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29 de Diciembre de 2020

Chile Vamos: primarias y proyecto político

Las primarias presidenciales seguramente se desarrollarán a varios bandos, con candidatos de todos los partidos e incluso con presencia de independientes. Sin embargo, se hace urgente que la coalición reafirme los principios e ideas comunes que dan sentido a su existencia como conglomerado político.

Por Tomás Bengolea
Foto Agencia Uno.
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Tomás Bengolea

Tomás Bengolea es Presidente Fundación ChileSiempre

Tras la renuncia del exministro de Defensa Mario Desbordes y del expresidente del Banco Estado, Sebastián Sichel, se ha desatado en Chile Vamos la carrera presidencial de cara a las primarias de la centroderecha. A estos dos nombres, se suman los militantes de la UDI Evelyn Matthei y Joaquín Lavín, además del senador de Evópoli, Felipe Kast.

Todo parece indicar que las primarias del sector serán a varios bandos, mientras la participación de José Antonio Kast aún está en duda, aunque lo más probable es que corra por fuera, como en la elección de 2017. Sin perjuicio de que la existencia de múltiples liderazgos al interior de la coalición es una buena noticia, se hace necesario abordar la realidad de Chile Vamos en profundidad, para comprender los desafíos que enfrenta de cara al futuro del país.

En primer lugar, la derecha debe enfrentar el desafío de la unidad en la diversidad. Antes del plebiscito constituyente, al interior del sector coexistieron ambas posturas: quienes aprobaban la redacción de una nueva Constitución, y quienes defendían la opción del Rechazo. Esa división, inexistente en la izquierda -prácticamente en su totalidad por el Apruebo-, se ha ido superando con el paso del tiempo, tendiendo hacia la unidad del sector de cara a la constituyente. Ejemplos de esto son la realización de primarias municipales como coalición a finales de noviembre, y los intentos de configurar una lista única de cara a la elección de constituyentes.

Con todo, enfrentar la elección de convencionales en una lista única de centroderecha es aún algo que debe materializarse. Parece evidente que, de cara a una elección tan relevante como esa, lo más razonable es que Chile Vamos sea capaz de incorporar a todas las personas que estén a la derecha de la izquierda, y que compartan las ideas de la libertad, la justicia y las oportunidades.

A esto se suma la compleja realidad que enfrenta el Gobierno de Sebastián Piñera y de Chile Vamos. Con bajas cifras de respaldo popular y una débil conducción política, los liderazgos y partidos de la coalición deberán enfrentar tanto la elección de constituyentes y la municipal, como posteriormente la presidencial y las parlamentarias, con la sombra del Gobierno, cuyo proyecto político, si alguna vez existió, parece absolutamente superado por la realidad y abandonado por las circunstancias políticas.

En este sentido, la coalición de centroderecha debe ser capaz de construir un proyecto político a largo plazo, que se funde en las ideas fundamentales que inspiraron la creación de Chile Vamos, que tenga sentido popular y logre interpretar las aspiraciones de los millones de chilenos que valoran la libertad de emprender, la seguridad, el derecho que tienen a elegir la educación de sus hijos y el progreso social.

Dicho esto, el surgimiento de diversos precandidatos presidenciales que buscan participar de las primarias de la centroderecha es una buena noticia, en la medida que sus candidaturas propongan un proyecto de país de cara al futuro, y no respondan sólo a intereses personales o al supuesto deber de cada partido de tener un nombre en la papeleta. Por el momento, hemos visto poco de propuestas, ideas y contenidos.

Mientras la candidata Matthei salió al ruedo en una suerte de “reflejo condicionado” ante la definición del Alcalde Lavín como “socialdemócrata”, Sebastián Sichel se ha visto impulsado por su buen rendimiento en las encuestas ciudadanas, pero aún sin claridad sobre su propuesta, su proyecto político y su real vinculación con la tradición y futuro de la centroderecha. Mario Desbordes, por su parte, se ha declarado en algunas ocasiones como “socialcristiano”, pero no tenemos demasiada certeza sobre lo que aquello signifique para uno de los grandes promotores del apruebo dentro de la centroderecha.

En definitiva, las primarias presidenciales seguramente se desarrollarán a varios bandos, con candidatos de todos los partidos e incluso con presencia de independientes. Sin embargo, y al igual que para la elección de constituyentes, se hace urgente que la coalición reafirme los principios e ideas comunes -deben ser pocas, pero claras- que dan sentido a su existencia como conglomerado político, y que sus candidatos presidenciales avancen en la presentación de contenidos y propuestas dentro del marco de esas ideas y principios. De la capacidad de elaborar un proyecto político coherente, que motive a los votantes de centroderecha, y de la valentía y actitud con la que enfrente los futuros desafíos del país depende el éxito o fracaso de Chile Vamos.

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