Alberto Mayol, la revelación de Enade: “El movimiento estudiantil le ganó a este gobierno, lo pulverizó”

Antes de subirse al escenario en Enade algunos empresarios le preguntaron a Alberto Mayol, sociólogo de la Universidad de Chile, si su presentación venía “muy dura”. Eso, en referencia a algunas entrevistas que había dado horas antes de arribar a Casa Piedra en que dio luces muy someras, pero críticas, sobre el contenido de su ponencia. “No, tiene cierta ambivalencia”, respondió.

140 diapositivas, 30 minutos de exposición y un diagnóstico crudo sobre el presente del país le bastaron para que Bernardo Larraín, vicepresidente de Icare y gerente general de Colbún, le preguntara luego medio en serio, medio en broma:  “¿y dónde estaba la ambivalencia?”. Con un dato duro tras otro, Mayol le dijo a los ejecutivos más importantes del país que el modelo que los enorgullece, fracasó.

Así, se convirtió en uno de los protagonistas del evento que reúne a lo más top del empresariado nacional, generando un impacto que vio venir desde que en mayo lo contactaron de Icare para participar en la Enade 2011 en una ponencia que explicara “Lo que ellos quieren”, título tentantivo que tenía su exposición en que se referiría a las demandas estudiantiles desde la perspectiva de quien ha asesorado a la Confech desde hace varios meses.

“La Enade tiene ciertos rasgos estables y lo que había que hacer era lograr instalar el tema dentro de la agenda pública. Lo que yo quería decirles es que objetivamente, más allá de la opinión pública o de las encuestas, era que el modelo mostraba deficiencias graves en su relación con la sociedad y quería decirlo con muchos datos”.

– ¿Te llamó la atención la invitación a Enade?
– Pensé que se habían equivocado. Lo primero es que me pareció grave es el título de la ponencia (“Lo que ellos quieren”). Como si el trato a las demandas fuera que “los niños” están insatisfechos, pero acá hay un tema estructural de país, de lo que no nos hicimos cargo hace 10 años y no nos hemos hecho cargo hoy. Creo que esa conversación empezó a fraguarse, no creo que quede instalado pero a los medios les pareció interesante, se dieron cuenta que hay que procesar algo.

– ¿Qué va a lograr el movimiento estudiantil al término del gobierno de Sebastián Piñera?
– Logros concretos sí porque hoy Piñera va a poner más plata que nunca en la historia para la educación. Va a haber muchos cambios importantes. El punto es que el movimiento como tal no va a tener un triunfo político ahora, va a tener un triunfo político a largo plazo, va a haber modificado la realidad de un modo radical. Le ganó a un gobierno, no es menor, le ganó a un gobierno, lo pulverizó y ya no queda nada, de verdad no queda nada. Pero acá hay una sensación de disconformidad razonable para el propio estudiante porque no se obtuvo lo que se estaba buscando.

– ¿Qué sensación te deja el movimiento?
– La sensación que me queda es que faltó repertorio. El gobierno no supo hacer más que una misma cosa, los estudiantes hicieron varias cosas. Pero les faltó estar en La Moneda y ser capaces de llegar con una propuesta corta, rápida, más o menos aprobable por Piñera, para en una primera etapa ganar algo concreto, llegar a la casa y decirle a los papás ‘esto funciona’, porque hiciste una pega enorme de convencer a los papás durante muchos meses y puedes perderlo. Esa pega no es menor. El movimiento tiene un triunfo enorme pero es invisible.

– ¿Pero es proyectable ese triunfo?
– Sí, el 2013 hay educación gratuita en Chile. La presidencial va a estar marcada por el tema y evidentemente van a ofrecer educación gratuita. Yo lo dije en la Enade, yo creo que la derecha va a tratar de montar un sistema privatizado con platas públicas, espero que eso podamos detenerlo y que no ocurra pero es lo más probable, porque sería decirle a la gente ahí está la educación gratuita, ahí la tienen.

– Planteas que el movimiento pulverizó al gobierno, ¿cómo evalúas las elecciones de 2013 para que el gobierno que sea electo no entre en el mismo estado?

– En el escenario de hoy estaría ganando con mucha probabilidad la derecha igual, no el “piñerismo”, la derecha. Porque si tú haces aterrizar a la Bachelet y no hace campaña y haces elecciones el mismo día, gana. El problema para Bachelet es que habría campaña, entonces sería en ese momento cuando quedarían en evidencia todos los problemas que tienen en la interna. Creo que la situación hoy es que ganaría la derecha.

– ¿Pese a la distancia RN-UDI y al bajo respaldo al Presidente?
– El “piñerismo” no ha logrado tomarse Renovación Nacional, o sea no existe, si no te puedes tomar tu propio partido de gobierno, no existes. La UDI y RN se necesitan a pesar de sus distancias y la Concertación está tan muerta que todos los estímulos están dados para que la gente de centro negocie hacia la derecha (…) En ese sentido, la UDI ha hecho un trabajo fuerte. El próximo año va a ser un buen año para Longueira. Se tomó un ministerio con el cual tiene capilaridad social, puede llegar a todo Chile, tiene una alianza a través de Mideplan con Lavín y, se diga lo que se diga, Lavín es un político importante que va a ser capaz de hacer una capilaridad nacional de los proyectos del gobierno o, por lo menos, de los proyectos de la UDI dentro del gobierno. No tengo dudas de que la UDI va a tener una fuerza importante.

“La Concertación está bien muerta, pero mal enterrada”

– Retomando el tema de Michelle Bachelet, ¿no le ves un escenario favorable?
– La veo muy favorable, el problema es todo lo demás. Para vivir puedes ser el héroe más importante de la historia, pero si no tienes casa es difícil vivir. Uno vive en un ecosistema y el ecosistema de la Concertación es una estepa rusa o un impresionante desierto, o se queman o se congelan. Entonces, Bachelet va a aterrizar y van a haber 10 días de efervescencia y esperanza, pero van a empezar los cuchillazos para ganar espacio y terreno y se va a morir todo eso.

– ¿No ves opción de que ella vuelva a Chile y refunde el conglomerado?
– No lo veo, no me parece. A la Concertación le falta un proyecto y Bachelet tampoco tiene un proyecto, ella capitaliza otras cosas. Para ser bien honesto, yo creo que hoy la Concertación opera en base a la nostalgia, uno asume que tuvieron importancia, que tuvieron una energía de fondo, pero en rigor es una sensación, no es la realidad. La Concertación hoy día está muerta, bien muerta y muy mal enterrada, se está pudriendo arriba del suelo.

– ¿En ese espacio qué proyección le ves al Partido Comunista?
– Es interesante e importante, el problema es que tienen que hacer un trabajo ahí. El partido Comunista tiene un techo, aunque Camila Vallejo es un personaje que es muy superior a las capacidades de envase que tiene el PC. Son conservadores políticamente en términos de tomar riesgos, son capaces de ponerse trabas al proceso de evolución con tal de defender gremios asociados, han sido capaces de tomar el crédito de la Camila para ocuparlo innecesariamente, debilitando además al movimiento. Ha habido errores graves de parte del PC.

El futuro de “Camila”

– Sobre esas capacidades de Camila Vallejo, ¿cuánto se juega ella al presentarse a la reelección de la FECH?
– Creo que para ella no tiene ningún beneficio presentarse. La Camila hace un acto de generosidad enorme al presentarse. Arriesga mucho, no sólo arriesga, de seguro pierde. A mi que me registren, pero el próximo año la Camila va a ser la mitad de lo que es hoy día. Pero es por culpa de haberse metido para el año duro. El país no está hecho para héroes, entonces la Camila tomó un riesgo grande, muy valorable (…) Va a ser desgastante. La Camila tiene un liderazgo enorme y lo va a seguir teniendo, no tengo dudas, el punto es que va a ser un desgaste innecesario y si tiene que estar sosteniendo figuras políticas a su lado y levantarlas y hacerle transferencias de carisma, va a ser difícil.

– ¿Qué te parece el estado actual de la política?
– Nuestra cultura política está hecha de gente que se enamora de un sistema exitoso, la Concertación estuvo 20 años empatando todo problema con las manitos con sangre de la derecha y ese fue todo su proyecto político y así te mueres muy feo. Cuando las marchas comenzaron muy fuerte lo que se debió hacer es preparar las condiciones para la segunda etapa y cuando las marchas comenzaran a morir se iban a poder mover a otro lado. El gobierno optó por desgastar al movimiento y pasó un mes, dos meses, tres meses, y seguía desgastando al movimiento y éste seguía creciendo. Si no es por el “milagro del avioncito” de Juan Fernández, el gobierno estaría hoy día entregando educación gratuita y si es que no estaría impugnada la presidencia, pensemos que en un país parlamentario, Piñera habría dejado de ser presidente, eso podría haber ocurrido perfectamente. El nivel de deslegitimidad es tal que el gobierno no gobierna hoy en día.

Presentación en Enade

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