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5 de Octubre de 2016

Poquito a poco: Descentralización Chilena

Pese a las criticas, es un cambio radical para el sistema político, a pesar de la figura de un Delegado Regional, que tendrá algunas importantes funciones, y será designado por el Mandatario de turno, lo que permitirá mantener el sentido unitario del país.

Por Ernesto Evans
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Ernesto Evans es El Dínamo.

Difícil está resultando las modificaciones a la Constitución Política que permitirían la elección directa de Intendentes Regionales, como se establece en el Proyecto de Ley que se discute en Valparaíso. Si se aprueba el proyecto, tendríamos Intendentes electos en marzo de 2018. La opinión pública mira con curiosidad y desazón las muchas dificultades que ha tenido el gobierno para aprobar esta reforma constitucional en el Parlamento.

Dice el Proyecto de ley que “el intendente será elegido por sufragio universal en votación directa, en conformidad a lo que disponga la ley orgánica constitucional respectiva. Durará en el ejercicio de sus funciones por el término de cuatro años, pudiendo ser reelegido sólo para el período siguiente.” Es decir, podría estar hasta 8 años.

La complejidad del proyecto es que, -al ser una reforma constitucional-, requiere 22 votos para su aprobación. Esto lo verá la Sala del Senado en breve plazo, presumiblemente antes que termine octubre. Luego, para conseguir esos votos, hay que alinear muchas voluntades políticas. Y eso pasa por la visión de la Alianza y la Nueva Mayoría, quienes están poniendo en la balanza sus pro y contras. Los Senadores seguramente miran esto con alguna suspicacia, ya que un Intendente o Gobernador Regional electo sería una persona de mucho poder.

Por otra parte, para el Gobierno de turno no es lo mismo un llamado desde el Ministerio del Interior a un Intendente para dar una instrucción, que el mismo llamado a una autoridad regional elegida por el pueblo ¿Y que pasa si, además, es opositor al gobierno? Por otra parte, históricamente hemos sido una nación unitaria, salvo en 1826 donde hubo una experiencia federal que duró poco.

Además, dos problemas se han presentado como relevantes:

1. La forma de elección: será por mayoría absoluta, mayoría simple o un sistema alternativo. Al parecer. La idea del piso del 40% de los votos para ser elegido gobernador regional (ex intendente) ha cobrado más peso.

2. Las atribuciones que tendría. Es sin duda lo que ha suscitado más divergencias por las competencias que se van a traspasar a los gobiernos regionales.

Pese a las criticas, es un cambio radical para el sistema político, a pesar de la figura de un Delegado Regional, que tendrá algunas importantes funciones, y será designado por el Mandatario de turno, lo que permitirá mantener el sentido unitario del país. Es fundamental aprobar la elección directa del Intendente, aunque tenga que armonizarse con el Delegado Regional, y en una segunda etapa seguir implementando mecanismos eficaces de traspaso de funciones y atribuciones desde órganos del nivel central al regional. Cabe destacar que ya se eligen los consejeros regionales. Luego, por sí mismo, la elección popular del Intendente es un paso crucial, y no queda más que apoyarlo.

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