Dos años han pasado desde que se inició la investigación del caso Penta y uno desde que se vio entrar a la cárcel a influyentes empresarios. Los protagonistas de la historia: Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, ambos controladores del holding, el que le dio nombre al escándalo.
Como si fuera una olla a presión, el caso destapó el estrecho, y poco regulado, vínculo entre políticos y empresarios, lo que se traducía en financiamiento a cambio de velar por los intereses de sus benefactores. “Los Carlos”, como se les denominó, eran cercanos a la UDI y financiaron varias campañas a través de boletas ideológicamente falsas.
De ese tronco se abrió la arista SQM, la cual dio plata tanto a partidos de la derecha como a la Nueva Mayoría, principalmente al PPD.
Sin embargo, todo quedó atrás para Délano y Lavín, quienes se empeñan en retomar aspectos de su vidas cotidianas, suspendidas por el polémico caso. Y una de esas aristas, la más fuerte tal vez, pertenece al mundo de los negocios.
En el área inmobiliaria, por ejemplo, en la actualidad cuentan con una nutrida cartera de emprendimientos en Chile y en Estados Unidos, consigna Qué Pasa. Desde hace más de diez años, Délano y Lavín tienen proyectos en Boston (Massachusetts) y Fort Myers (Florida), mientras que en el país tienen en desarrollo cerca de una decena de planes, tanto de casas como departamentos.
“El paso del tiempo les está haciendo justicia, ya que lo que sufrieron fue un linchamiento injusto, que les costó un paso por la cárcel. Ahora vemos que muchas empresas financiaron la política, que así funcionaba el sistema. Pero con la gran diferencia que ellos lo hicieron por el sector que tenían afinidad, con plata de su bolsillo”, comentó a ese medio un empresario cercano a ambos.
