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9 de Mayo de 2017

¿Estamos preparados? Los flancos abiertos del Frente Amplio

"Los flancos por las cuales nos pueden y nos van a golpear, ya se encuentran abiertas hoy y desatenderlas, negarlas o minimizarlas sólo aumenta las posibilidades de crisis de nuestro proyecto".

Por Nicolás Romero
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Nicolás Romero es Movimiento Autonomista.

Desde el Frente Amplio hemos logrado irrumpir en el escenario político nacional. Si bien la capacidad que tengamos de alterar las coordenadas del mapa político heredado de la transición aún está por verse, existen buenos antecedentes para creer que esto será posible.

La irrupción de Beatriz Sánchez ha acelerado este proceso y constituye una señal clara de que la cosa se viene en serio y que esto no es una reedición de las alicaídas apuestas electorales de la izquierda extraparlamentaria.
De lo que se trata ahora es de construir un espacio social y político que siendo alternativa al duopolio, dirija y construya un proyecto de sociedad post neoliberal.

Lo anterior sitúa al FA en una compleja encrucijada, si bien en un primer momento contaremos con un crecimiento electoral rápido (acelerado por el deterioro de la Nueva Mayoría y por el apoyo de los poderes de derecha que quieren asegurar el triunfo de Piñera), en un par de meses o incluso semanas el escenario será previsiblemente complejo. A partir de cierto umbral de crecimiento (cuando nuestro desarrollo social y electoral muestre la posibilidad de nuestro triunfo), los poderes reales se organizarán para golpearnos fuertemente (como ha sido la tónica en Latinoamérica y el mundo cuando se proyectan alternativas fuera del “pacto neoliberal”) y allí se medirá efectivamente la capacidad de proyección de una fuerza en condiciones políticas reales (y por ende generalmente adversas) de enfrentamiento a las oligarquías neoliberales.

Este tipo de problemas lo han tenido que sortear en diversas etapas y escalas, los procesos populares que han apostado por vías democráticas de conquista del poder estatal. Es por eso que el análisis de estos procesos es relevante para adelantarnos a futuros escenarios y ser capaces de conducirlos y no sólo administrarlos. El estancamiento de los procesos de cambio en Latinoamérica no debe buscarse exclusivamente en el acoso del imperialismo norteamericano, en la baja del precio de los commodities o en las acciones desestabilizadoras de la oposición. El foco debe colocarse en las limitaciones de los procesos, en las brechas que estos mismos han abierto y a partir de las cuales sus adversarios han podido debilitarlos.

Dado este escenario, las tareas que deben desarrollar las direcciones políticas de las organizaciones que conforman el FA y sus intelectuales, es más cercana a una retaguardia que a una vanguardia. En la medida que nos adelantarnos a escenarios futuros y hacemos visibles formas de reproducción del poder dominante al interior de nuestros procesos, es que mejoramos las condiciones para que sea el trabajo colectivo del FA el que vaya resolviendo estos flancos y orientando políticamente el proceso de cambio.

A continuación y de manera algo esquemática expongo las brechas que me parecen más problemáticas. Cabe señalar que la relación entre el momento de crecimiento rápido y esta segunda etapa no ocurre de manera mecánica. Los flancos por las cuales nos pueden y nos van a golpear, ya se encuentran abiertas hoy y desatenderlas, negarlas o minimizarlas sólo aumenta las posibilidades de crisis de nuestro proyecto. A su vez, estos existen precisamente porque se sitúan sobre determinadas vigas estructurales que sostienen la consistencia y capacidad de convocatoria del Frente Amplio. De allí que su resolución no pasa por arreglos cosméticos o puramente comunicacionales, sino por procesos de redireccionamiento y definición política clara para orientar este naciente y esperanzador proceso.

1.- Posiciones programáticas. Si se instala que esta fuerza no tiene proyecto alternativo ni capacidad de gobierno, el poder nos habrá nuevamente domesticado situándonos como una inofensiva tercera fuerza que será utilizada para justificar la supuesta ampliación democrática de la política. Lo programático es un elemento clave para orientar la construcción de una identidad popular amplia donde se articule una polaridad con el poder económico empresarial, polaridad que debe contener una brújula que indique hacia donde pretendemos dirigir a Chile. Aquí se sitúa el meollo del debate ideológico para el periodo político, ¿Qué capacidad tendrá el FA de avanzar en la disputa ideológica que se abrió claramente el 2011 (¿Se acuerdan del no al lucro?) y en ese proceso dibujar un horizonte de transformaciones de largo, mediano y corto alcance que sea capaz de movilizar la esperanza de millones de chilenos? En concreto, ¿Cuál es la vía de superación del neoliberalismo y el proyecto de sociedad alternativo y como es que esta estrategia se configura de manera colectiva?

2-Relación con procesos de izquierda y progresistas en la región. Es cosa de mirar cómo votaron los diputados del FA el informe de la OEA para sancionar a Venezuela y de las variopintas respuestas de nuestros voceros para constatar una situación de vacío. Si esto era un problema menor cuando nuestro nivel de disputa decía relación con los alcances de las reformas educacionales, ahora es cada vez una cuestión más compleja. En caso de que el FA gane las próximas elecciones, ¿Cómo se orientarán las relaciones internacionales con nuestros vecinos y sobre que alianzas internacionales se pretende apoyar el proceso de cambio? En un contexto de recrudecimiento de las condiciones de dependencia de los países del tercer mundo, ¿Como pretende el FA orientar sus relaciones a escala latinoamericana para enfrentar dichas condiciones de dependencia? ¿Cómo la actual situación de vacío puede condicionar las futuras relaciones con estos procesos y gobiernos?

3.-Probidad. ¿Con qué mecanismos cuenta el FA para garantizar una política de probidad activa? Este es una de los principales capitales simbólicos con los que contamos y que nos permitirá en un eventual gobierno, impulsar una agenda de saneamiento democrático para combatir las diversas formas de corrupción a las que empuja la dependencia estatal a los grandes conglomerados económicos. ¿Contamos con mecanismos para evitar que las listas parlamentarias no incluyan a personas acusadas de corrupción, VIF u otros impedimentos éticos intolerables para la ciudadanía? ¿Contamos con mecanismos para asegurar la transparencia y rendición de cuentas de los frente amplistas que trabajan en cargos de elección popular? Si lideramos la crítica por la rebaja de los sueldos parlamentarios, ¿Estamos construyendo condiciones para que nadie pueda decir que un frente amplistas se enriqueció a partir de fondos públicos? (Interesante es el ejemplo de Podemos en España y la limitación de los sueldos de sus parlamentarios a un máximo de tres salarios mínimos interprofesionales)

4.-Claridad en las formas de relacionarnos con los movimientos sociales
. Que buena parte de los apoyos del FA vienen de los procesos de acumulación de los movimientos sociales de las últimas décadas no es una sorpresa para nadie. De lo anterior no se deriva la existencia de un apoyo irrestricto de dichos movimientos a estos procesos. La imposibilidad de proyectar una candidatura presidencial de Luis Mesina desde la organización No Más Afp es expresivo de esta relación. ¿En qué términos el FA pretende relacionarse con movimientos como el Confech, la Cut, la Anef, entre otras? ¿Qué acciones se están desarrollando para que se sientan convocados a participar, criticar fraternamente o colaborar con el proceso en desarrollo? ¿Cómo evitamos construir una relación puramente clientelar con estos o procesos o en los que se perciba al FA como un autodenominado “brazo político” restando de esta forma la potencialidad política a dichos procesos?

5.- Democratización efectiva del poder frente amplista. Una de las grandes promesas de nuestra política es la de re encantar a la ciudadanía a partir de una práctica política donde sean los de a pie los que podamos definir el país que queremos. El proceso participativo de construcción de programa sin lugar a dudas avanza en esa línea. De lo que se trata ahora es de democratizar todos los espacios del FA. El reciente veto que organizaciones de la mesa del FA realizó a la pre candidatura de Mariano Rendón es expresivo del tipo de contradicciones no resueltas. ¿A partir de qué mecanismo un dirigente vecinal frente amplista puede presentar una candidatura parlamentaria? Si la única vía es la de solicitar cupos a los partidos legales, se deforma nuestra apuesta ciudadana. ¿Donde se concentra el poder real del FA y qué incidencia tienen los territorios en la toma de decisiones? Sin democratización efectiva del poder no existirá una apuesta verdaderamente ciudadana donde la participación sea vinculante.

En definitiva, es tiempo de dar respuestas a las grandes interrogantes que otorgarán sentido y convocatoria a nuestra apuesta frenteamplistas ¿Estamos preparados?

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