
Cada año, casi 200 mil estudiantes de IV medio en Chile enfrentan una decisión crucial: qué estudiar, dónde hacerlo y cómo financiarlo. Para miles de jóvenes, especialmente aquellos provenientes de contextos de alta vulnerabilidad, esta etapa viene acompañada de profundas incertidumbres, acentuadas por la falta de información y apoyo adecuado.
Diversos estudios han mostrado que el acceso temprano a una orientación vocacional de calidad puede ser un factor decisivo para la continuidad de estudios. Sin embargo, en muchos establecimientos educacionales la falta de recursos para fortalecer esta área sigue siendo una deuda pendiente.
La orientación vocacional, lejos de ser un proceso secundario, es un componente esencial para construir trayectorias educativas más equitativas y ampliar las posibilidades de desarrollo personal y profesional.
Desde 2022, gracias al impulso del Fondo Transforma Colunga Huneeus, hemos trabajado junto a la Red SIP para fortalecer ese acompañamiento. A través del programa Talentos para Chile, hemos podido llegar a más de 9.000 estudiantes entre 8º básico y IV medio, desarrollando nuevas herramientas, perfeccionando nuestras metodologías y capacitando a docentes y orientadores que hoy cuentan con más recursos para guiar a sus comunidades educativas.
Más del 70% de los jóvenes que participaron lograron acceder a la educación superior con apoyo de gratuidad o becas, y las tasas de ingreso de la Red SIP superaron ampliamente el promedio nacional de establecimientos similares. Lo esencial, sin embargo, no está solo en las cifras: hoy son más los estudiantes que pudieron visualizar un futuro posible, informarse a tiempo y tomar decisiones desde el conocimiento y no desde la carencia.
En un país donde el origen socioeconómico aún condiciona en gran medida las trayectorias educativas, acompañar estos procesos desde etapas tempranas es una responsabilidad urgente. La experiencia de los últimos años demuestra que cuando los estudiantes cuentan con información clara, herramientas adecuadas y adultos significativos que los acompañan, las brechas se reducen y las oportunidades se multiplican.
Fortalecer la orientación vocacional desde la educación básica y media debe ser un compromiso transversal, no solo de las escuelas, sino de toda la sociedad. Cada joven que encuentra su camino y accede a nuevas oportunidades representa también una promesa de transformación para el país. Porque detrás de cada matrícula, de cada carrera elegida, de cada sueño alcanzado, hay una historia que vale la pena acompañar y un futuro que entre todos podemos construir.