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19 de Noviembre de 2018

Los porqués de la política de seguridad de la Unión Europea

"Europa estaría mostrando voluntad de hacer resurgir su industria militar con nuevas capacidades estratégicas, y sobre todo fortalecer su autonomía frente al Tratado del Atlántico Norte".

Por Jaime Abedrapo
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Jaime Abedrapo es Director de la Escuela de Gobierno de la USS

Francia y Alemania estarían manifestando la necesidad y su voluntad de contar con una política exterior común en materia de seguridad y defensa. Al respecto, la propia Ángela Merkel ha señalado que además de requerirse un Consejo de Seguridad de la Unión Europea, habría que contar con un Ejército común.

Por otro lado, desde hace tiempo el Presidente Emmanuel Macron está sosteniendo que Europa no debe “poner sólo en manos de Estados Unidos su seguridad”, ya que se requiere proyectar una soberanía sostenida de manera autónoma, dejando de manifiesto que Europa ha vivido bajo la protección de la OTAN, cuyo principal actor es Estados Unidos.

Dicho lo anterior, ¿Por qué se está haciendo más evidente la determinación entre los líderes europeístas de la necesidad de impulsar su propia política de seguridad y defensa? Por supuesto que las razones son varias, pero centrémonos en las que parecieran explicar la tendencia global en materia de seguridad internacional.

Primeramente, la propia percepción de una Europa menos unida por el Brexit y los gobiernos claramente euroescépticos como el de Italia estarían motivando que los mandatarios que han depositado su capital político en preservar la construcción de una Europa sin fronteras internas, están promoviendo, como lo señaló la Canciller Merkel, “una política de defensa común que corone la integración política alcanzada en la UE”. Es decir, la propuesta busca avanzar en la unidad antes que la inercia vivida en los últimos años siga avanzando hacia la desunión del bloque político.

Por otro lado, las relaciones con el principal socio del Atlántico Norte, Estados Unidos, se han debilitados porque la Casa Blanca ha salido de algunos compromisos relevantes para la estabilidad mundial a espaldas de sus socios europeos. Se salió del Pacto 5 + 1 (Estados Unidos, China, el Reino Unido, Francia, Rusia, Alemania) y del acuerdo nuclear con Rusia.

Un tercer elemento a considerar es un reordenamiento del poder mundial, que en un escenario con profundas tensiones podría crear situaciones en las cuales las potencias europeas no tengan capacidad de reacción, ni siquiera a nivel defensivo en sus propios intereses nacionales. Un ejemplo de ello son las disputas por influencias por parte de tres actores relevantes en la región de Oriente Medio: Israel, Turquía e Irán. En tal sentido, el desequilibrio estratégico en esa zona, hasta cierto punto provocado con acciones de Estados Unidos, podría significar un conflicto militar mayor que el dantesco sufrido en Siria estos últimos ocho años, significando nuevos espacios de intervención o reparto de poder entre actores como Estados Unidos, Rusia y la misma China, cuestión que en los hechos conformaría un nuevo orden político mundial en el cual Europa quedaría más apartado.

En el actual marco de disputas globales entre Estados Unidos, Rusia y China. Estos dos últimos de manera asociativa están desafiando el statu quo “norteamericano” tanto en Medio Oriente como en el Pacífico, aprovechando el debilitamiento en la conducción político y político estratégica de las potencias occidentales. Por ello, un Consejo de Seguridad de la UE y un Ejército común podrían significar que el bloque no se divida en este nuevo escenario en construcción, consiguiendo despejar la idea de una Europa enfrentada militarmente, y en el mejor escenario unida ante.

En definitiva, frente a la crisis política de la OTAN, Europa estaría mostrando voluntad de hacer resurgir su industria militar con nuevas capacidades estratégicas, y sobre todo fortalecer su autonomía frente al Tratado del Atlántico Norte.

Quedará por ver si las fuerzas unionistas en Europa tienen la capacidad de empujar el proceso de institucionalizar la política de seguridad común, o por el contrario dejarán más en evidencia el proceso de descomposición del bloque político y sus limitaciones en capacidades políticas y estratégicas. En último término, de esto dependerá como la historia evaluará el legado de la Canciller Merkel, quien en los últimos quince años ha liderado la unión política de Europa y ha contribuido decididamente a la estabilidad mundial.

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