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26 de Agosto de 2016

La Educación Técnica en Chile: siete décadas de olvido

No se trata solamente de un tema de cobertura, tiene que ver con dejar de privilegiar la educación universitaria por sobre la técnica, de entender la formación técnico-profesional como una trayectoria valiosa y necesaria en sí misma para el país

Por Mathias Gómez
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Mathias Gómez es Investigador de Política Educativa, encargado de los temas de Educación Superior y coordinador de "Mejora la Técnica". de la Fundación Educación 2020.

La Educación Técnica cumple 74 años y hay pocos motivos para celebrar. A pesar de que se ven algunas luces de mejora, el futuro de sus miles de estudiantes sigue siendo incierto. Estos estudiantes no solo deben luchar contra prejuicios, sino que además enfrentan problemas estructurales de un sistema que, como sociedad, no nos hemos hecho cargo.

Solo por mencionar algunas deudas: 5 de cada 10 docentes de los liceos técnicos del país enseña sin formación pedagógica; los liceos técnicos no cuentan con recursos especiales para financiar el equipo y la maquinaria necesaria; ya egresados del liceo, los estudiantes “eligen” una carrera técnica en un sistema donde el 72% de los CFTs o IPs no está acreditado, y la mitad de ellos cursa carreras no acreditadas, en una institución que probablemente tiene fines de lucro.

Y por si fuera poco, el sector quedó excluido de la gratuidad en la educación superior, medida injusta si se considera que el 51% de la matrícula de primer año se inscribe en instituciones técnicas.

En base a este diagnóstico es que desde diciembre del año pasado 18 organizaciones de la sociedad civil vinculadas a la educación técnica conformamos “Mejora la Técnica”, convencidos en que esta realidad puede y debe cambiarse. A través de esta instancia detectamos y sugerimos al menos 3 acciones de política pública fundamentales para remediar esta situación.

Hace casi un año se aprobó una nueva carrera docente para los profesores del país. Sin embargo, una gran deuda de ella es la definición de un Plan Nacional de Formación Docente de la Educación Técnica. Teniendo en cuenta la necesidad de contar con especialistas en los liceos técnicos, es fundamental que se les entregue formación y preparación pedagógica. Esta política también podría expandirse a aquellos especialistas que imparten clases en CFTs e IPs.

Otro desafío importante es la vinculación con el sector productivo. Nos parece valiosa la creación del “Consejo Asesor de Formación Técnico Profesional”. No obstante, es clave que este consejo tenga arraigo territorial por medio de consejos regionales, para que sea una iniciativa que efectivamente favorezca el vínculo entre el Estado, el mundo privado y la ciudadanía; y no sea solo un mero encuentro de autoridades.

Creemos prioritario que durante el año 2017 la gratuidad en la educación superior abra sus puertas a CFTs e IPs acreditados y que no persigan fines de lucro. No se trata solamente de un tema de cobertura, tiene que ver con dejar de privilegiar la educación universitaria por sobre la técnica, de entender la formación técnico-profesional como una trayectoria valiosa y necesaria en sí misma para el país.

Nos queda mucho por discutir, proponer y solucionar. Debemos remediar siete décadas de olvido de la educación técnica, por la dignidad de sus estudiantes y trabajadores, y porque este sector es más necesario que nunca para el desarrollo y alcance de un mayor bienestar para el país. Sin una educación técnica de calidad difícilmente podremos alcanzar estos objetivos.

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