¿Preocupado por estimular el lenguaje de tu bebé?
Durante el primer año de vida los padres pueden “jugar a conversar” con el bebé durante las rutinas diarias como el baño, ponerse la ropa, la hora de la comida y la rutina de sueño, entre otras.
El lenguaje es una capacidad exclusivamente humana que nos sirve para expresar ideas, pensamientos y sentimientos. En este contexto, el desarrollo del lenguaje infantil, resulta de vital importancia para la interacción del niño con su entorno familiar, escolar y social. En este sentido, los padres y/o cuidadores resultan claves al momento de potenciar la aparición de las distintas habilidades lingüísticas de sus hijos.
Durante el primer año de vida los padres pueden “jugar a conversar” con el bebé durante las rutinas diarias como el baño, ponerse la ropa, la hora de la comida y la rutina de sueño, entre otras. En ellas es posible estimular el contacto visual con el bebé, el respeto de turnos en el diálogo, el uso de una rica entonación melódica, la sonrisa social y el uso de variados gestos faciales durante la interacción. También se recomienda jugar a repetir vocales, secuencias de sílabas y palabras utilizadas en el diálogo.
A partir de los seis meses, ya podemos interactuar con los niños utilizando juguetes. En este contexto, los padres pueden ir nombrando los objetos que están manipulando, las personas que están participando y las acciones que se están realizando. También se puede jugar a comer, bañarse, vestirse, limpiar, entre otras, usando objetos de uso común, tales como la cuchara, la peineta, el cepillo de dientes, el vaso, etc.
Entre los 12 y 24 meses los padres pueden incorporar actividades como lectura de cuentos, el canto, la conversación, el baile, entre otras. En ellas, podemos estimular el lenguaje utilizando un habla enlentecida, la exageración de los sonidos y la producción de frases cortas de 2 y 3 palabras. Respecto a las frases, los padres pueden dar los modelos correctos, agregando información y corrigiendo los errores, por ejemplo, el niño dice: “come gato”, y el papá contesta “Si, EL gato come PAN”. De esta forma se han incorporado dos palabras y se ha corregido el orden de las mismas.
“No se debe olvidar que la estimulación se puede realizar en cualquier momento y lugar y que la presencia de los padres resulta fundamental para el desarrollo de las habilidades lingüísticas que serán utilizadas a futuro”.