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26 de Diciembre de 2014

Alberto Mayol: "Bachelet dijo que sacaría una reforma tributaria sin cambiarle una coma y terminó con 90 páginas más"

El sociólogo acaba de editar su nuevo libro “La Nueva Mayoría y el fantasma de la Concertación”. En esta entrevista pone en duda la capacidad del gobierno para lograr cambios estructurales, analiza el enfrentamiento entre los "Bachelet Boys" y los viejos estandartes de la Concertación y aborda la baja de la presidenta en las encuestas: "La Nueva Mayoría nace diciendo: yo vengo a hacer cambios estructurales. Y apenas te pegan un quiñazo retrocedes. ¿Qué es lo que va a pasar? La gente no creerá en su proyecto".

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En 2011, en pleno auge de los movimientos sociales, una figura académica se hizo recurrente en programas de televisión y foros universitarios: Alberto Mayol, sociólogo de 38 años, investigador y docente de la USACH, fue una de las principales figuras intelectuales que abordó “el derrumbe del modelo” político-económico. O más bien, la caída de su legitimidad. Hace menos de un mes lanzó el libro “La Nueva Mayoría y el fantasma de la Concertación: cambios estructurales o la medida de lo posible”, en el que analiza a la coalición de gobierno y las promesas de cambios radicales en educación, sistema tributario y constitución que hoy se llevan a cabo.

Creo que la Nueva Mayoría ya perdió, a menos que se desprenda realmente del pasado” dice, refiriéndose al rol que ejerce Ricardo Lagos y los ex personeros de la Concertación, que según él han “obstaculizado las reformas”. Agrega que es muy evidente que hasta el momento “la Presidenta no tiene capacidad para perseverar con sus propias convicciones”, señala en esta entrevista.

SoloPortada_Mayol

“El momento clave fue cuando Ricardo Lagos ataca virulentamente al gobierno de Bachelet. Le dice que no tiene pantalones. El movimiento feminista, que es muy fuerte en el gobierno, no dijo una palabra… Le dice que hay que ir con la agenda público-privada, en circunstancias de que su agenda pública-privada significó la mayor crisis de corrupción de toda la transición. ¿Y qué hace Bachelet? Va e inmediatamente concesiona la línea del metro”

-¿Qué es para ti la Nueva Mayoría: un pacto programático, una coalición política, una Concertación ampliada?

-La Nueva Mayoría fue un envase para albergar a Michelle Bachelet y su carisma y oxigenar a un conjunto de partidos que estaban con serias dificultades. Surge entonces como una estrategia para poder hacer lo que yo llamaría, el cambio de lado del mesón. La gente los había puesto a partir de las  críticas de 2011 en el lado de los abusadores, y ellos tenían que pasar al lado de los acusadores. Eso es lo que hicieron. Pero el pacto carece de arquitectura. No tiene diseño político ni diseño de las reformas y eso les está costando muy caro.

Cierre de campaña de Michelle Bachelet

“El negocio de la DC es muy claro: hablar por izquierda y actuar por derecha. Y ese negocio ellos no lo quieren cerrar”

-Si no hay diseño y no está claro cómo hacer las reformas. ¿No hay un problema de liderazgo de la Presidenta?

-El problema del liderazgo de Bachelet no está en las medidas que toma. El problema de ella es previo. Acontece en la medida en que no está dispuesta a asumir que los partidos políticos están en crisis, y que dado a que los partidos políticos están en crisis, ella tiene que construir un referente, un movimiento, un equipo, una fundación, lo que sea, que se convierta en el corazón operativo de su gobierno, en lo político, en lo técnico, que esté anclado con el gabinete político y que sea de ella.

-O sea debió empoderarse y no delegar…

-Ella tiene el poder. ¿Por qué lo delega en partidos que en la práctica están en contra de las reformas que ella quiere hacer?

-El bloque tiene desde la DC hasta el PC. ¿Todos están cómodos con que se moderen los cambios estructurales, o es solo la DC?

-Yo creo que la DC se siente a gusto con esto. Incluyendo al PC.  Esto es una gigantesca obra de teatro montada en la Democracia Cristiana. La DC se ha quejado de que la han golpeado duramente este año. ¿Y dónde están los golpes? A  la universidad de Gutenberg Martínez no la ha tocado, nadie le ha dicho una palabra. El que está tocado es la Arcis (…). El negocio de la DC es muy claro: hablar por izquierda y actuar por derecha. Y ese negocio ellos no lo quieren cerrar. Es un negocio estructural, fundamental. Es lo que ellos aprendieron de todos estos años.

Ignacio Walker

-¿Y por qué el PC estaría a gusto?

-Es cosa de ver su conducta. Si no se sienten a gusto, tendrían que haber presionado por transformaciones mucho más radicales. Pero da la sensación de que el PC está con una agenda más de partido y con acumulación de fuerzas intra coaliciones, que con una perspectiva externa de darle impronta a la Nueva Mayoría. Está en un negocio chico. Es una visión en la cual sacaron de escena a Camila Vallejo en gran medida. Se complicaron enteros y salieron de la escena educacional por el problema del Arcis. Acusaron el golpe muy duramente.

-Se habla de Peñailillo, Elizalde y Blanco como los “Bachelet Boys” ¿Existe este grupo afín a la Presidenta?.

-Tengo la impresión de que hay un bacheletismo incipiente y tímido. Si tú vas a hacer un lote nuevo no tienes que andar pidiendo permiso. Ese lote nuevo se sintió muy premiado por el premio a Peñailillo, lo que revela también una especie de síndrome de Estocolmo del grupo. Me parece que en ese grupo ellos sentían que de alguna manera tenían que rendirle alguna pleitesía a los que tenían capturado el sistema, que fue la generación de los 70’. Y eso les ha costado caro, porque ellos lo que tenían que hacer era configurar un bacheletismo fuerte, un gabinete sólido que le permitiera a Bachelet no cambiar nunca ese gabinete sólido. Y si reaccionaron contra ellos, no fue por lo intenso que ellos fueron, sino por lo débiles que fueron. Por eso la DC se alineó contra Peñailillo. Porque en un momento Peñailillo salió a golpear a la DC, pero le tiró bombitas de agua.

Consejo de Gabinete en La Moneda

-¿Hay algo en particular que distinga a los Bachelet Boys del resto de la Nueva Mayoría o de la Concertación?

-Ellos tienen un proyecto que es de renovar efectivamente la Concertación y pasar a la Nueva Mayoría y tener algunos de los cambios estructurales. Pero están tan interesados en hacer cambios estructurales, que están dispuestos a cualquier cosa por hacer esos cambios estructurales.

-¿Cómo a qué?

-Como estar dispuestos a que no sean estructurales, pero que parezcan. La reforma tributaria, la reforma educacional… Tú no puedes ir y desactivar el movimiento estudiantil, porque objetivamente lo intentan y lo hacen, y resulta que permiten que se active la Asociación de Bancos, la Iglesia. Es un diseño muy absurdo. Porque si quieres hacer cambios estructurales, no desactivas el grupo que quiere hacerlos, si no que desactivas al grupo que los perjudica.

-¿Puede que en esto haya algo de querer hacer cambios y a la vez “nunca quedar mal con nadie”?

-Es un problema no solo de Bachelet. Es un problema de la elite política. No entienden la importancia que puede tener pasarlo mal durante cinco minutos, un mes, un año a veces. A veces para poder convertirte en líder debes pasar por momentos difíciles y estar contra el sentido común permanentemente. Y Bachelet no ha estado exenta de ese rasgo y lo que quería era hacer cambios con gobernabilidad. Y en Chile la gobernabilidad es una cosa muy sencilla: que no haya gente en las calles. Pero Chile no es hoy día un país gobernable. O sea, con Piñera y con Bachelet Chile no lo ha sido porque las instituciones están en un muy mal pie. Las instituciones no son capaces de producir efectos a su alrededor.

/ agencia UNO

Mayol explica que esta ingobernabilidad no tiene que ver con que vaya a caer un gobierno, sino con que estos no pueden llevar adelante sus reformas:

-Michelle Bachelet dijo que sacaría una reforma tributaria a la cual no se le cambiaría una coma y terminó con 90 páginas más. Cuando hay que buscar cual es la coma que no se cambió, es muy evidente que no hay capacidad para perseverar con sus propias convicciones.

-Pero esto de perseverar siempre con las convicciones, sin negociar, puede sonar como “Avanzar sin transar”.

-No, tú puedes transar. Pero no puedes transar el aspecto estructural que le da vida a tu proyecto. Si tú definiste que tu proyecto eran los cambios estructurales. ¿Cuál es el significado de los cambios estructurales? El programa no ayuda a decirlo. Gravísimo. Hubo un problema en la negociación del programa, hubo un problema en la definición del pacto. Hubo una serie de problemas y se tradujo en una falta de sentido de qué significaban las cosas. ¿Qué son los cambios estructurales?

Ricardo Lagos

“La Nueva Mayoría nace diciendo: yo vengo a hacer cambios estructurales. Y apenas te pegan un quiñazo retrocedes. ¿Qué es lo que va a pasar? La gente no creerá en su proyecto”.

-En esa indefinición han hablado figuras como Ricardo Lagos ¿Cuánto ha influido la Concertación en darle un rumbo al gobierno, distinto al de la promesa que ofreció de “refundación”?

– La Nueva Mayoría ya perdió, a menos que se desprenda realmente del pasado. El momento clave fue efectivamente cuando Ricardo Lagos va y ataca virulentamente al gobierno de Michelle Bachelet. Le dice que no tiene pantalones. El movimiento feminista, que es muy fuerte en el gobierno, no dijo una palabra de que el ex Presidente Lagos le dijera que no tenía pantalones a  la Presidenta. Le dice que hay que ir con la agenda publico privada, en circunstancias de que su agenda pública-privada significó la mayor crisis de corrupción de toda la transición. ¿Y qué hace Michelle Bachelet? No solo no sale a contradecirlo. Sino que incluso va y lo que hace inmediatamente es concesionar la línea del metro, sin ningún fundamento (…). Esas son señales a favor del mundo privado, para dejar satisfecho a Lagos y su agenda, y donde no hay una capacidad de ruptura. Ahí es donde Bachelet pierde el norte. La Nueva Mayoría nace diciendo: yo vengo a hacer cambios estructurales. Y apenas te pegan un quiñazo retrocedes. ¿Qué es lo que va a pasar? La gente no creerá en su proyecto.

/ Agencia Uno

“El movimiento estudiantil entendió mal lo que fue su obra. Su obra no fue la calle, fue el trabajo territorial y una gran capacidad de transformar el sentido común. Y ese fue su gran triunfo. Cuando la gente empezó a creer que era posible la educación gratuita, a entender que muchos países la tenían”

-La Nueva Mayoría logró integrar a Jackson y Vallejo a su proyecto. ¿Cuánto les benefició o afectó a ellos integrarse al oficialismo?

-A Camila Vallejo y Giorgio Jackson no les quedaba mucha alternativa, en la medida en que todo el movimiento estudiantil los hostigó. Independiente de que tú tengas diferencias, tú tienes que saber que parte de tu capital son esos dos nombres. Ahora, sí se equivocaron en cómo gestionaron su entrada. Giorgio, si bien no tuvo una negociación fácil con la Nueva Mayoría, creo que peleó poco. Y Camila Vallejo, creo que aceptó una estrategia inserta en la lógica del partido, en circunstancias en que lo que a ella le dio poder era ir con un discurso mucho más allá del partido.

/ Agencia Uno

“Si Michelle Bachelet, que era el único vínculo que el sistema político tenía con la ciudadanía, está cayendo, bueno todo el sistema político va a quedar hablando chino respecto al resto de la ciudadanía”

-¿Qué ganó el movimiento estudiantil?

-El movimiento estudiantil entendió mal lo que fue su obra. Su obra no fue la calle, no fue el hecho de que hubiera marchas multitudinarias. Fue el trabajo territorial entre abril y junio, en todo Chile, con una gran capacidad de transformar el sentido común. Y ese fue su gran triunfo. Cuando la gente empezó a creer que era posible la educación gratuita, a entender que muchos países la tenían.

-A la luz de las encuestas. ¿Ve la gente realmente a un enemigo en el sistema, quiere realmente estos cambios radicales, cambiar el modelo?

-A mí me dicen: pero es que la gente no quiere cambiar el modelo. Pero si la gente no tiene por qué querer cambiar el modelo. ¿Tú crees que cuando hubo una revolución francesa, la gente tenía claro qué es lo que se estaba buscando, que había que buscar la república, acabar con la monarquía? Era malestar social. Aquí lo que hay es que cuando uno ve una consistencia, una mirada de largo plazo, tú inmediatamente tienes más confianza. Cualquier proyecto político que es consistente tiene algún grado de éxito. Ese es el punto central.

-¿Fue un error prometer estos cambios en cuatro años?

-Yo considero que un ciclo de cuatro años es un ciclo razonable.  Y creo que de hecho el proceso de impugnación en general, si sigue en la ruta que vamos, va a ser pronto. Si Michelle Bachelet, que era el único vínculo que el sistema político tenía con la ciudadanía, está cayendo, bueno todo el sistema político va a quedar hablando chino respecto al resto de la ciudadanía.

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