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10 de Febrero de 2021

Un caballo de Troya en Las Condes

Como un verdadero caballo de Troya, personajes políticos han utilizado el concepto de integración social no sólo como un engaño para materializar proyectos que terminan por beneficiar intereses privados, sino también como una plataforma política para sus propias ambiciones electorales.

Por Nicolás Preuss
El proyecto inmobiliario de Las Condes se emplaza entre las calles Cerro Colorado, Américo Vespucio y Alonso de Córdova (Agencia Uno/Archivo)
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Nicolás Preuss

Nicolás Preuss es Administrador Público

Fue el adivino Calcante, al ver a un halcón perseguir a una paloma, quien dedujo que no deberían seguir tratando de asaltar las murallas de Troya por la fuerza, sino que tendrían que idear una estratagema para tomar la ciudad. Fue así como las fuerzas griegas construyeron un enorme caballo en el que escondieron a sus mejores soldados, logrando avanzar engañando a los locales. Al igual que lo ocurrido en la Antigüedad, hoy en Las Condes se pretende llevar a cabo un plan propio de las milicias helenas.

Bajo el pretexto de la integración social, la actual administración municipal avanza a toda velocidad, y con maquinaria instalada, en un proyecto inmobiliario que contempla la construcción de cuatro edificios de 15 pisos en un terreno que el plan regulador destina exclusivamente a áreas verdes.

El paño de cuatro hectáreas se emplaza entre las calles Cerro Colorado, Américo Vespucio y Alonso de Córdova, en una zona de alta densidad habitacional, centros comerciales, y constante congestión vehicular. Entre gallos y medianoche, y con colaboración del Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu), entidad que cedió este terreno al municipio, la alcaldía pretende cambiar su uso de suelo, sin considerar la opinión de los vecinos, y así iniciar la construcción de estas supuestas torres inclusivas. O al menos ilusionar con ese concepto.

De los 340 departamentos presupuestados en el proyecto, cerca de un 30% van a estar destinados a políticas de inclusión social, mientras que la mayoría restante (70%) tendrá como destinatarios a personas privadas capaces de pagar el valor de mercado de estas viviendas.

Es decir, como un verdadero caballo de Troya, personajes políticos han utilizado el concepto de integración social no sólo como un engaño para materializar proyectos que terminan por beneficiar intereses privados, sino también como una plataforma política para sus propias ambiciones electorales. Si bien urge en nuestro país combatir decididamente la segregación urbana y avanzar hacia una sociedad más inclusiva, el proyecto presentado en Las Condes sólo viene a sacrificar áreas verdes sin producir la prometida integración. Pero esta vez, los vecinos están más despiertos que sus pares de Troya.

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