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26 de Abril de 2013

Secta de Colliguay: La delirante historia detrás del grupo liderado por “Antares de la Luz”

Ramón Castillo Gaete obligaba a sus seguidores a romper el vínculo con sus familias y degollar a sus mascotas. Además, las mujeres debían cortarse el pelo, sufrir castigos y someterse sexualmente a su líder.

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La investigación desarrollada por la PDI para determinar la culpabilidad de Ramón Castillo Gaete o “Antares de la Luz” en el asesinato de un recién nacido con dos días de vida en Colliguay, acusándolo de ser “el anticristo”, da cuenta del estado de sometimiento y magnetismo que tenía el líder sobre sus seguidores.

Según lo consignado por el Ministerio Público y la policía civil, “Antares de la Luz” conformó un grupo integrado por Natalia Guerra (26) diseñadora gráfica; María Alvarez (26) actriz; Karla Franchy (34) auxiliar de vuelo; David Pastén (30) publicista; Pablo Undurraga (30) realizador audiovisual, y Carolina Vargas (26) ejecutiva bancaria. De ellos, Castillo, Undurraga, Vargas y Josefina López, la última en sumarse, se encuentran prófugos.

“Antares de la Luz” logró contactar a sus seguidores desde sus tiempos de estudiante universitario y a través de sus asesorías de “sanidad interior” que realizaba con la Productora Calypso.

Las reuniones de la agrupación estaban marcadas por el uso de la ayahuasca, “un poderoso alucinógeno que los distorsionaba ocular y auditivamente”, relató una fuente a La Segunda.

Como primer paso para lograr una fidelidad absoluta, Castillo Gaete visitó los hogares de sus seguidores y con el uso de droga, hizo que rompieran sus vínculos familiares, obligándolos a matar a sus mascotas.

“Les dijo que gatos y perros eran malignos… Así que mataron a sus animales degollándolos”, señalan fuentes de la indagatoria.

Tras esto, hizo que las parejas existentes entre los miembros de las sectas se separaran, y de paso, empezó a mantener relaciones sexuales con todas las mujeres del grupo, las que debían cortarse el pelo. Junto con ello, “Antares de la Luz” era mantenido económicamente por todos.

En caso de que alguno realizara un comportamiento calificado como contrario a su visión, los “castigados” eran obligados eran desnudados y golpeados con palos 45 veces.

Los embarazos estaban prohibidos al interior del grupo, puesto que para “Antares de la Luz” el niño que venía en camino era el “anticristo” y debía ser muerto.

LA MUERTE DEL ANTICRISTO

Tras saber que Natalia Guerra sería madre, le ordenó recluirse en Los Andes. Sin embargo, el pasado 21 de noviembre, la mujer fue internada en Clínica Reñaca para dar luz a un niño. Dos días después, ambos dejaron el recinto para trasladarse a Colliguay.

En dicha localidad, realizaron un rito para eliminar al menor. “Tenían un lugar donde se descargaban de las vibras negativas. Una especie de carpa iglú con el techo abierto y un forado en el piso, donde ponían piedras calientes… Con el vapor se purificaban”, indica una fuente.

En ese lugar arrojaron al bebé, el cual posteriormente fue descuartizado por David Pastén.

“Antares no tocó al bebé porque podía contaminarlo. Mientras todos lloraban, se removió la tabla y la guagua viva cayó sobre las piedras… Pese a que tenía la boca tapada, el grito fue desgarrador”, agregó la fuente

Sin embargo, el padre de “Antares de la Luz”, quien huyó del país, Ramón Castillo Ibarbe, recalcó que “no era una secta, lo que había era un grupo de profesionales que ayudaba a la gente. Ellos hacían labores sociales, pero eso no se ha dicho”.

Por su parte, el hermano de Karla Franchy indicó que “mi hermana fue a varios retiros de meditación con él… Cursó cheques para el arriendo de una propiedad y le prestó su auto por varias semanas, ya que le daba pena ver a los chiquillos andar a pie”.

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