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8 de Marzo de 2024

¿Y la autonomía económica de las mujeres con discapacidad?

Si bien actualmente en Chile existe una ley que incentiva la inclusión de personas con discapacidad en el mundo laboral, esta no está diseñada para reducir las brechas de género de mujeres con discapacidad en áreas de trabajo y empleo.

Por Jimena Luna Benavides
Habiendo una mayor cantidad de mujeres que hombres con discapacidad, nos preguntamos ¿Por qué las mujeres tenemos menos acceso al trabajo? AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Jimena Luna Benavides

Jimena Luna Benavides es coordinadora de proyectos de CEDETi UC

Debemos reconocer que los avances en materia de género no nos impactan a todas las mujeres por igual. Esto es evidente dada la gran diversidad de contextos, vivencias y factores que afectan nuestros entornos. Sin embargo, las desigualdades, especialmente las económicas, son abismantes para mujeres con discapacidad. De acuerdo al Tercer Estudio Nacional de la Discapacidad, de la población adulta, el 21,9% de las mujeres en Chile tiene alguna discapacidad (1.717.787 mujeres), mientras que el 13,6% de hombres presenta una discapacidad (986.106 hombres).

Cuando analizamos los datos de participación laboral, notamos una tremenda brecha: las mujeres con discapacidad tienen una participación laboral de 39,7%, a diferencia de hombres con discapacidad que tienen una tasa de 51,5%, mujeres sin discapacidad tienen una participación laboral de 56,4% y hombres sin discapacidad casi duplica la cifra, alcanzando un 78,8% de participación en el mundo del trabajo.

Si hacemos este mismo análisis en cuanto a los ingresos percibidos por ocupación principal, observamos que las mujeres con discapacidad viven con menos recursos: una mujer con discapacidad severa percibe en promedio casi $345.000 al mes, $127.000 menos que un hombre con discapacidad, $128.000 menos que una mujer sin discapacidad y $348.000 menos que un hombre sin discapacidad (ENDISC III).

Si bien actualmente en Chile existe una ley que incentiva la inclusión de personas con discapacidad en el mundo laboral, esta no está diseñada para reducir las brechas de género de mujeres con discapacidad en áreas de trabajo y empleo. Los datos anteriormente revisados son reforzados con los resultados de la
aplicación de la Ley N°21.015, que indican que, tanto en el sector privado como en el sector público, hay mayor contratación de hombres con discapacidad que mujeres con discapacidad.

Habiendo una mayor cantidad de mujeres que hombres con discapacidad, nos preguntamos ¿Por qué las mujeres tenemos menos acceso al trabajo? Es evidente que aún persiste una notoria discriminación hacia las mujeres con discapacidad, especialmente en el ámbito educativo, generando un desmedro en nuestras oportunidades laborales y, por lo tanto, en nuestra autonomía económica.

Cuando las mujeres con discapacidad nos manifestamos al decir que hemos sido históricamente postergadas, invisibilizadas y discriminadas, nos referimos a estos datos concretos, pero también a las numerosas historias de vida que hemos estado obligadas a vivir en precariedad, por no contar con los apoyos necesarios para desarrollar nuestros proyectos de vida, en igualdad de oportunidades que las demás personas. En el Día Internacional de la Mujer, una vez más recordamos las grandes desigualdades que enfrentamos las mujeres con discapacidad y que aún hay tremendos desafíos que afrontar y brechas que cerrar, siendo la visibilización es el primer paso.

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