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14 de Octubre de 2016

Un año del policlínico de identidad de género: trans-formando vidas

El policlínico es mucho más que "la entrega de hormonas para que puedan realizar el cambio". Es un programa que trabaja por la felicidad de las personas. Les vemos contentos. Más seguros de sí mismos.

Por Patricia Casanova
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Patricia Casanova es Psicóloga Policlínico Identidad de Género HCVB

La primera vez que la vi llegar al hospital, vi una chica muy tímida a mitad del pasillo buscando el lugar de atención. Tuve tiempo para observar que se escondía tras su cabello aún no tan largo, evitando las miradas. Entró rápidamente al box y se dispuso a contarme su historia.

Hoy, un año después, cuando la veo llegar a sus controles llega como una mujer segura. Ya conoce a todos los funcionarios del pasillo, los saluda con la mano y sonríe cuando va pasando. Tira la talla con otras trans que esperan su hora en la sala de espera.

Ha cambiado, ha cambiado mucho, pero no sólo por los beneficios del tratamiento hormonal. Está más segura. Está más bonita. Ahora, por fin, es ella misma. Y eso se nota sobre todo, en la mirada que ya no esconde de los demás.

En septiembre, el Programa que acogió y vio renacer a Camila cumplió su primer año de funcionamiento. Hace un año, en un rincón de Valparaíso, nació este programa destinado a cubrir las necesidades de la población transgénero de la ciudad al cual llamamos “Policlínico de Identidad de Género”, del Hospital Carlos Van Buren.

Dese su inicio, el programa ha acogido a 70 usuarios y usuarias en el área de acompañamiento psicológico, 50 en atención ginecológica y cuenta con una lista de espera para reasignación de sexo de 34 personas.

¿Quiénes pueden asistir al Policlínico?

El programa está destinado a todas aquellas personas que se identifiquen como transgénero; es decir, que sean personas que sienten que su género no corresponde a su sexo de nacimiento.

Esto puede significar que si nació con un sexo femenino, la persona se identifica a sí misma como un hombre (hombre transgénero), o que si nació con un sexo masculino, se identifica a sí misma como una mujer (mujer transgénero).

También pueden asistir quienes no estén seguros sobre su identidad de género y deseen recibir orientación, para sí mismos o para algún integrante de su familia. Se puede ingresar al programa desde los 13 años de edad mediante una derivación del consultorio correspondiente a la residencia de la persona. Este consultorio debe pertenecer a la red Valparaíso – San Antonio, puesto que las prestaciones no están disponibles para otros sectores territoriales.

Cuando las personas ingresan al programa reciben un acompañamiento integral que les permite tomar las mejores decisiones y de manera informada sobre las opciones que existen para transitar de género. Estas medidas apuntan a que la persona pueda vivir en el género deseado, modificando su apariencia a través de tratamiento hormonal en el caso de ser deseado, cambiando su nombre en instancias de contacto social y facilitando las instancias en que el o la usuaria puede ser reconocido/a y validado/a en su género.

Así mismo, las personas que lo deseen pueden acceder a listas de espera quirúrgicas para cirugías de reasignación de sexo. Estas prestaciones son gratuitas para todas las personas con FONASA A y B, y con un costo diferencial para FONASA B y C.

El policlínico es mucho más que “la entrega de hormonas para que puedan realizar el cambio”. Es un programa que trabaja por la felicidad de las personas. Les vemos contentos. Más seguros de sí mismos.

Terminamos ayudando y acompañando a las personas en la trans-formación de sus vidas; unas vidas que habían sido cruzadas por la tristeza, la frustración, la soledad y las puertas cerradas, para transformarse en vidas que encuentran un sentido, y fuerza para encontrar un nuevo camino propio.

En este proceso, las familias de los usuarios y usuarias -tan importantes para la persona que transita de género- han encontrado su propio espacio para reunirse, a través de la ayuda de organizaciones sociales tales como Fundación Renaciendo, quienes acogen a las familias con integrantes transgénero e intersex y realizan encuentros, charlas, paseos, y espacios de comunidad donde pueden encontrarse unos con otros, compartir sus historias, pensar y generar cambios para la vida de sus niños y la sociedad juntos.

El programa, nacido para suplir necesidades de salud, se ha transformado en comunidad. En puertas abiertas, en manos que reciben, que desean apoyar a otros. Se ha vuelto un punto de encuentro para quienes caminaban solos. Esperamos seguir cumpliendo decenas de años, y juntos generar cambios para que el mundo sea un lugar más comprensivo con la comunidad trans y LGTBI. Para que todos los niños y niñas trans que nacerán tengan un camino más amistoso por recorrer.

“Nunca más solos, Policlínico de identidad de Género, Van Buren”.

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