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16 de Febrero de 2021

Involúcrame y lo aprendo

"En un momento tuvimos la oportunidad de conocernos con Militza Saavedra en Concepción, junto a sus alumnos. Jóvenes motivados, grandes soñadores y con preguntas muy excepcionales".

Por Alejandra Mustakis
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Alejandra Mustakis

Alejandra Mustakis es Emprendedora y ex-Presidenta de la Asech

Hay profesores que traspasan las aulas y que siempre dejan algo más que sus asignaturas. Algo que probablemente sienten los alumnos de Militza Saavedra. La profesora de artes y tecnología de la Región del Biobío, finalista del Global Teacher Prize Chile 2020.

Desde hace tres años que ella lidera un equipo de innovación en el Colegio Villa Nonguén de Concepción, donde sus estudiantes trabajan distintos proyectos de impacto basados en Design Thinking y el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Estos son métodos de creatividad colectiva que valoran de la misma manera al raciocinio y a la intuición a la hora de resolver problemas. Herramientas comúnmente utilizadas en las empresas para fomentar nuevos y exitosos paradigmas de desarrollo, ya sea para un área, servicio o grupo en específico. Lo disruptivo de Saavedra es aprender y luego llevar todo ese conocimiento a sus clases de enseñanza media.

Sus estudiantes han desarrollado más de 10 iniciativas de alto impacto, las que han ido en beneficio de gran parte del territorio penquista. Una que me llama la atención es un sistema energético sustentable que con hidrógeno es capaz de generar agua y electricidad, entregando mayores oportunidades para resolver momentos extremos y situaciones de emergencia. Todo esto, a partir de jóvenes que observan, preguntan, juegan, ejecutan y aprenden, gracias a una líder que promueve metas para sus mentes nobles y proactivas.

“Siempre partimos desde el desafío –leí a Saavedra en una entrevista–, con preguntas abiertas y desafiantes. A partir de ahí, realizamos dinámicas de autoconocimiento, de escuchar; después solemos desarrollar un mapa de la empatía. El trabajo en mi sala se basa mucho en la observación, en ponerse en el lugar del otro”.

Desde que la conocí me he interesado en saber más sobre ella. Militza promueve la observación y el aprendizaje significativo, incluyendo diversas perspectivas o áreas de estudios que luego son integradas en el entorno cotidiano. Esto genera entre sus estudiantes el entendimiento de las necesidades de su comunidad, integrando sustentabilidad e innovación social para solucionar esos puntos. Desde ahí, los inmiscuye en tecnología y emprendimiento, como también en nuevas habilidades intelectuales y afectivas para el Siglo XXI.

También supe que es de las primeras generaciones en recibir la Beca Vocación de Profesor, y que sus primeras inspiraciones docentes vienen de sus abuelos, él sastre y ella profesora normalista de la educación pública. Me imagino que hay algo de ellos en sus intenciones por cambiar el orden y el diseño del mundo.

En un momento tuvimos la oportunidad de conocernos con Militza Saavedra en Concepción, junto a sus alumnos. Jóvenes motivados, grandes soñadores y con preguntas muy excepcionales. Con ella coincidimos en que la educación y el emprendimiento son los motores del nuevo ciclo. También que la escucha, el respeto y la empatía son los moldes del futuro. Que el nuevo mundo es diverso, colectivo, creativo y adaptable, en una era que cambia más rápido de lo que creemos. Y por último, que todos podemos ser agentes de cambio, sin importar nuestra posición social, edad u ocupación. Sino pregúntenle a ella, que ha movilizado a muchos alumnos siguiendo la misma lógica que pregonaba el estadista y científico estadounidense, Benjamín Franklin. “Dime y lo olvido. Enséñame y lo recuerdo. Involúcrame y lo aprendo”.

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