se supone que el financiamiento ilegal de la política era un actuar de la clase política en su conjunto, no exclusivo de la derecha. Y para muestra un botón la fiscalía investiga a Cristian Riquelme, de formalizar nada.

No soy ni simpatizante ni militante de derecha. Me parece aberrante lo ocurrido en todos los casos, cómo el poder económico compró a supuestos servidores públicos y estos se hicieron servidores de grupos económicos. Pero veo las noticias y claramente la fiscalía ha tenido un trato muy diferente con los integrantes de la Nueva Mayoría. Los cuales están muy lejos de tener un comportamiento distinto a los políticos cuestionados de derecha.

Lo otro que llama la atención es que la derecha perdió en las anteriores senatoriales y presidenciales. Y por bastante margen y la Nueva Mayoría que ganó realizo campañas millonarias al igual que la Derecha Como ya sabemos que grandes grupos económicos financian la política y a todos por igual, es imposible pensar que los únicos que cometieron actos delictivos fueron los de derecha. Eso sería considerarnos idiotas.

Así las cosas poco se hace por prestigiar a la actividad política y desmantelar la corrupción. Como país necesitamos certeza de que caiga quien caiga, nadie está sobre la ley. Así se reconstruyen confianzas y se podría volver a los políticos al estatus que se merecen en democracia.