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Construir una cultura de eficiencia hídrica en la minería

En un escenario de creciente estrés hídrico, Codelco impulsa una profunda transformación cultural para priorizar el uso eficiente del agua en toda su operación.

En Codelco, sentimos orgullo por nuestro propósito de ser pilar del desarrollo sostenible de Chile y el mundo. Esta no es una declaración vacía: contamos con una estrategia que posiciona a la sustentabilidad como un factor fundamental y, dentro de ella, la gestión del agua es clave.

Según las proyecciones de Cochilco, en 2025 las operaciones mineras de cobre consumirán 19,7 metros cúbicos de agua por segundo, el equivalente al llenado de una piscina olímpica cada dos minutos.

Sabemos que el agua dulce es un recurso escaso y esencial para la vida, y por ello hemos tomado medidas para reducir fuertemente su uso. Entre ellas, destaca la construcción de una planta desalinizadora en las cercanías de Tocopilla, que abastecerá nuestras faenas del norte a contar de 2026.

Pero esto no es suficiente. Para cumplir con nuestro propósito, estamos propiciando una transformación cultural profunda, donde cada decisión —operacional, de inversión o de diseño— incorpore la eficiencia hídrica como un principio intransable. Gestionar el cambio, en este contexto, es el puente entre la convicción y el resultado.

Aunque todavía falta mucho por hacer, tenemos avances notables. Lanzamos una inédita Norma Corporativa de Eficiencia Hídrica, que presenta lineamientos concretos para cuidar el agua en los múltiples procesos del negocio. También capacitamos a más de 80 profesionales y líderes de las distintas divisiones de Codelco en la materia, y pronto lanzaremos un Diplomado en Gestión Hídrica para la Minería, diseñado junto a una institución académica de excelencia, que busca fortalecer las capacidades transversalmente en la organización.

El aprendizaje no se queda en el aula. Nuestro trabajo en terreno incluye un acompañamiento técnico en las divisiones, iniciativas de mejora continua e instancias para compartir experiencias y resultados. Además, impulsamos un programa de “Representantes de Eficiencia Hídrica” en cada centro de trabajo, quienes actúan como agentes de cambio, promoviendo la adopción de buenas prácticas y el uso responsable del recurso en todas las etapas de producción.

Estas acciones van acompañadas de campañas de concientización internas, con el objetivo de instalar una nueva cultura. Buscamos que cada metro cúbico ahorrado se comprenda como un paso para brindar mayor resiliencia a nuestras operaciones; como más agua disponible para las comunidades y los ecosistemas.

Como empresa del Estado y referente global de la minería, también queremos propiciar este cambio cultural hacia afuera. Participamos activamente en espacios de diálogo técnico y científico con pares de la industria, proveedores y la academia. Recientemente estuvimos en el Water Congress 2025, mostrando, entre otros avances, cómo optimizamos nuestra gestión hídrica en los activos mediante sistemas de inteligencia artificial y analítica avanzada.

La gestión responsable del agua no puede ser tarea de unos pocos. Requiere colaboración, innovación y visión de largo plazo. Como empresa de todos los chilenos, asumimos el liderar con el ejemplo, demostrando que es posible producir con eficiencia, proteger el medioambiente y contribuir a un desarrollo verdaderamente sostenible.

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2030

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La pregunta clave a formularse sobre el relato 2030 está en la definición de las alternativas con las que se van a abordar los problemas de siempre, es decir la economía de la gente, la educación, la salud y la seguridad. Esos problemas que no serán resueltos en los próximos 4 o 5 años, tal vez por ser endémicos.

Foto del Columnista Guillermo Bilancio Guillermo Bilancio